CAPÍTULO 5 DE REGRESO

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Camila
Seis años, es lo que hace que esta pesadilla comenzara, a veces me pregunto si yo no hubiese abierto la boca, si no hubiese denunciado, quizás otra sería nuestra vida, porque fue muy difícil una vez que regresamos, la gente no perdona y a mi no me perdonaron, siempre hubo quien me tratara con desprecio porque gracias a mi, un "buen hombre" había tenido que salir huyendo y yo me preguntaba, si había tenido que salir huyendo, ¿seguro que era un buen hombre? Según yo, la gente inocente no huye, se queda y se enfrenta con quién sea para limpiar su nombre. Él no lo hizo, porque no podía hacerlo.

Tantas veces me enfrenté a mi propia conciencia, ¿y si me había equivocado? ¿si de verdad él no había sido? Pero mi cerebro no mentía yo jamás había estado cerca de él, lo había visto a la distancia, me gustaba mucho, no lo puedo negar, incluso llegué a fantasear en casarme con él, formar un hogar y que él fuera el padre de mis hijos, sueños que se rompieron aquella noche, en la que lo único que quedó fue su voz y su aroma. No estoy loca, ni estoy inventando, era él, lo sé, cuando pasé junto a él aquél día, me llegó ese aroma, la verdad no era desagradable, pero después de esa noche lo odié con toda mi alma y su voz, el mismo tono, el mismo timbre, no podía estar confundida, y si alguna vez tuve dudas, con el tiempo estas se disiparon y lo supe con total certeza, como lo supo su familia, que luego quiso ayudarme, pero me negué y como lo supo toda esa,gente que se puso de su lado, y aún así, hubo quien lo justificó, diciendo que seguro yo lo había provocado y en el último momento me había arrepentido.

La ayuda que su familia me ofreció, la rechacé solo por un tiempo, porque luego mi madre enfermó y me vi obligada a trabajar, fue tanta mi desesperación que un día de tantos en los que su padre me abordo una vez más, para ofrecermela, le dije que sí, pero solo si no provenía de él, no de su hijo, porque no quería nada de él, pero mi pequeño no tenía por qué sufrir las consecuencias de lo que hacían sus padres y yo y mi familia nos tuvimos que tragar el orgullo, porque lo que ganábamos apenas nos alcanzaba para mal vivir y costear el tratamiento de mi madre, fue así como acepté una pequeña suma de dinero, solo para lo necesario de él, sus gastos más básicos y su escuela. A cambio tuve que acceder a qué lo vieran y lo trataran, cuando menos una vez al mes. Tengo que reconocer que se han portado muy bien conmigo y con mi hijo, soy yo la que sigo recelosa de ellos. No me olvido que encubrieron a su hijo y no permitieron que pagara por lo que hizo, sacándolo de la cárcel, aun sabiendo que era culpable, aunque ahora que soy madre entiendo un poco, estaban defendiendo a su hijo, pero no fue justo para mí.

Dejando los rencores en el pasado, debo reconocer que, sin esa ayuda, no sé qué hubiera sido de nosotros, no hubiésemos podido con la carga, ciertamente mi madre se recuperó, pero hace unos meses el cáncer volvió y nos encontramos de nuevo en situación crítica.

En estos momentos estoy trabajando de camarera en el hotel más importante de la ciudad, hace un año que conseguí este empleo y lo cuido porque me pagan bien y también me tratan bien, el ambiente de trabajo es bueno, el gerente, un hombre mayor y que no es de aquí, me ha tomado aprecio y me ayuda, recomendándome para hacer trabajos de limpieza en las casas de algunos de sus amigos que trabajan en el hotel, que tienen puestos altos y que no son de aquí. No me molesta hacer ese trabajo porque en verdad necesito el dinero. Justo ahora me dice que hay una persona buscando a alguien de confianza que se encargue de su casa. Me recomendó a mí, porque es alguien muy importante y él sabe que soy confiable. Al parecer se muda aquí por cuestiones de trabajo, junto con su esposa y su hija. De inmediato le dije que sí.

Tan delicada es nuestra situación, que hay ocasiones en las que mi padre y yo nos quedamos sin comer, pero no mi madre y mi hijo, ellos son primero, así que este trabajo extra viene a ser una tabla de salvación.

Alex
Miró a través de la ventana del último piso, estoy en la suite de uno de mis hoteles, no se imaginan de cual, o quizás sí, hace tres días que llegué a mi país, a mi ciudad y me instale aquí. Es temporal, porque la casa que compré está siendo remodelada, es cuestión de unos días para que esté lista, mientras tanto aquí estoy, he estado inmerso en el trabajo y no he salido del hotel, más que lo estrictamente necesario la verdad es que no quiero salir, y no es que sea un cobarde, pero es esa sensación extraña de que no soy bienvenido, aunque siendo sincero no creo que nadie sepa quién soy, he cambiado en todos los sentidos, en aquella época tenía veintiún años, mi aspecto era delgado, nada del otro mundo, sin embargo seis años después, a mis veintisiete
años he madurado, y mi aspecto físico se ha vuelto diferente, las horas pasadas en el gimnasio hicieron su obra, además, me he dejado la barba, y me visto de forma elegante, no con la sencillez con la que lo hacía antes, la verdad no creo que mucha gente me reconozca ahora, de hecho no lo han hecho, hasta que escuchan mi voz o les digo quien soy, mi voz, porque es algo peculiar, la gente solía decirme que podría dedicarme a ser locutor de radio, que mi voz era sexi o varonil, yo nunca le di importancia, hasta que Camila me acusó alegando que era yo, quien la había atacado y que era mi voz la que había escuchado durante el ataque. Incluso que el aroma era el mío, ¿y qué puedo decir a eso? La verdad es que no me la quisiera encontrar, no sé que reacción podría tener y yo no sé cómo podría verla a la cara sabiendo que me cree capaz de hacer lo que ese depravado hizo. Y sinceramente yo no estaría aquí, de no ser porque la salud de mi padre se ha deteriorado, mi madre llamo desesperada a mi tía, ni siquiera fue capaz de decírmelo a mí personalmente, lo que me dice, que a pesar del paso del tiempo no me han perdonado, pero me necesitan tanto que se han tragado su orgullo, ahora me empecé a hacer cargo de las empresas de mi padre, porque a pesar de que tiene personal capacitado para dirigirlas nunca los dejó en libertad y siempre estuvo él controlando todo, es lógico que ahora no puedan hacerlo sin él, no sé cuál será su reacción cuando se entere de que estoy aquí y de que me metí en sus negocios, pero si no lo hago las consecuencias pueden ser graves, no sabemos cuánto tarde él en recuperarse después del infarto que sufrió. He estado en el hospital y aún no recupera la conciencia. Los médicos dicen que está respondiendo al tratamiento, pero quizas sea necesario hacer una cirugía, así que esto no será por poco tiempo.

Con mi madre la relación es distante, ella no se atreve a acercarse a mi más que de manera formal, y yo no voy a forzar nada, hace mucho que entendí la importancia que yo tengo en sus vidas.

Ahora mi relación se limitará a tenerla al tanto de cómo van los negocios, me encargaré de que mi padre sea bien atendido, A él lo visitaré, mientras despierta, porque después no lo haré más, a menos de que él quiera verme y si me llama, es muy probable que lo haga para reclamarme el que haya regresado.

¡NO FUI YO!Where stories live. Discover now