Capítulo 31

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Le di una fuerte patada a mi balón y este dio en el arco de la portería. Fruncí mi rostro y busqué mi balón. Tenía la mente ocupada en los recuerdos del pasado y no lograba concentrarme. Volví a lanzar el balón y volví a fallar. Empezaba a frustrarme.

Tomé aire, miré la red y volví a patear la pelota. Fue una anotación perfecta. Ella me hubiera dicho presumido. Corrí a la portería y al tomar el balón me vino su imaginen a mis pensamientos. Era como si todo hubiera sucedido ayer.

Podía relatar uno a uno cada suceso. Aún me pregunto, ¿y si...?

—Te veo distraído hoy —comentó Clavel ubicándose delante de mi posición.

—Solo tengo muchas cosas en la mente. —enuncié restándole importancia.

—Quiero hacerte unas preguntas —declaró ella y me hizó un gesto de seguirla.

Al caminar a su lado me pregunté si podría tomarla de la mano, mas no me atreví. Terminé sentándome a su derecha regañandome interiormente por haber sido cobarde.

—¿Color favorito? —preguntó Clavel.

—Verde —respondí pensativo y la mire—. ¿A qué viene esa pregunta?

—Quiero saber más de ti —contestó encogiéndose de hombros—. Tienes derecho a hacerme preguntas también. Seguimos. ¿Cuál es tu comida favorita?

—Pizza.

—¿Dinero o familia? —cuestionó ella observándome con atención.

—Familia, obviamente —afirmé.

—¿Perro o gato?

—Nunca puedo cuidar a una mascota —confesé recordando la vez que intenté cuidar un simple pez y murió por no darle comida—. Prefiero no tener.

—¿Chica que te gusta?

—Cla... —dije y dejé el nombre a medias al darme cuenta de que casi me delataba.

Ella empezo a reír.

—¿Clara? —inquirió y yo negué.

—Clavel —dije serio. La susodicha cambio de humor al momento. No estaba tan asombrada como esperaba.

—Que casualidad. Se llama igual que yo —comentó como si fuera tonta y no entendiera de quien hablaba. Sin embargo sabía que ella era muy inteligente. Quizás demasiado para mí. Claramente fingía no haber captado la idea.

—Me gustas tú —confesé seriamente.

Estaba nervioso y preocupado por su respuesta, sin embargo los cobardes nunca obtenían nada.

—No esperes que te acepte —indicó Clavel y de su bolso saco un chocolate del cual me compartió la mitad—. La vida no es tan fácil. Al menos el chocolate ayuda. Yo... No te odio Samuel.

Ante su respuesta suspiré y cogí el pedazo de chocolate que me ofrecía. Era cierto que el chocolate ayudaba. Extrañamente no estaba triste. Sentía un gran alivio al sacar todo lo que llevaba dentro.

 Sentía un gran alivio al sacar todo lo que llevaba dentro

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N/a
Hola, ¿cómo están?

Pronto llegará el final. ¿Preparadxs para lo que pueda suceder?

Clavel rechazo a Sam 🥺. ¡¿Cómo se atrevió?!

No dején de leer que las cosas pueden cambiar en cualquier momento.

Tírame mi balónWhere stories live. Discover now