Capítulo 22:

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- Oh, la conozco. Su banda hizo de telonera de Lost souls en un concierto.

- ¿Y? ¿Lo viste? ¿Viste lo maldita que es? – Preguntó Carl. Viéndose algo desesperado.

- Bueno, no…

- ¡Aja! – Gritó Clary señalando feliz a Carl.

- Pero… - Continúe. – No le caía bien Luke. – Ante la mención de Luke, Jamie frunció el ceño.

- ¿Por qué? – Preguntó Aaron.

- No lo sé, se llevaba bien con el resto de los chicos. – Murmuré recordando el tiempo en el que ella pasaba el rato con los chicos por lo del concierto. – En especial con Damon, según tenía entendido eran amigos desde hace algún tiempo, y bueno, como que medio detestaba a Luke. – Me encogí de hombros. – O tal vez el estaba exagerando, nunca la vi en persona.

- Bueno, ella es agradable… A menos que seas Carl. – Rió Aaron mientras señalaba a un muy pálido Carl. Todos, menos Carl, obviamente, nos reímos.

- Supongo que dentro de dos semanas tendrán que buscar un nuevo bajista… - Carl fingió llorar.

- No te preocupes, haremos audiciones. – Volvimos a reír. Al rato Tom apareció diciéndonos que todo estaba listo y que ya podíamos grabar las canciones.

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- ¡Iremos por algo de beber a la maquina! – Gritó Clary mientras me arrastraba por la puerta. Los chicos apenas si nos escucharon, estaban muy entusiasmado en su conversación de quien era más sexy, si la chica de la portada de abril de Playboy o la de mayo. Hombres.

- No creo que te hayan escuchado. – Dije caminando hacia al ascensor. Las maquinas de la planta de arriba estaban todas descompuestas, era algo extraño, pero decidí no darle importancia, estaba demasiado ocupada pensando en la cita que tendría con Luke dentro de unos minutos. Estaba nerviosa por lo que había sucedido en la mañana, Luke nunca se había comportado así conmigo. Todo era culpa de Alexa ¡Ella lo tenía embrujado! ¡Como a cada hombre que se le acercaba! Era completamente injusto y detestable… Ella era detestable.

- Lo sé, podría estallar una bomba nuclear y ellos ni se enterarían por hablar de esas zorritas en las revistas. – Hizo una mueca de asco.

- No creo que sean precisamente zorras. – Yo sabía exactamente como eran esas malditas. Me topaba con ellas todo el tiempo porque iban detrás de mi hombre.

- Para mi toda aquella que deja que varios hombres la vean desnuda o parcialmente desnuda es una zorra. Una verdadera mujer no debería estar exhibiéndose tanto. – Bufó. Entramos al ascensor y ella presionó el botón de planta baja.

- ¿Y?... ¿Cómo está Max? Con lo de la ruptura. – Pregunté agachando la cabeza. No me culpen por la pregunta, tenía bastante curiosidad. Es decir, Max y Alexa parecían tal para cual, y se notaba a leguas lo enamorados que estaban el uno del otro, me parecía tan extraña la repentina ruptura. Necesitaba saber porqué habían terminado. Aunque tenía una pequeña idea del porque.

- Bien, creo. No somos de hablar de esas cosas, y hace un par de días que no lo veo. Pero estoy muy preocupada por él. – Ella me miró, en su mirada se veía que estaba hablando en serio. – Una vecina que es amiga mía me contó que él siempre sale a eso de las diez del departamento y no vuelve hasta altas horas de la madrugada. – Tragó saliva. – Tengo miedo de la forma en la que él esté intentando superar la ruptura.

- No te preocupes, seguro no es nada. – Traté de consolarla, pero debo admitir, que soy pésima en eso, siempre lo fui y siempre lo seré. Suspiró.

¡Malditas Traiciones!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora