Capítulo 13: Alexa.

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Los chicos eran exactamente como Max me los describió, y por suerte les caí bien, o por lo menos eso era lo que me habían dicho. Y a Gavin sabía que le agradaba y mucho, me cuidaba demasiado y es el que más estaba conmigo después de Max, siempre estaba al tanto de lo que necesitaba, y siempre estaba sonriéndome, y su sonrisa era tan angelical. Max por eso se molestaba con él, según él, me estaba coqueteando, pero Gavin sólo me veía como su hermana menor. Él me contó que su hermana era bastante parecida a mí, y que porque le recordaba a ella me cuidaba. La relación que tenían no era muy buena, y ella falleció cuando tenía 17, la habían asaltado. El dolor que sentí cuando me lo conto fue tan dolorosamente extraño, en el poco tiempo que estuve con él también fui queriéndolo como si fuera mi hermano, y lloré por él, Gavin me abrazó y me aseguró ya estaba mejor, que no llorara por él, pero eso era algo que uno nunca se superaría, el dolor de la perdida era permanente y eso provocó que llorara aún más.

Gavin era un chico alto, de cintura pequeña y espalda ancha, musculoso, de cabello negro y corto, sus ojos azules eran oscuros, y hermosos, su nariz delgada y respingada, su mandíbula fuerte y cuadrada, en resumen, un chico muy apuesto. Pero no era mi tipo.

Jake era un chico igual de alto que Gavin,delgado y largo, de cabello rubio y corto, sus ojos eran de color avellana, tenia un piercing en la lengua y otro en la nariz, y también era bastante apuesto, pero como Gavin, no era mi tipo.

Travis era jodidamente atractivo, honestamente, cada vez que lo veía tenia que tener la mandíbula muy apretada para que no se me cayera la baba. Él era alto, de cabello negro azabache, ojos grises, mandíbula cuadrada, labios carnosos y sonrisa de matador, se le formaban unos hoyuelos hermosos en sus mejillas cada que sonreía, y le daban un toque de picardía que te provocaba que las rodillas te traicionaran. Su espalda era ancha y sus hombros musculosos, al igual que sus brazos, y tenia unos abdominales ¡Dios! Era demasiado sexy, y Max tenía razón, apenas me vió empezó a coquetear conmigo, pero lamentablemente, tampoco era mi tipo.

Max, él si era mi tipo. Era muy de mi tipo. Era tan salvaje y apasionado, el sólo actuó tímido conmigo por el shock de, según él, ver a una diosa como yo en su puerta. No fueron mis palabras, fueron las de él.

La cosa era, que Max era demasiado perfecto. Y me gustaba demasiado, pero tenía miedo, miedo de que si dejaba que lo nuestro floreciera, él vaya a traicionarme o me deje.

Tenía tanto miedo.

Malditos Evelyne y Luke.

Por su culpa me volví tan cobarde.

Pero eso ahora era pasado. Max y yo estabamos juntos desde hace 8 meses, y nadie nunca me había tratado como él, se mostraba tan lindo, tan atento y detallista. Lo quería tanto, me había demostrado de millones de maneras que él nunca me lastimaría, y yo siempre le creí, se que él es el correcto para mi, el indicado, Luke nunca lo fue, ahora lo sé. Ahora les agradezco, en parte, a esos traidores por lo que me hicieron, gracias a ellos pude conocer y enamorarme de Max. Mi corazón, con todas sus cicatrices, quería cada parte del perfecto corazón de Max.

Max era tan dulce que cuando vió todas las cicatrices en mi cuerpo besó a cada una de ellas, y no eran pocas, y dijo:

“Con cicatrices o sin ellas, para mí, siempre serás la mujer más hermosa y perfecta que haya pisado la tierra.”

Me enamoré más de él al escuchar esas palabras.

Aún recuerdo perfectamente la noche en la que confié en él lo suficiente como para abrirme y contarle todo, todo lo que había sufrido, y todo lo que sentía por él.

Max me había llevado a una especie de pradera, con unas cuantas flores muy lindas. No tenía idea de por qué me había traído aquí, pero el lugar era perfecto, bajo la luz de la luna y las estrellas, era todo tan ...romántico.

¡Malditas Traiciones!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora