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Nelly Williams.

Hola, mi bebé... -murmuré en cuanto entré a la casa. Jake estaba sentado en el sofá, viendo con total concentración las caricaturas. Lo tomé entre mis brazos y sonreí en cuanto sus enormes ojos azules se posaron en mí. Ese niño era el dueño de mi corazón; tal vez, el hecho de que lo tuve con el amor de mi vida influyé mucho en eso.

Hey, sonrisita -pronunció Frederick, apareciendo desde la cocina.

Él nunca dejó de llamarme así.

Hey... -murmuré, dejando nuevamente a Jake en su corral. Él es silencioso, tranquilo y no hace ningún problema, a pesar de que ya tiene casi cuatro años -Llegaste antes a casa.

Sí. -asintió. -¿Donde estabas?

Fui a caminar un rato después del funeral. -me encogí de hombros. - ¿Tú no?

Jake tenía hambre, así que lo traje a casa. -respondió con simpleza. Frederick es un padre increíble. Desde el día uno, incluso desde que supe del embarazo; él siempre se preocupó de todo. De hecho, se ha convertido en un hombre muy hogareño -Jayden se fue hace un rato con su amiga... ¿Kendall?

Kelly. -reí y se encogió de hombros. - ¿Pudieron conversar? -inquirí.

Sabes que el tema de las conversaciones no es algo que se nos da muy bien. -hizo una mueca. -En fin, ¿todo bien?

Todo bien. -mentí.

Me sentía destruida. Como si estuviera viviendo sin un corazón que latiera. Pensar... imaginarme en un mundo sin Albert me estaba consumiendo. Era demasiado para mi, él significaba mucho en mi vida. Albert era mi padre, y yo ya no lo tenía a mi lado. Pero, por alguna razón, no quería que nadie lo supiera.

Ya. -Frederick me miró unos segundos, pero finalmente negó. -Es estúpido esconderlo, Nelly. Es obvio que estás hecha puré. Ni siquiera sabes ocultar bien las cosas, al menos no a mí.

Frederick tenía un poder especial para leerme.

Estoy bien, Fred. De verdad. -negué.

Ven. -ordenó, estirando su mano. Di unos pasos en su dirección y junté nuestras manos. Él tiró un poco de mí y terminó abrazandome con todas sus fuerzas. Casi como si quisiera estrujarme. -Todo estará bien, mi amor. Haré que lo esté. -susurró antes de dejar un beso en mi frente.

¿Y si no? -murmuré, soltando todo el llanto que tenía atascado. -¿Y si no puedo cargar con su muerte?

No es tu culpa, Nelly. -dijo alejandose un poco de mí. Sus perfectos ojos verdes estudiaron mi expresión, limpió mis lágrimas con sus pulgares y suspiró. -Escucha, ser psicóloga no te convierte en un dios. La salud y la vejez se salen de tu control.

Tal vez... nunca debí haber aceptado que se fuera a un asilo de ancianos, Frederick. Cuando volvió de allí estaba... tan apagado. -murmuré con dolor. -Quizás qué pasó allí. No pude devolverle todo el bien que me hizo. Si no pude agradecerle todo lo que hizo por mi... si no puedo devolverle el favor, ¿qué soy?

Una humana. -respondió. -Albert lo sabía todo. Te conocía como la palma de su mano y jamás se olvidó de que eras su hija. La gente se va, Nelly. Eso está más allá de Albert, y sobre todo, de ti.

Lo sé. -asentí. -Lo sé, pero no puedo dejar de buscar una razón. Un culpable.

Claro que hay un culpable, es la muerte. Es todo. -zanjó.

Lo extraño. -suspiré, escondiendo mi cara en su pecho.

Lo sé. -respondió acariciando mi cabello.

Te amo, Frederick. Gracias por estar, por existir... por vivir. -susurr֎.

Yo también te amo, sonrisita. -respondió en un tono bajo y ronco.

Alcé mi mirada y él bajó la suya. Nos sonreimos con la tristeza aún palpable y finalmente se inclinó su suficiente como para que nuestros labios se juntaran en un beso lleno de emociones. Estaba triste, pero también agradecía tenerlos a ellos: a Frederick y a Jake.

Madisson Dallas.

Podemos ver una pelicula si así lo quieres. O... también podemos ordenar comida. -indiqué algo inquieta. Solo recibí silencio. - ¡Por Dios, Takeshi, dime algo!

Yo seguía siendo la misma estúpida que no sabía sobrellevar una pérdida. Seguía siendo la insensible Madisson Dallas que ni siquiera sabía qué hacer con el dolor que mostraba la expresión de su esposo.

Puedes pedir lo que quieras, Madi. -su tono no era amable ni cariñoso, pero él siempre me llamaba "Madi". Por muy triste, enojado o frustrado que estuviera. En realidad, por él comencé a amar los diminutivos de mi nombre. -Necesito dormir.

Me quedé plantada en el living de nuestra casa. Viendolo caminar con total derrota hacia nuestra habitación. Quería abrazarlo, pero no sabía cómo reaccionaría. Generalmente, era él quien me consolaba a mí. Nunca al revés.

<<Es tu momento, Madisson. Tienes que ser un apoyo para él. La relación debe ser 50 y 50>>.

Tragué con dificultad. Caminé hasta la puerta de nuestra habitación y la abrí lentamente. La luz estaba apagada. Pude alcanzar a ver su silueta acostada en la cama, su antebrazo cubría sus ojos. Me acerqué, y mi corazón se trizó un poco más cuando noté un leve temblor en su cuerpo.

Takeshi estaba llorando y yo no podía permitirme verlo sufrir. Me acerqué a él y de inmediato se sentó en la cama, como si nada estuviera pasando.

Hey... -murmuré, puse mi mano en su hombro y me acerqué hasta que finalmente me senté en sus piernas. Me sostuvo con sus manos en mis caderas y yo acaricié su cara. Sus ojos oscuros se quedaron mirándome, había cierto brillo lúgubre en ellos. Dejé un beso suave en su frente y terminé apretandolo contra mí en un abrazo. Acaricié su cabello y él se quedó en la misma posición durante todo el tiempo que quiso. -Sé lo que sientes, mi vida. Yo... de verdad, lo siento tanto...

Él te quería mucho. -comentó en un tono bajo. -Albert siempre vio lo mejor de ti.

Igual que tu. Y no me sorprende, al fin y al cabo, eres su hijo. -sonreí levemente. -Eres bueno.

No puedo imaginar un mundo sin él. -confesó.

No supe qué decir. ¿Cómo consuelas a alguien de algo tan irreversible como la muerte?

Él está descansando, Tak. Tú y yo sabemos que lo necesitaba. -dije finalmente. Y odié darle un consuelo tan básico.

Quiero olvidarme de todo. -murmuró contra mis clavículas. -Solo quiero sentirte a ti.

Aquí me tienes. -asentí, a lo que respondió apretandome un poco más contra él. -Siempre me vas a tener.

Bruno: Huellas Del Pasado [Help #3]✔Where stories live. Discover now