CAPÍTULO 23 COMO GOTAS DE AGUA

1.9K 308 18
                                    

Alex
Estoy con mis tíos, mis abogados lograron que tuvieran un momento a solas con mi primo y las cosas no fueron bien, él los trato como siempre lo hacía, con odio y despreció, los culpó por no haberle dado una vida de lujos como él deseaba y les dijo que estaban obligados a sacarlo de ahí y a darle todo lo que necesitaba ahí adentro, mientras estuviera.

Cuando salieron estaban destrozados, pero, ya tenían claro lo que harían.

_ Lo ayudaremos con lo mínimo. - dijo mi tío. Él no cambiará, porque no quiere hacerlo y no está arrepentido de lo que hizo, si no de lo que no logró hacer.

_ Quizás ahí adentro cambié - dije, sabiendo que era muy improbable.

_ No lo hará. - habló mi afligida tía. _ no se en que fallamos, le dimos todo lo que pudimos, un hogar estable, un lugar hermoso en donde vivir, nunca le faltó nada, lo educamos con valores. No entiendo que sucedió.

_ No te angusties tía. - tomo sus manos entre las mías. _hay gente a la que no necesita faltarle nada para desviar el camino, simplemente quieren más y nunca tienen lo suficiente, por más que se les dé, mi primo es de ese tipo y tenga lo que tenga, siempre va a querer más y no es culpa de ustedes.

_ Es por eso. - habla mi tío. _ que hemos decidido dejarlo solo, no lo visitaremos más, no tiene caso, no nos quiere ni nos respeta, le daremos lo necesario para que sobreviva, pero tiene que pagar por lo que hizo, me duele tanto. - se llevó las manos a la cabeza, devastado. _ pero es necesario. Tiene que aprender su lección.

Me parece muy acertada su decisión. Mi primo todavía se da el lujo de seguir menospreciándolos, cuando ellos le dieron todo, no se merecen sus reproches. Ya es hora de que aprenda que las cosas se ganan y que siempre hay un precio que pagar y lo más importante, que nuestros actos siempre tienen consecuencias sean buenas o malas.

Él en su necedad ni siquiera se dio cuenta de que sus padres ya no eran solo los encargados del rancho donde vivían, hace tiempo que son los dueños, sí, tuve la oportunidad de comprárselo a los padres de Lea y lo puse a nombre de ellos, se lo merecían, además lo trabajaron toda su vida, así que era de ellos.

Mi primo era un idiota que se perdía a los mejores padres del mundo, lo bueno era que yo los tenía para mí, porque siempre me trataron como si fuera su hijo, aún antes de saber que era inocente de verdad, pero ellos siempre creyeron en mí.

_ Estamos seguros de que no hiciste nada malo. - me dijeron cuando me recibieron hace seis años atrás. _ porque te conocemos, un joven como tú qué no tiene vicios, que dedica su vida a ayudar a sus padres, que se la vive para el trabajo y el estudio que no tiene malicia en su corazón, no haría tal cosa, ¿cómo no lo ven los ciegos de tus padres?

En aquella ocasión me abrazaron ambos y yo me derrumbé, me sentía solo y desamparado, mi mundo se había venido abajo en un abrir y cerrar de ojos, pero ellos estuvieron para mí, ¿cómo no apoyarlos ahora que lo necesitan tanto?

_ Lo superaremos. - dijo mi tío y ella asintió. Eran las mismas palabras que siempre me decían cuando yo me desanimaba "lo superarás" "todo pasa" y era verdad, aunque en su momento duela y parezca que es el fin del mundo, todo pasa. Los abracé más fuerte, ellos estuvieron para mí, yo estaría para ellos todo el tiempo que me necesitaran, porque eran fuertes, y saldrían de esta, aunque en este preciso momento estuvieran doblegados, pero se levantarían eso era seguro.

✴️✴️✴️✴️✴️✴️✴️✴️✴️
Alex
Estoy parado ante el gran ventanal de nuestra casa en la pequeña ciudad en donde crecí. No puedo dejar de mirar como las gotas de lluvia caen y resbalan por el cristal transparente y se pierden al caer. No puedo dejar de pensar que así me sentí yo. Era como si alguien me hubiera tomado a la fuerza, me hubiera estampado sobre ese enorme cristal transparente y me hubiera dejado expuesto ahí, para que todo mundo me viera, como resbalaba y caía, aún me sentía expuesto, pero no de la misma forma.

La gente ya no me veía igual, pero si se sentía incómodo.

Acabábamos de regresar de Estados Unidos, y aunque estábamos divorciados, Lea nos acompañaba, nuestra relación no había cambiado, porque éramos y seguiríamos siendo amigos y siempre había existido de por medio el respeto mutuo, además, estábamos preparando a Sophia para que nuestra separación no le afectara tanto.

Mientras tanto, este pequeño periodo de descanso para la madre de Cam, entre un tratamiento y otro, lo aprovecharían para dejar todos sus asuntos pendientes arreglados y pasar después una larga temporada allá conmigo, al menos hasta que los médicos le dieran el alta definitiva. Había grandes expectativas de recuperación y eso tenía a la familia feliz. El padre de Cam, ahora me veía con otros ojos, al igual que su madre y que todos los demás, la verdad es que no puedo culparlos, sería irracional el estar molesto con ellos, cuando yo mismo tuve mis momentos de duda. Todo era tan real y tan concluyente, juro que jamás pensé en mi primo, ni siquiera recordaba lo que hacíamos en aquellos años, llegué a pensar que quizás había tomado algo que me hubiese trastornado y luego no recordaba nada, pero a la vez no recordaba haber probado nada esa noche, pensé que me estaba volviendo loco.

Ahora todo lo que ansío es olvidar lo sucedido y buscar la felicidad, la paz, ya mero la alcanzo, aunque no del todo, mi padre por fin salió del hospital, pero a pesar de que me he visto tentado a ir a su casa en reiteradas ocasiones, no me lo he permitido, no estoy listo para enfrentarlo de nuevo, a estas alturas ya debe de saber todo lo que sucedió y ya debe de saber que lo que tantas veces le repetí era verdad, que no fui yo.

Cómo dije sigo manejando sus empresas y uno de sus gerentes es el intermediario entre él y yo. No digo que no lo volveré a ver, sería egoísta de mi parte y malagradecido, pero como dije, aún no me siento preparado, no sé si de verdad el creé en mí inocencia o quizás piense que mi primo está siendo inculpado sin razón, no lo sé, lo que si sé es que las heridas aún están abiertas y aún duelen mucho y como dicen mis tíos tarde que temprano pasará y sé que así será.

La lluvia sigue en su apogeo ahí afuera, el aire está fresco, pero aquí, ahora mismo, mi corazón se siente cálido y es porque ella está cerca, siento su presencia, vino desde temprano a visitar a Lea y para que los pequeños pasaran un tiempo juntos, pero la lluvia ya no les permitió regresar, quizás yo los lleve más tarde, o ella acepte pasar la noche aquí, en una de las habitaciones de huéspedes, lo cual me encantaría.

La siento detenerse junto a mí y la acerco poniéndola delante de mí. Rodeo su cuerpo con mis brazos y la siento estremecerse, quisiera que el pasado no existiera, quisiera poder borrar todos esos horribles recuerdos de su mente, pero no puedo, lo único que puedo hacer es construir tantos recuerdos buenos y agradables, como me sea posible, hasta lograr que lo bueno sofoque a lo malo y ella pueda ser libre, libre para mí, libre para amar. Para entregarse sin temor.

_ Quisiera ser como esas gotas de agua. - se voltea y me dice. _ limpias y transparentes.

_ Para mí lo eres. - la miró a los ojos. Acarició con ternura su rostro y la beso, es un beso suave, cargado de amor, de ternura y de pasión, ella corresponde y nos perdemos en el infinito, como esas gotas de lluvia que siguen cayendo y no por ello mueren, si no que siguen su curso, como nosotros intentaríamos seguir el nuestro.

¡NO FUI YO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora