EPÍLOGO Parte II

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Alex
_ Esa mujer era yo. - la escuché decir entre sollozos. _ yo, como todas las chicas del pueblo estaba perdidamente enamorada de él, creo que la única que no lo volteaba a ver era tu madre y él se encaprichó con ella, yo perdí la razón cuando él me escogió a mí de entre todas, pero no me imaginaba que lo había hecho para poder acercarse a ella, a mi propia hermana, lo lamento tanto de verdad. - el llanto se intensificó. _ de haberlo sabido jamás, jamás le hubiera dado cabida en mi vida. Arruiné mi vida, la de tu madre y la de dos pequeños, tú y mi hijo.

En ese momento fue que me cayó todo el peso de la verdad. Dos pequeños, su hijo y el de mi madre, Jeremy y yo, el mismo padre. Hermanos, hermanos, no primos, en realidad también éramos primos, ellas eran hermanas, luego me vino otro pensamiento, Jeremy, el padre del hijo de Cam y yo el padre del otro hijo de Cam, él y yo hermanos, era una locura, sentí la mano de Cam intentando soltarse de las mías, pero no sé lo permití, ella estaba tan consternada como yo. Estuve a punto de derrumbarme, pero mire su rostro, sus lágrimas, su angustia y no me lo permití, me sobrepuse, la abracé y le dije que todo estaría bien.

_ Ambos son mis hijos. - dije y con mi vida responderé por ellos. - tome su rostro entre mis manos. _ los amaremos y los guiaremos por el buen camino. Estaremos atentos y sabremos guiarlos, sabiendo lo que sabemos, será más difícil que nos equivoquemos.

No supe en qué momento mi tío se acercó a nosotros, y nos abrazó.

_ Sabemos que es posible. - nos dijo. _ la prueba eres tú y estos dos pequeños tienen suerte de tenerte como padre y de tener una madre como tú esposa.

Ella se volvió a mi cuando mi tío se apartó.

_ Lo lograremos - dijo con voz quebrantada. _ juntos lo haremos. - acarició mi rostro con sus delicadas manos. _ esos dos hombres están muertos y jamás podrán influir en nuestros hijos. Solo de nosotros depende hacer la diferencia.

La abracé, no me había equivocado con ella, era una buena mujer, y una excelente madre y por ella, por ellos, yo me esforzaría por ser un buen hombre y un excelente padre, porque los amaba, los amaba con todo mi corazón, y a mis tíos, y a mis padres, que se acercaron y nos abrazaron quebrantados.

Supe que no estábamos solos, esas dos parejas, serían siempre nuestro apoyo, quizás nos equivocáramos, pero teníamos quien nos diera su dirección, quien nos hiciera ver nuestros errores y siempre podríamos rectificar nuestro camino.

Ese día supe, que no tenía que gritar más a los cuatro vientos ¡NO FUI YO! y haría hasta lo imposible para que ninguno de mis hijos tuviera que verse en mi situación algún día y que ningún de mis hijas, si las tenía, pasara por lo que mi madre y mi esposa pasaron. Estaría atento a mi familia y la protegería.

Eso pensé en esa ocasión, sin pensar jamás que podría perder a mi esposa, que podría verme de pronto solo, con esa responsabilidad tan grande, y me sentí desvalido, porque sin ella no podría, no me sentiría capaz, aún si mis tíos y mis padres estuvieran para ayudarme, ella era mi vida y no podía perderla.

Volví a la realidad, no sé por cuánto tiempo estuve ausente, perdido en mis recuerdos.

El médico salió, su rostro denotaba preocupación. Yo dejé de respirar.

_ De verdad no sé qué fue lo que sucedió. - empezó a hablar y yo me imaginé lo peor.

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Alex
Estamos en el panteón, los sepelios siempre son tristes, si por nosotros fuera nuestros familiares siempre permanecerían a nuestro lado, pero eso no es posible y a veces nos toca decirles adiós, cómo ahora, que le estamos diciendo adiós a la madre de Lea, después de su lucha contra el cáncer se recuperó, pero su organismo no volvió a ser el mismo, y quedó debilitado, aun así sobrevivió varios años más, con buena calidad de vida, sin embargo ahora nos dejaba, no por el cáncer, si no por un paro cardíaco, que nos tomó por sorpresa a todos, Lea José y yo viajamos de emergencia cuando nos avisaron. No podía no estar presente cuando les debía tanto, además, aunque Lea estaba con su esposo, sabía que también necesitaba mi apoyo, habíamos pasado por tanto juntos, nuestra amistad era muy firme y aunque yo la pensé mucho porque me resistía a dejar a Cam y mis pequeños solos, pero se lo debía a Lea, además ellos no se quedaban solos, sus padres se estaban quedando en nuestra casa, desde que nuestros pequeños nacieron, sí, mis pequeños, porque eran dos, un niño y una niña.

Aquél día, cuando estábamos en el hospital y que el médico salió, cuando yo esperaba recibir la peor noticia del mundo, recibí la mejor.

_ De verdad no sé qué fue lo que sucedió. - había dicho el médico. _ nunca vi un indicio de que se tratara de dos. Les juro que no fue negligencia. - se deshacía en explicaciones, explicaciones que yo ya no escuchaba porque mi mente se había quedado en el momento en el que dijo dos.

_ ¿Está diciendo que tengo dos hijos? - interrumpí su palabrería.

El guardó silencio y asintió.

_ Es usted el afortunado padre de dos hermosos bebés. - me miró aliviado. _ un niño y una niña. Felicidades.

_ ¿Mi esposa...? - pregunté con temor.

_ Recuperándose, nos dio un gran susto. Pero todo quedó en eso, los tres están bien.

_ ¿Puedo verlos?

_ Por supuesto que sí. - me dijo y me guío hasta ellos.

Ahí estaba, mi preciosa esposa, con el rostro pálido y desencajado, pero recibiéndome con una tímida sonrisa.

Me acerqué, y tomé sus manos entre las mías.

_ Gracias... gracias... - empecé a decir llenándola de besos. _ gracias por hacerme el hombre más feliz de este mundo, primero dándome tu amor y luego dándome este maravilloso regalo. - señalé a mis pequeños que yacían tranquilos en sus cunitas a un lado de su madre y a quienes aún no conocía.

Ella me sonrió, aún se hallaba debilitada y adolorida.

_ Son hermosos. - dijo. _ se parecen a su padre.

_ Son muy pequeños. - me puse de pie y me acerqué a ellos. - por su bien espero que se parezcan a su madre.

No los podía tomar en los brazos, a los dos, así que me limité a acariciarlos, ya tendría tiempo para cargarlos con ayuda de alguien.

_ Tienes razón. - me acerqué de nuevo a ella. _ son hermosos y también lo serán como personas. - Tomé sus manos y las besé. _ nos encargaremos de eso.

Ella asintió y enterró su cara en mi pecho, yo la abracé, juntos lo haríamos, nos esforzaríamos. Ahora el futuro nos sonreía. Tomé su rostro con delicadeza, la miré a los ojos.

_ Te amo. - dije besándola. _ y te necesito. - susurré aún sobre sus labios, luego me perdí en ellos.

No puedo ser más feliz, a pesar de lo que cada uno paso, lo superamos y logramos estar juntos como era nuestro destino, ahora con tres hermosos hijos de los cuales cuidar y no digo que haya sido fácil, hay heridas que estoy seguro van a sanar, porque ya lo están haciendo y aunque quisiera olvidar el pasado, sé que es imposible, porque forma parte de nuestra vida y de nuestro crecimiento, lo que si digo es que ya no nos afecta como lo hacía antes y que jamás nos dejaremos doblegar por él, al contrario es el constante recordatorio de que podemos afrontar lo que sea y que siempre saldremos adelante, por supuesto con la ayuda de Dios, porque es Él quien nos sostiene paso a paso.

_ Te amo. - la siento moverse entre mis brazos. _ y siempre te amare. - me dice y yo, la vuelvo a besar.

FIN

Bien, mis querid@s lector@s, hemos llegado al final de una historia más. Por el momento no tengo otra en puerta que pueda subir pronto, pero la buena noticia, es que la de James, de la saga "HOMBRES DE LA SIERRA", ya está tomando forma, estoy en ello y si no sucede nada creo que esa será la próxima. Más adelante estaré poniendo por aquí el prólogo y la portada.

Me retiro agradeciendo todo el maravilloso apoyo que me han brindado a travéz de cada historia, y agradezco que me hayan acompañado hasta aquí, y por supuesto a quien guste acompañarme en la siguiente historia los espero con gusto. Un saludo muy muy especial a cada un@ de ustedes, y una vez más ¡GRACIAS! ❤️❤️❤️

¡NO FUI YO!Where stories live. Discover now