Capítulo 36:

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Sus elegantes y delgados dedos se movían con destreza y rapidez por el mástil, tocando los puntos exactos para que una melodía perfecta y fuerte brotara de ella, provocándome piel de gallina. Sus piernas abiertas se flexionaban y cerraban con cada movimiento corporal. Mordía fuertemente sus labios, y mi corazón se aceleró ante esa imagen. Una capa de sudor cubría su perfecto y bien formado cuerpo. Su respiración era agitada, su pecho subía y bajaba con cada respiración. Los gritos se hicieron más y más fuertes a medida que la melodía fue creciendo y creciendo, haciéndose más potente, más fuerte e increíble. Mis rodillas temblaron.

Se veía tan perfecta, tan sexy y hermosa.

Su cabello despeinado se balanceaba de un lado a otro, al ritmo que ella estaba imponiendo con sus manos.

Tragué saliva.

Ella no podía seguir provocándome todo esto después de tantos años.

Su lengua rosada escapó de sus carnosos labios para deslizarla lentamente por estos, con una sonrisa su mirada chocó con la mía, y los murciélagos hicieron acto de presencia en mi estómago, revolviendo todo a su paso, un calor quemó desde mis ojos hasta mi miembro. Dios la deseaba, y ella lo sabía, podía verlo en sus ojos, sabía lo que estaba haciendo conmigo, lo hacía adrede.

Mierda.

Mi respiración quedó estancada en mi garganta, Alexa soltó un jadeo ronco y juro por Dios que estuve a punto de derrumbarme ahí mismo.

Mordí fuertemente el interior de mi mejilla para reprimir el patético gemido que amenazaba con escapar de mi garganta.

La voz de Max me sacó de mi trance.

Su voz gutural acompañó perfectamente el momento en el que los dedos de Alexa se detuvieron, dejando que la melodía que salía de su guitarra se alargara para luego darle más duro.

El concierto iba fantástico.

Dead Alice era la cuarta banda en tocar. La primera fue The Other Side, le siguió King of a Dat y luego Kick me. 

Y hasta ahora la que había puesto a los fans como locos había sido Dead Alice. Todos estaban acalorados e histéricos.

Este sí que era un buen concierto. Los fans lo estaban pasando increíble.

La música paró y los gritos continuaron.

- ¡Hey! Espero que la estén pasando bien esta tarde. – Un ola de gritos le respondió y él rió. Trataba de controlar su respiración. – Uff. – Se acercó a Clary, que se encontraban en uno de los lados del escenario y agarró la botella de agua que ella le estaba pasando. Desvié la mirada a Alexa, quien estaba quitándose la jodida camiseta. Gritos masculinos predominaron entre todos los gritos. Alexa quedó tan solo en un short, demasiado corto, y un brasier negro, algo estupendo, tengo que admitir. En el centro se veían dos manos esqueléticas, simulando sostener sus pechos, y alrededor tenía unos picos plateados. Le quedaba fantástico. Ella rió por los gritos de los fans y mandó besos al público. En el momento en el que Max volvía al centro del escenario, una bola negra de tela voló hacía Alexa, ella la agarro rápidamente y al abrirla soltó una carcajada.

Tenían que estar jodidamente bromeando.

- Espero que estén limpios. – Dijo ella al acercarse al micrófono, enseñándole al público el bóxer negro que acababan de arrojarle. Una enorme sonrisa estaba dibujada en su rostro. – Creo que será mi nuevo bóxer para dormir. – En el momento en el que dijo eso los chicos se volvieron locos y comenzaron a arrojarle ropa, camisetas, buzos, camperas, brasieres. Ella trataba de agarrar toda la ropa pero no podía, y entre risas se cubrió y Max fue a ayudarla.

- ¡Hey! ¡Les recuerdo que esta mujer es mía! – Y ahora eran los gritos femeninos los que predominaban entre el público. Evelyne rió divertida. Ella estaba junto a mí, esperando su turno, le tocaba después de Dead Alice. La apreté contra mí y ella me besó. Ahora estábamos en buenos términos, excelentes, de hecho. De la relación de la que no estoy muy seguro es la de Alexa. No volvimos a hablar después de ayer, a veces nuestras miradas se encontraban y ella me regalaba una sonrisa cálida y amable, esa sonrisa que me daba cuando solo éramos amigos. Y no me gustaba para nada. Alexa se acercó a nosotros, con una montaña de ropa en sus brazos.

- Sostenla. – Le pasó la ropa a Evelyne, y esta asintió. Alexa me miró, sus enormes ojos brillaron al encontrar los míos, y pude sentir como mi pecho se hinchaba de regocijo, sabía lo que significaba ese brillo. Le sonreí y ella me devolvió la sonrisa para luego guiñarme y salir corriendo hacía el escenario.

- ¡Muy bien, muchachos y bellas, bellas señoritas! – Las chicas se desarmaron ante el comentario, puse los ojos en blanco. – Esta canción es… ¡DEAR DEATH! – Los gritos estallaron y la música llenó por completo el ambiente, era simplemente fantástico. No importaba cuanto detestara al idiota de Max, él tenía talento, y mucho.

Hijo de perra.

- Oh, dear death. My only love. I am waiting here, sitting alone in my dark room. I hope for you, for your freezing hands to take me to that place where the pain can not reach me. Oh, dear death, you promised to come soon, and I'm still here waiting for the peace that only you could give me... – La voz de Max calmó a la multitud. Esta era una de mis canciones favoritas de Dead Alice, por lo que sé, la escribió Alexa hace casi un año. La letra era tan hermosa, triste y sentimental, perfecta para escucharla en un día lluvioso… O cuando simplemente deseas morir y saber que alguien te entiende. De eso trata la canción, de muerte y entendimiento, de rendición y victoria.

Al terminar la canción ellos se despidieron del público y dejaron entrar a Black ink revenge. Lyne me dio un beso y corrió al centro del escenario, Alexa le dio unas palmadas en la espalda y camino hacía mí.

- Hey.

- Hey.

- ¿Disfrutando del concierto? – Se paró junto a mí.

- Bastante.

- Me alegro, me alegro. – Su teléfono sonó y ella se alejó del escenario para atender. – ¡Hey, Frederick! ¿Cómo estás? - ¿Quién demonios es Frederick? – Bien, bien… ¿Y cómo está mi bebé?... ¡Pásamelo!... ¡Hola, mi amor!... Aw, mamá te extraña y mucho… - Tenía una enorme sonrisa en el rostro, a diferencia de mi, claro, que estaba más blanco que un papel, sentía como la vida escapaba de mi cuerpo ¿Mamá? – Papi esta aquí, espera que te lo paso ¡Max! - Max volteó a mirarla, bebiendo de una botella de agua. – Nuestro bebé. – Él se acercó con una enorme sonrisa y agarró el teléfono.

- ¡Hola campeón! Espero que el tío Frederick este cuidando bien de ti… - Una carcajada brotó de su garganta.

Pero que mierda…

¡Oh, no! ¡No, no, no, no, no!

Tienen que estar jodidamente bromeando.

Alexa y Max no pueden tener un hijo, no pueden.

Mi Alexa no...

<<Dios, si existes, por favor que no tengan un hijo>>

- Papá te compró mucha ropa y juguetes, no como la desgraciada de tu madre. – Alexa abrió la boca, con expresión de sorpresa. Se rió y empujó a Max.

- ¡Mentiroso! ¡No le creas! – Gritó al teléfono. Y sentí como si fuera a desmayarme.

¿Alexa y Max tenían un hijo?

Mierda, mierda.

Lolaa Beer ¡Gracias por leer! Dejen sus votos y comentarios :)

¡Malditas Traiciones!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora