Capítulo 27

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Lanzaba mi balón al aire y lo cogí al caer, repetí la acción una vez más y pare para observar si venía Clavel. Todavía nada. Volví la vista a mi hermana que dibujaba con Agustín sentados en el suelo y sonreí al ver lo mucho que se gustaban. ¿Cuándo había sido la última vez que me había gustado alguien?

—Hermano, hermano. —me llamó Argelia—. Llego tu enamorada.

—No estoy enamorado —negué cruzándome de brazos.

—Claro —ironizó Agustín—. Tan cierto como que a mí no me gusta Argelia.

—Cero coqueteos —advertí levantándome con mi balón en manos. Los dos jóvenes se sonrieron y yo les miré mal—. Cero sonrisas.

—Sí —dijeron Argelia y Agustín al unísono.

Me puse a hacer trucos con mi balón viendo a Clavel caminar leyendo un libro hasta llegar a sentarse bajo el árbol de siempre. Sonreí deteniendo lo que hacía y apunté en su dirección, entonces tiré el balón e hice un gesto de victoria al ver que terminó donde yo quería, al lado de Clavel.

—¡Hey tú! —grité. Clavel levanto la vista a donde estaba—. Tírame mi balón.

Ella miró el balón, luego a mí y lo tomó en manos para lanzarmelo. Vale, eso no era lo que tenía en mente. Volví a lanzarle el balón y ella frunció su rostro con confusión para después lanzarmelo. Me acerqué más y repetí la acción. Clavel se levanto con mi balón en manos y arqueo una ceja.

—¿Qué haces Samuel? —cuestionó confusa.

—Intentar llamar tu atención para que me hables —dije con obviedad y me encogí de hombros.

Clavel camino hasta frente de donde estaba, tomó una de mis manos y dejó mi balón sobre la palma de la misma.

—Te escucho —indicó cruzándose de brazos.

—¿Te gusta odiarme? —inquirí blanqueando los ojos—. Te he dicho que quiero volver a ser tu amigo.

—Nunca fuimos amigos —aseguró Clavel.

—¿Entonces qué fuimos? —pregunté seriamente.

—Fuimos lo que mostramos ser y lo que fingimos sentir.

Ladee la cabeza observando a la chica con confusión y ella río en voz baja.

—Todos terminamos siendo lo que nos esforzamos en ser. ¿Qué más podríamos haber sido sino un destello de nosotros mismos?

—¿Qué quiere decir eso? —cuestioné intentando comprender de que me hablaba.

—Digo que intentamos ser amigos, pero nunca nos conocimos a fondo. Digo que las personas logran sus metas con esfuerzo. Intenta hablarme otro día, hoy no quiero verte; volveré a irme. Adiós Samuel.

—Adiós —dije y me quedé observando como se iba.

Si que era rara, pero en el buen sentido. Era única y eso me gustaba.

Tírame mi balónWhere stories live. Discover now