CAPÍTULO 10 AYUDA

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Camila
Después de escuchar el auto de Alex arrancar y de bajar a mi pequeño de mis brazos, fui a ver a mi madre, mi padre estaba a su lado y estaba llorando. De inmediato supe lo que pasaba, y mi corazón dio un vuelco. No quería perderla, aún no estaba preparada, vi como respiraba con dificultad y no pude dejarla así, los médicos ya nos habían advertido que lo mejor era dejarla morir en paz, ellos ya no podían hacer nada y el tratamiento que requería era imposible de pagar por nosotros y, aun así, sus posibilidades eran inciertas.

En mi desesperación salí a la calle, miré a los lados ninguno de los vecinos que contaban con auto se encontraba en sus casas, lo único que se me ocurrió fue salir a la avenida y buscar un auto de alquiler, sabía que en el hospital se molestarían conmigo, ellos decían que lo único que estaba haciendo era alargar su agonía, porque no podían hacer por ella, más que estabilizarla y regresarla de nuevo a casa, pero no me podía resignar a verla morir y no hacer nada.

Alex
Arranco el auto y me pongo en movimiento, estoy a punto de entrar a la avenida, pero mi mente está tan confusa y tan dispersa, que prefiero detenerme, al menos hasta que me calme, no quiero ser el causante de provocar algún accidente.

Mi mente se pierde imaginando cosas y no logró comprender, en un momento algo llama mi atención, me parece verla a ella, está corriendo y se ve desesperada, viene directo hacia la avenida, de inmediato salgo del auto y la llamo al pasar junto a mí, ni siquiera me había visto.

_ ¿Sucede algo? - corto su carrera provocando que dé de lleno contra mi cuerpo.

Ella me mira, aún la sostengo por los brazos para que no caiga. Por un momento pienso que se va a alejar furiosa, pero no lo hace, sus ojos están llorosos.

_ ¡Es mi madre! - dice con voz ahogada. _ ¡necesito llevarla al hospital!

_ Sube. - digo abriendo la puerta del copiloto y ayudándola.
Rodeo el auto y me pongo al volante, con rapidez doy vuelta y regreso a la casa de ella.

Al llegar no espero a que ella me indique que puedo pasar, solo la sigo.

Entro hasta la habitación, me doy cuenta de que en la sala alguien cuida del pequeño, mientras que en la habitación solo está su madre luchando por respirar y su padre a su lado sosteniendo su mano, totalmente devastado. El voltea y me ve, me miró con odio, pero es solo por un momento su atención se vuelve hacia su esposa que emite un leve quejido.

_ Vamos. - digo acercándome. _ los llevaré al hospital.

Él no se mueve.

_ Papá, sé que dijimos que ya la dejaríamos, pero no puedo y sé que tú tampoco. - suplica ella llorando.

Él la mira abatido, no dice nada, pero se hace a un lado, entonces me adelanto y la tomo en mis brazos, sé que él está en un dilema, no quiere que muera, pero tampoco quiere ser partícipe de tenerla aquí sufriendo más, solo se retira y yo salgo con ella y con Camila siguiéndome.

Afuera, Camila sube al auto en la parte trasera y yo acomodo a su madre en su regazo. No pierdo tiempo y arranco el auto rumbo al hospital.

Ahí escucho la renuencia del personal a atenderla, aun así, la reciben.

_ Ya no hay esperanza. - me dice ella entre sollozos. Ambos estamos sentados en el piso de un solitario pasillo, esperando. _ soy egoísta al traerla de nuevo, pero me resisto a perderla

_ Siempre puedes pedir una segunda opinión. - digo.

_ Hay un tratamiento, pero está fuera de nuestro alcance, además está tan mal que ya dudo que ese tratamiento sea viable para ella. - me dice entre sollozos.

_ Buscaremos la forma. - digo tomando su mano entre las mías, ella no las retira, solo llora. No lo resisto y la abrazo, Tampoco se aleja y siento que he avanzado un pequeño paso.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero para mí fue como un pequeño suspiro, no deseaba que terminara, pero mi teléfono empezó a sonar.

En cuanto escuchamos el primer sonido, ella se separó y se puso de pie, yo miré y supe que no podía ignorarlo.

_ Lamento haberte preocupado. - digo apenado. Era Lea. _ en este momento no te puedo decir. - digo cuando me pregunta cómo me fue con Camila. _ ya hablaremos. - digo saliendo del lugar por una pequeña puerta que se encuentra cerca y da a un pequeño jardín, no sabía si estaba permitido, pero no había nadie a la vista. _ ahora quiero pedirte un favor. - dije. _ ¿Crees que me puedas contactar con el médico que atendió a tu madre? En cuanto pueda te paso los datos de la paciente. - dije, nada perdemos con intentarlo.

_ Solo cuídate. - me dijo. _ no quiero que nada malo te suceda.

_ Descuida. - estoy agradecido con ella. Cualquier otra me armaría un escándalo, pero ella en lugar de estar enojada por no reportarme, me tiende la mano. _ En cuanto pueda nos vemos, no me esperes despierta te mando un beso y otro a Sophia - digo pensando en mi hija, y cuelgo.

La madre de Lea padeció cáncer y sobrevivió, claro que existen muchos factores para salir adelante, como el organismo de cada paciente, la etapa en la que se encuentre la enfermedad y a veces la capacidad del médico para dar el tratamiento adecuado y algunos más, aun así, para un ser querido cualquier esperanza, por mínima que sea es buena.

Camila
Me levanto cuando el celular de él suena. Veo como también se pone de pie y contesta, saliendo fuera, me quedo parada por unos minutos, no soy capaz de estar ahí sola y lo sigo, pero no salgo, desde mi posición puedo escuchar su conversación. Es su esposa, es una gran mujer y debe de tenerle mucha confianza para que no le importe que esté con otra mujer y que ni siquiera le haya dicho que llegaría tarde, yo no podría, yo estuviera muerta de celos. Me doy cuenta de que, aunque no es nada mío, tengo celos, si, desearía que no estuviera casado y sobre todo que lo que sucedió nunca hubiese sucedido, quisiera regresar a aquel día y cambiar el giro de los acontecimientos, quizás entonces yo sería su esposa y no ella. El término de su conversación me vuelve a la realidad. Es increíble. Pero escuché que preguntaba por un médico ¿acaso intenta ayudar a mi madre? Si fuera así juro que olvidaré todo lo que pasó, si él le da una sola oportunidad a mi madre.

De nuevo el llanto se hace presente y no puedo evitarlo, no puedo creer que él hombre que me atacó y del que mi madre me defendió con uñas y dientes, sea el mismo que ahora nos tienda la mano y le esté dando una oportunidad, pero no puedo rechazarlo, porque no puedo perderla a ella

Lo siento acercarse, me quedo quieta y el me rodea con sus brazos, es tan ilógico que me sienta segura y reconfortada a su lado. ¿me estaré volviendo loca?

¡NO FUI YO!Where stories live. Discover now