Capítulo 55:

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Yo podía con esto, podía contra el dolor, contra los celos.


Dije que podía ir contra Batman por ella, esto no sería nada comparado con Batman... Pero demonios, dolía como el jodido infierno. 


Jodido hijo de puta.


Lo odiaba tan malditamente mal.


Estaba seguro de que si me daban por salvarlo a él de un ataque zombie o a Hitler, salvaría a Hitler.

Bueno, tal vez los dejaría morir a los dos.

Ambos eran unos bastardos, así que sí, que se pudran.


Maldito... 


Inhalé profundamente, triturando la pobre botella de plástico que estaba en mis manos, maldito sea Max, sus padres, abuelos, tíos y primos... ¡Quítale tus asquerosas manos de encima a mi maldita mujer!


Max terminó la canción con un potente grito, volviendo a la multitud frenética; mientras abrazaba a Alexa con su delgado brazo de fideo desde sus hombros. En el momento que la última nota abandonó la guitarra de Alexa él la arrastró y besó frente a todos... Y el bastardo me estaba mirando. 


Iba a arrancarle su estúpida cabeza. 


- ¡Gracias por esta maravillosa noche, Toronto! ¡Nos veremos en la próxima! — La multitud gritó con más fervor, empujándose para intentar llegar más cerca del escenario... Alabándolo... - Ahora reciban a... ¡King Of A Day! — Todos estallaron en gritos agudos y ensordecedores. Dead Alice se despidió de los fanáticos, y salieron del escenario. Alexa evitó convenientemente mi mirada y Max me fulminó, llevándola del codo a Dios sabe dónde; para mí desgracia, Travis vio todo aquello, y se me acercó enarcando una ceja, confundido. 


- ¿Qué demonios fue eso? 


- Nada importante...


- Oh, apostaría mi trasero a que una mierda importante está sucediendo entre ustedes, Max no es de odiar a las personas, sólo a las que se meten con Alexa o... - Bueno, el chico no era tan estúpido como parecía, porque en ese mismo momento pude ver como el reconocimiento se dibujaba en cada una de sus facciones. — Oh, mierda. Eres tú. — Me apuntó con su dedo, el reconocimiento reemplazado rápidamente por el horror. — Oh, mierda ¡Por eso te odia! ¿Cómo demonios no me di cuenta antes? 


- ¿Así que sabías de mí? - Pregunté con una arrogancia que no sentía.


- Bueno, sí, pero no porque ella me lo dijera... - Gruñó. — Debería partirte la cara ahora mismo... 


- Hazlo. — Me erguí, preparándome. Aunque, honestamente, no creía que se atreviera a golpearme, le caía demasiado bien. 


- Lo haría, pero me agradas demasiado. — Lo sabía. — Adoro a esa chica, desde la primera vez que la vi supe que ella iba a cambiarnos a todos, que ella nos ayudaría a crecer... Pero también sé quién es en verdad. — En su rostro la seriedad que nunca creí posible en él estaba estancada con firmeza, me estremeció. — Sé lo perra desalmada que puede llegar a ser, la vi prácticamente destrozar a mis ex novias. — Soltó una carcajada con divertida amargura. Yo sólo podía mirarlo preguntándome qué demonios les había hecho, la curiosidad estaba comiéndome. — Y por lo que pude ver de tu cara asquerosa, la satisfacción en la de Max y la culpa en la de ella... - Espera un jodido minuto ¿Culpa? — Asumo que ya te destrozaron por completo. 

¡Malditas Traiciones!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora