CAPÍTULO 25 EN PAZ

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Alex
Todo ha sido maravilloso, nuestra boda, la recepción, y lo más grandioso de todo, que ahora el amor de mi vida es mi esposa, la amo y ella me ama.

Es la tarde del día siguiente, y nosotros debiéramos estar en nuestro viaje de luna de miel, sin embargo estamos parados frente a la casa de mis padres, acabo de llamar a la puerta y aún en este momento, siento la necesidad de salir huyendo, pero me armo de paciencia y valor y me obligó a esperar, el tener a Cam a mi lado me da la fuerza que necesito, ni siquiera cuando me enfrento a algún importante hombre de negocios con el que tengo que tratar algún asunto que involucra enormes cantidades de dinero, o que de nuestro encuentro dependa el futuro de cientos de familias, o cuando tengo que enfrentarme a mis competidores, me siento tan ansioso como me siento ahora.

Por fin la puerta se abre y una de las empleadas de mis padres, a la cual yo no conozco nos hace pasar, le digo mi nombre y a quien busco, nos dice que esperemos y luego nos hace pasar a través de la casa hasta llegar a una recámara, todo el recorrido me lo sé de memoria porque es la recámara de mis padres. Aunque ella no lo sabe.

La puerta está abierta, me acerco y me conmueve ver a mi padre tan demacrado, tan pálido, está recostado y mi madre sentada a su lado se pone de pie. Nos miran con aprehensión, como si temieran que yo los rechace, o no sé qué se imaginan, si estoy aquí es porque quiero las paces, José me informo de la condición de él y que fue eso, lo que les impidió acompañarme el día de mi boda y quiero creerlo con todas mis fuerzas. Sé que he dicho tantas veces que ya no forman parte de mi vida y que no necesito de ellos, pero es imposible borrar más de veinte años de vida juntos, más de veinte años de cuidados, de amor y peor, siendo un hijo no deseado del todo, creo que eso le da más valor, creo que antes hablé para auto defenderme, para, que mi dolor por el rechazo fuera menos, pero no puedo negar que los amo y que en cierto modo los necesito, necesito su cariño.

_ papá... mamá... - digo en modo tentativo. No se que más decir, ni se que reacción tengan ellos, quizás me vuelvan a rechazar ahora que me tienen enfrente. La verdad es que no soportaría una vez más su rechazo.

Mi madre se adelanta y se hecha a mis brazos llorando, yo la recibo, me imagino lo que habrá sufrido, primero, por el ataque de mi padre biológico y luego pensando que yo era igual que él. Me pide perdón y yo le digo que todo está bien, cuando nos separamos veo a mi padre está conmovido y está llorando, me acerco a su cama y tomo su mano.

Él,  como puede se endereza y me abraza. No deja de repetir que lo perdone.

Ahora lo entiendo, yo mismo estoy en su lugar, casado y amando a una mujer que fue abusada y odiando mil veces al hombre que la atacó, lo que creo que no podría hacer es darle la espalda a mi hijo,
porque ahora es mi hijo, y eso digo yo, porque no hay como estar metido en la misma situación para saber si realmente actuamos como decimos, a veces nos portamos peor, pero eso no lo sabré a menos de que me encuentre en una situación similar y espero nunca hacerlo, de corazón lo espero.

Cuando salimos de ese lugar, yo estaba en paz y ellos también, empezaba un tiempo nuevo para mí, para ellos, muchas vidas habían sido dañadas, pero era tiempo de perdonar, de dejar atrás lo malo y seguir adelante y eso hacíamos, Cam y yo íbamos a tener una semana solos en nuestra luna de miel, en un hermoso destino turístico Lea y José cuidarían a nuestro hijo, luego ellos nos alcanzarían acompañados de los padres de Cam, nunca habían tenido unas vacaciones y menos en la playa, no la conocían, así que sería estupendo para todos, su madre lo necesitaba, después de lo que pasó con su enfermedad y en general todos lo necesitaban, después de superar tanto dolor y tanta tragedia, yo también lo necesitaba.

Camila
Este es nuestro último día solos, la familia llega mañana a unirse a nosotros, incluidos los tíos de Alex, habían declinado la invitación, pero a última hora decidieron que sí venían, me da mucho gusto, son unas personas encantadoras y se lo merecen. Han pasado por mucho con lo de su hijo, fue muy duro para ellos saber lo que ese monstruo había hecho y todo lo que tenía planeado hacer, y sí, perdieron un hijo, pero ahora tienen un nieto y lo adoran, estaban tan apenados conmigo, me pidieron perdón, pero se los dije, ellos no hicieron nada, ni eran culpables de la demencia de su hijo.

Estoy en el balcón, siento a Alex acercarse a mí, trae dos copas de vino y las coloca en la mesita, luego se acerca, a mí y me abraza por detrás, aún me recorre un escalofrío cuando lo siento, pero me obligó a calmarme, cierro los ojos y aspiro su aroma, siento sus brazos y sé que es él y nadie más que él.

Deposita un tierno beso sobre mi cabeza. Lo amo y no creo que ningún hombre hubiese tenido tanta paciencia conmigo, como la que él ha tenido, quiero decirles que cambió su colonia por mí. Que la primera noche de nuestra boda, se la pasó abrazado a mi, consolándome porque me fue imposible cumplir como esposa. La segunda noche estaba tan ansiosa que ni siquiera lo intentó, sin embargo en ningún momento lo vi molesto o me reprochó algo, solo se esmeró en que yo me sintiera cómoda, que disfrutara del sol, la playa, los lugares turísticos, fue hasta la tercera noche, cuando fui yo, quien tomó la iniciativa, no quería perderlo, quería sobreponerme a mis miedos y hacerlo feliz, aun cuando él me había prometido que sería paciente y me esperaría, aún si tuviera que esperar años, me dijo, y yo estaba conmovida por su actitud.

Y aun cuando yo tomé la iniciativa, a mitad del camino, me volvió a entrar el pánico, no dependía de mí, no lo podía evitar, pero él fue paciente, fue tierno y me ayudó a superarlo, me obligué a concentrarme en él, a recordar que el hombre que me había dañado ya ni siquiera estaba en este mundo y que el que tenía junto a mí, no me dañaría, él tomó mi rostro y me obligó a mirarlo a los ojos, si bien era el mismo rostro que me atacó en tres ocasiones, no era él, su mirada no era de él, esta era limpia transparente, llena de promesas, sus palabras no eran sucias ni hirientes, eran de amor, de comprensión, su aroma no era ya el de siempre, era algo nuevo, era fuerte, masculino, varonil, adictivo y me perdí en sus brazos, en sus palabras, en su ternura y en su amor.

Fue mi primera noche de bodas y fue maravillosa, porque tenía a mi lado a un hombre maravilloso, sin embargo, lloré en silencio y lloré mucho porque, por mi culpa ese hombre maravilloso había perdido seis años de su vida siendo considerado un depravado y un patán, lejos de su país, de su familia, luchando y sufriendo por algo que no había cometido. Y aun así se dio cuenta y me consoló, como solo él podía hacerlo, con ternura y amor.

En estos momentos que me abraza, me volteo y lo miro a la cara, nuestra relación aún no es la ideal, cada vez que estamos juntos él principio es difícil, como la primera noche, pero él sabe cómo hacer que mi cerebro recobre la cordura.

Él me mira con sus ojos claros, cargados de amor, rodeo su cuello y lo beso, el responde con pasión.

_ Te amo. - dice sobre mis labios y me abraza con toda la ternura de que es capaz. _ aún si solo me fuera permitido abrazarte. - me dijo. _ sería feliz. - y me vuelve a besar, y yo me pierdo en él.

Llegamos al final. No se pierdan el Epílogo. Un saludo muy afectuoso a tod@s mis lector@s.

¡NO FUI YO!حيث تعيش القصص. اكتشف الآن