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Madisson Dallas.


Mad, Bruno quiere que vayamos a su casa en un rato. ¿Quieres que te pase a buscar?
-Takeshi-

No amor, me voy en bus. Me deja afuera. No te preocupes.
-Madisson-

Claro que me preocupo.
Llámame cuando salgas.
-Takeshi-.

Vale. Te amo mucho, amor.
-Madisson-.

Bruno y Zoe habían llegado hacía un par de días de Australia y no había tenido la oportunidad de verlos, así que estaba algo entusiasmada. Es decir, Bruno era como mi hermanito menor (a pesar de que teníamos la misma edad) y Zoe era la hermanita de mi mejor amiga, por ende, mía también.

Madisson, tres capuchinos a la mesa cinco. -gritó Frank, el chico que reemplazó a Bruno cuando se fue a Canadá.

Vale. -asentí. No me agradaba del todo trabajar como mesera, me gustaba más estar en caja o en la cocina, pero aquel día la cafetería estaba a reventar.

Una media hora más tarde, cerramos el local. Yo fui la última en salir, pues Frank había salido temprano para buscar a su esposa que acababa de volver al país por temas familiares.

De camino a la parada de bus estaba la casa de mis padres. Yo no solía pasar por allí, de hecho lo evitaba usando uber o yéndome con Takeshi, pues me negaba rotundamente a manejar. Sabía hacerlo, y tenía licencia, pero lo odiaba. Cuando pasé por afuera intenté no imaginar qué estarían haciendo. Había días en los que los extrañaba demasiado y otros en los que los odiaba con la misma intensidad. Mis días eran muy relativos.

Sin embargo, sentía que mi vida iba bien... yo tenía una familia de verdad. Tenía a Takeshi, a Summer, a mis amigos. Y, por primera vez en mi vida podía decir que estaba realmente feliz y no se sentía como algo pasajero. A pesar de que me costaba creer lo mucho que había cambiado yo misma, me hacía sentir bien. Me gustaba la nueva Madisson.

Seguí caminando hasta llegar al paradero. Había árboles por todas partes, estaba oscureciendo y hacía un poco de frío, soportable. El viento movió mi cabello corto, como siempre.

Cuando era pequeña, amaba con mi alma mi cabello negro azabache, largo hasta la cintura y tan lacio que parecía hecho en un salón de belleza. Le prometí a mis padres que nunca lo cortaría, ellos decían que era mi mayor atractivo. Cuando llegué al prostíbulo, también lo pensaron, llamaba la atención, porque a pesar de no tener demasiado trasero y aun menos en los pechos, era pálida, delgada y tenía el cabello hermoso, eso me convertía en el centro de la atención.

Ellos me hicieron odiarlo.

Poco antes de escapar de ahí, tomé una navaja y lo corté hasta los hombros, sin pensarlo demasiado. Porque lo amaba, pero también odiaba saber que todos me veían como un objeto, una muñeca vacía por dentro que solo tenía el cabello bonito y podían hacer lo que quisiesen con ella. Cuando conocí a Nelly, ella lo emparejó, me lo dejó justo en la línea de mi mandíbula y lo he mantenido así desde entonces.

El bus paso frente a mí y subí. Estaba relativamente vacío y pude elegir un asiento sin acompañante. Me incomodaban los extraños, sobre todo los hombres. Me puse mis audífonos y puse la música en volumen alto.
Pensando en que, curiosamente, aquel día extrañaba con una intensidad distinta a Takeshi.

#

Takeshi Suzuki.

Hey. -saludé a todos en general-. ¿Madi llegó?

No, creí que venía contigo. -respondió Summer.

Que raro, me dijo que me diría cuando saliera y no he recibido ningún mensaje. -fruncí el ceño.

Tal vez está trabajando aún. -opinó Jayden.

No. Pasé por fuera de la cafetería, está cerrada. -respondí. Estaba inquieto, nervioso.

Takeshi, llámala. -ordenó Summer, igual de nerviosa.

Ya la llamé, su celular está apagado. -respondí.

Maldita sea. -suspiró, llevándose el dedo pulgar a la boca, mordisqueandose la uña. Sacó su celular de su bolsillo y marcó, para luego llevárselo al oído-. Hola mi amor... bien, ¿vienes? Ajá. Oye... por casualidades de la vida... ¿Sabes algo de Madi? ¿Te llamó o te dijo algo? Vale... te lo cuento acá. Te amo.

¿Qué te dijo? -preguntó Bruno, preocupado.

Nada. No sabe nada. -suspiró.

A mí tampoco me llamó. -comentó Nelly.

Tampoco dijo algo en el grupo. -añadió Frederick.

No es propio de ella desaparecer, mucho menos ser impuntual. -dijo Jayden, mirándome alarmado-. Deberíamos salir a buscarla, hermano.

Sí. Tal vez su celular se apagó y sigue en el paradero. -Asentí.

Nos aproximamos a la puerta, pero un par de golpes violentos nos hicieron frenar. Tenía un mal presentimiento, un nudo en la garganta, una presión en el pecho. Mis manos sudaban a pesar de que yo solía ser el que mantenía la calma y nunca se alteraba.

Bruno abrió y se puso a un lado para permitir que Drake entrara. Estaba pálido, despeinado, su celular estaba en su mano y respiraba violentamente.

Takeshi... -me habló a mí directamente-. Un bus de volcó a unas calles... chocó con un camión de cemento que se desvió...

Drake... -Summer se acercó a él, nerviosa, temblando.

Rayito de sol... -pronunció, su voz tembló y vi como sus ojos se aguaron por primera vez desde que lo conocía-. Madisson iba ahí... Madisson está en el hospital y no despierta.


Continuará...

Bruno: Huellas Del Pasado [Help #3]✔Where stories live. Discover now