Capítulo 10

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Maratón 2/3

Steve intercambió unas miradas de alivio con Pepper y dejó salir un suspiro tranquilizado.

El niño se abrazó al cuello del Capitán, quien subió los escalones con Pepper, riendo nervioso por haber extraviado un momento al pequeño.

Pepper prometió al pequeño ver una película si subía y se quedaba quietecito. Lo que él aceptó sin rechistar. Se sentaron los tres frente la televisión de Stark y el niño introdujo el DVD en el reproductor, quedando, al momento, embobado ante la película.

Stark se acercó, se sentó junto al niño y le susurró:

–Esta es mi parte preferida.

Clint también terminó uniéndose a la reproducción, al igual que el asgardiano, su novia y el resto.

Bruce se acercó a Natasha, y le pidió que le acompañase a fuera.

En la terraza, la pareja mantuvo las distancias. Bruce tragó saliva, y cerró los ojos, reflexionando sobre lo que iba a decir.

–Natasha, me gustaría saber qué es lo que te pasa.

La mujer elevó ambas cejas y profirió un ruidito de indignación.

–¿A mí? —inquirió, procurando contener la furia –¡Eres tú el que se queda horas en el laboratorio sin ver a su hijo! ¡El que no le hace ni caso! ¡A veces me pregunto si sabes que tienes un hijo!

–Y yo me pregunto si de verdad es hijo mío. —bramó él, haciendo que la expresión en el rostro de Natasha cambiase.

Ella elevó su mano, como indicando que parase, mostrándole la palma.

–No... —Retrocedió, con lentitud –Ni se te ocurra decir eso. ¿Cómo demonios se te ocurre pensar eso? —Retrocedía cada vez más, siendo incapaz de contener más las lágrimas.

–Natasha, yo... —Bruce intentó disculparse, acercándose a ella.

–Vete —Soltó ella. El científico la miró, confundido –. Vete, antes de que pueda hacer algo de lo que no esté orgullosa después.

Banner la observó, y al ver que su expresión no cambiaba, se adentró en el edificio, se acercó a su hijo, acarició su cabeza, y besó su frente; y después salió por la puerta para dirigirse a su hogar.

Steve rotó su cabeza hacia donde se encontraba Natasha; la mujer, por su parte, presionaba la palma de su mano derecha sobre su boca, procurando que ni una lágrima se deslizase por su pómulo.

***

Cuando llegó la hora de marcharse, los Vengadores se despidieron en la entrada de la Torre, la que daba a la calle. Thor y Jane se marcharon caminando, Tony y Pepper se volvieron a meter en el edificio, y Clint se marchó andando.

Steve se quedó con el niño dormido en brazos, mientras que Natasha intentaba coger un taxi.

–No hace falta que se quede aquí, Rogers —dijo. Quería ocultar que en verdad se lo agradecía.

–No pasa nada. Natasha, ¿seguro que no quieres que os lleve en la moto? Tengo un casco de más para él —Señaló con la cabeza al niño, sonriendo.

Natasha se volvió a él, dejó que su brazo cayera con agotamiento. Le sonrió y asintió, abatida.

Steve les condujo hasta donde tenía aparcado el vehículo y se subieron a él.

El Capitán dejó que el pequeño se acomodase entre el manillar y su torso, protegiéndolo. Le dejó el casco de sobra, Natasha se lo colocó, y después Steve le donó el suyo a ella.

La espía se quedó mirándolo, y dudo.

–Tranquila, yo estaré bien.

Se sonrieron, y se abrazó a Steve.

Salieron a la carretera, donde, con un hilillo de voz, Natasha profirió que no quería ir a su casa. Rogers frunció el ceño, y aceleró.

***

Beauty and the Beast [Natasha Romanoff x Bruce Banner]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora