Capítulo 37:

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Ok, esto tiene que ser un malentendido. Un maldito malentendido.

Alexa no parece haber pasado por un jodido embarazo.

Está demasiado buena.

Respira, Luke, respira. Alexa no tiene un hijo, no lo tiene...

¡Mierda, Alexa tiene un jodido hijo!

Mierda, mierda, mierda.

¿Cómo pudo tener un hijo de ese imbécil?

¿Cómo pudo no esperarme?

Claro que me iba a esperar, le metí el cuerno con la hermana, y me rendí demasiado rápido con ella ¡Era obvio que me iba a esperar! Soy un idiota.

Pero siempre creí que en algún momento ella volvería a mi, que todo volvería a la normalidad, ella estaría conmigo, y seriamos felices para siempre.

Y luego soy yo el que le dice a Evelyne que es una ingenua.

¿Cuantos años tendrá el bebé? ¿Meses? ¿Un año, tal vez?

¿En serio cometió la estupidez de quedar embarazada de un chico que apenas conocía?

¡Pero qué mierda!

Tengo que dejar de pensar en ello, de lo contrario mi cabeza explotará. Tengo que dejar de pensar en ese bebé, en cómo sería ¿Tendrá los ojos verdes de Max o los oscuros de Alexa? ¿Tendrá los carnosos labios de ella o los grotescos labios de Max? ¿Cómo será su sonrisa? ¿Cómo se escuchará su risa?

¿Cómo sería si yo fuese su padre?

¿Tendría mis ojos azules, mis labios o mi nariz?

¿O se parecería más a Alexa? ¿Cómo se escucharía el "Papá" de sus labios?

Mi corazón comenzó a latir dolorosamente en mi pecho ante la imagen.

Que un niño me llame Papá y a Alexa mamá sería lo más hermoso y perfecto que me sucedería en la vida. Tener un hijo con ella sería como tocar el cielo con los dedos, sería mucho mejor que hacer música, mucho mejor que todo el sexo duro y salvaje del mundo.

Tener un hijo con ella sería lo ideal.

Tener un niño de ojos tan oscuros como la noche, y cabello tan claro como la luz del día, con una sonrisa brillante y arrogante.

Tener una niña de ojos claros como el cielo, y cabello oscuro como el de su hermosa madre, con una sonrisa llena de dulzura y ternura.

Ver el resultado de nuestro amor, correr y reír por nuestra casa, llamarnos mamá y papá... ¿Por qué siento está presión en el pecho ante esa imposible imagen?

Y éste es el momento en el que me doy cuenta.

Cuenta de cuanto malditamente quiero tener un hijo.

Pero un hijo de Alexa. Quiero que ella me dé un hijo.

Cuando era pequeño, me había hecho la promesa de nunca casarme, de nunca tener un hijo. Nunca cuestioné esa promesa, estaba completamente seguro de que lo cumpliría al pie de la letra.

Hasta que conocí a Alexa.

Ella me hizo cuestionar todo acerca de todo.

Todo sobre mi, sobre mis creencias, sobre esa jodida promesa.

Sabía que me estaba enamorando perdidamente de ella, pero tenía la pequeña esperanza de que seguiría siendo fuerte y cumpliría esa promesa, después de todo, soy un hombre de palabra.

¡Malditas Traiciones!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora