Bruno: Huellas Del Pasado [Help #3]✔

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Summer Becket.

Hey, Zoe, ¿donde estabas? -pregunté, alcanzandola en el momento en que iba a tomar el pomo de la puerta.

Yo... Summer, yo... -no supo qué decir.

¿No saliste con Bruno? -inquirí confundida.

¿No ha llegado? -frunció el ceño.

La puerta se abrió a mis espaldas y Zoe palideció, casi como si hubiera visto un espectro del más allá.

¿Qué demonios pasó ahora? -cuestionó Drake, saliendo de la casa, dedicandole una mirada acusadora a mi hermana menor. Zoe bajó la mirada y el pelirrojo me miró tenso, porque él sospechaba que algo así pasaría y ya estaba cabreado.

En cierto grado lo entendía. Bruno era su amigo y debía joder que se repitiera lo mismo una y otra vez. Pero también entendía a mi hermana. Ella a simple vista parece una chica tímida, reservada, con una opinión poco contundente y nula capacidad de hacer amigos. Pero ella es mucho más que eso. A ella le costó muchísimo aceptar que sus padres [personas que están programadas biologicamente para amarla y cuidarla] la abandonaron. Ni siquiera estoy segura de si realmente lo ha dejado en el pasado. Sé que en el fondo ansía estar con Bruno sin peros, sin embargo, sus contradicciones y demonios internos lo dificultan. Ella es inteligente, tiene su propia opinión y es una chica selectiva. Su problema siempre ha sido el amor, ese tema la tortura.

Bruno no ha llegado. -informé 

¿Qué hiciste ahora, Zoe? -Drake entornó los ojos.

Drake, basta. -advertí.

No te metas, Summer. -me dedicó una mirada amenazante-. ¡Habla! -le gritó.

Yo... Drake, yo... volví a hacerlo. -miró sus manos-. Volví a lastimar a Bruno. -Drake inhaló y exhaló de manera similar a como lo haría un toro a punto de embestir a alguien.

¿Qué le hiciste? -pregunté confundida.

Le dije que no quería ser la segunda. -murmuró. Hice una mueca. Drake tensó la mandíbula y se acercó peligrosamente a ella.

Déjala en paz, Drake Miller. -gruñí interponiendome entre ambos-. Te lo advierto desde ya.

Ni siquiera me miró.

Tú... -la apuntó con desagrado-. Tú no mereces a Bruno.

Acto seguido, salió de la casa chocando conmigo. Sabía perfectamente que en ese momento me odiaba, pero también sabía que a Zoe le daba pánico Drake y no podía dejarla sola en aquel momento.

Deberías ir con él. Está resfriado. -murmuro ella.

Zoe... -balbuceé.

Él tiene razón. -admitió-. Yo también lo odiaría si te hubiera lastimado.

Entra a casa, Zoe. -pedí.

Ten, su polerón. -lo tomó del sillón que estaba en la terraza y me lo entregó. Finalmente entró a la casa y salí tras Drake.

Muy pocas veces hemos discutido realmente. Durante este año he comprobado que mi carácter y el suyo calzan de una manera casi perfecta. Digo casi porque cuando Drake se enoja y yo también, todo se complica. Todo con él es increíblemente intenso.

¡Miller! -grité y él volteó de inmediato. Podía sentir su mal humor aun a metros de distancia-. ¿Qué crees que haces?

Tratando de limpiar el maldito desastre que dejó tu estúpida hermana, ¿no lo ves? -su tono fue duro, frío. Y él no era comunmente alguien <<frío>.

No quiero que hables así de ella. Antes que cualquier otra cosa ella es mi hermana. -gruñí, tensa. Él se tensó aún más-. Lo que ella haga no te incumbe, no vuelvas a gritarle.

Tal vez en ese momento entendí el significado de la frase: "la sangre tira".

¿De verdad? ¿Es así ahora? -se acercó peligrosamente a mí y asentí sin dudar-. Entonces no quiero que tu maldita hermana vuelva a acercarse a mi hermano, ¿entendido?

¿Te estás escuchando? ¡Dios, Drake! ¡Bruno no es un niño, tampoco un adolescente! -exclamé-. Es un adulto hecho y derecho.

Se despeinó, exasperado.

¿Eres consciente del esfuerzo sobrehumano que tiene que hacer alguien para volver a hacerse el maldito ánimo para conocer a alguien más y abrirse después de cargar con una muerte así? -cuestionó con los dientes apretados. -Yo conocí al Bruno que intentaba ser bueno aún cuando estaba deshecho. Tú no estuviste ahí.

No, pero lo entiendo. -contradije irritada-. De todos modos...

Parece que no. -me interrumpió-. Bruno no es un niño, ¿verdad? Pues Zoe tampoco lo es. Y ya debería ser lo suficientemente adulta como para entender que la está jodiendo.

Ella lo sabe. -espeté.

¿De verdad? -se rió con ironía-. Es la segunda vez que pasa lo mismo, Summer. ¡Maldita sea! Si ella fuera un poco menos egoísta esta situación no se repetiría.

¿Qué hacen? -la voz del castaño nos hizo voltear. No me había dado cuenta de lo cerca que estábamos, del volumen que estábamos utilizando y de la rabia que estábamos sintiendo, con cierta electricidad entre nosotros haciendo todo más confuso. Supongo que Bruno y Zoe eran nuestros puntos débiles. Bruno pareció captar los ánimos y en su cara se formó un gesto de sorpresa-. Vaya, finalmente una pelea entre Drake Miller y Summer Becket.

Bruno... -balbuceé alejándome del imán invisible que me mantenía tan cerca de Drake-. ¿Dónde has estado?

Paseando. -se encogió de hombros. Sonreí por inercia. Brumo es lanpersona más discreta que he conocido. Él no saca cosas en cara, él no esparce chismes, él no habla de otros. Bruno no tiene ni un gramo de veneno en su sistema, él es todo un caballero-. ¿Y ustedes? ¿Qué pasa?

Drake pasó por mi lado y me quitó su polerón. Se acercó al castaño, lo despeinó como si fuera su hermano menor y estuviera orgulloso de él de algún modo y finalmente entró a la casa sin mirar atrás.

Supongo que esta discusión era algo inminente. -suspiré.

¿Lo odias? -preguntó curioso.

¿Odiarlo? -fruncí el ceño, volteando a mirarlo.

Ya sabes, cuando no coinciden, cuando las cosas se complican... ¿lo odias? -reafirmó.

Me enferma que sea tan terco, pero lo cierto es que los dos lo somos. Los dos tenemos nuestros motivos. -suspiré-. Aún así, no podría odiarlo.

¿Por qué? -insistió.

Porque antes de cualquier otra cosa, yo amo a ese hombre. -admití resignada. Bruno emitió una leve sonrisa de lado que me hizo sonreír a mí también.

Coincidieron. -señaló con cierto grado de admiración y mi sonrisa se desvaneció un poco. 

Hey. -me acerqué unos cuantos pasos-. Yo sé que Zoe...

Hoy no, Summer. Déjalo. -me cortó de raíz-. Será mejor que entremos.