Capítulo 29: Alexa.

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- Hey, hey… Hola… Te enfermaras – Podía escuchar una dulce voz lejana, era tan tranquila y suave que me arrastraba de nuevo al sueño, estaba tan cansada. Quería dormir. - ¡Despierta! – El grito provocó que pegara un salto y abriera los ojos. Clary.

- Demonios, Clary ¿Qué quieres? – Murmuré adormilada cubriendo mis ojos con mi antebrazo, Dios, quería dormir.

- ¿Cómo que qué quiero? ¡Dijiste que saldríamos! Ya les avisé a las chicas y están en camino. Así que levanta tu trasero desnudo y vístete. – Dirigí mi somnolienta mirada a mi cuerpo para darme cuenta de que seguía con la toalla. Suspiré.

- Estoy cansada, Clary ¿No pueden ir sólo ustedes? En serio quiero dormir.

- Nop. – Clary se levantó de la cama y caminó hacia mi maleta.

- ¡Por favor! – Me quejé.

- Nop, tu irás con nosotras, así que muévete.

- ¡Clary! – Alargué su nombre en protesta, cuando mi nuevo teléfono comenzó a sonar. - ¿Diga?

- No pareces contenta por mi llamada. – Max. Suspiré. - ¿Qué sucede?

- Estoy cansada y tu pequeña hermana quiere que salgamos a un bar con las chicas.

- ¿A un bar? ¿Ustedes solas? Oh, no. Ni hablar, y menos tu. No saldrás de tu habitación. – Bufé.

- ¿Por qué no se lo dices a tu hermana?

- ¡Ella saldrá con nosotras quieras o no Max! ¡Supéralo! – Le gritó Clary mientras buscaba ropa en MI maleta ¿Qué onda? Escuché a Max suspirar. Me levanté y me quité la toalla de mi cabello sólo para encontrarlo horriblemente despeinado. Gruñí.

- ¿Por favor, Clary? – Pregunté, haciendo mi mejor voz de cachorrito abandonado. Si Clary me dejaba quedarme podría invitar a Max a la habitación, y así intentar arreglar las cosas entre nosotros. Ella se levantó y se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

- ¡No! Ahora vístete.

- De acuerdo, de acuerdo. – Suspiré derrotada. – Ya la oíste.

- Hay veces en las que quiero matarla.

- Dímelo a mí. – Rodé los ojos. - ¿Por qué llamaste?

- ¿Es que acaso no puedo llamar a mi chica?

- Ese es el punto, Max. Yo ya no lo soy. – Susurré a pesar del dolor que aquellas palabras me provocaban.

- Escuché que hoy fuiste a la piscina. – Fruncí el ceño.

- ¿Y?

- Y que estabas con Gavin. – Agarré mi ropa interior para comenzar a vestirme.

- ¿Tu punto? – Él gruñó.

- Mi maldito punto es que Cam me dijo que los vio jodidamente besarse. – Prácticamente escupió. Suspiré.

- Pero que chismoso. – Murmuré entre dientes, abrochando mi brasier, con el teléfono aplastado entre mi oreja y hombro.

- Así que es cierto.

- Fue solo un pequeño beso, Max. Ni siquiera duró un segundo.

- ¡Fue un beso de todas formas! ¡Cuando lo vea le sacaré el infierno a golpes! – Gritó.

- ¡Max! ¡No le harás nada!

- ¡Dijiste que sólo sería Luke! ¡¿Por qué demonios dejaste que ese imbécil te besara?! – Escuché que alguien tocaba la puerta y al voltear vi que Clary la abría, dejando entrar a Kate, con un short negro, converse, una musculosa blanca con el logo de “Dead Alice”, una campera azul y el cabello recogido en una despeinada cola de caballo. Detrás de ella venia Dee, con un vestido de tirantes negro que le llegaba hasta la mitad del muslo, una chaqueta de cuero, medias con ligeros y unos zapatos con plataforma negros. La ultima en la fila era Evelyne, ella traía un jean azul ajustado, tacones rojos, musculosa blanca y un saco de cuero. En ese momento me volteé y caminé rápidamente hacia la pequeña mesa de luz que se encontraba a un lado de mi cama y agarré la muñequera con tachas que utilizaba para cubrir el tatuaje de Luke que tenía en mi muñeca.

¡Malditas Traiciones!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora