¡NO FUI YO!

CAPÍTULO 20 NO FUE MI INTENCIÓN

Alex
Estoy en el hospital, Camila está dormida, no me he separado de ella, le dieron un calmante para que pudiera descansar, por fortuna está bien físicamente, solo sufrió golpes y contusiones, su estado emocional es el que me preocupa, está muy asustada y no es para menos, me arrepiento tanto de haberla involucrado, pero ya no puedo hacer nada. Ahora solo me queda cuidar de ella y darle la noticia de que por fin quien la atacó pagará por ello y que no lo volverá a hacer

La noticia conmocionó a la ciudad, por más que intentamos ser discretos no funcionó, los noticieros hicieron su intervención, y no hubiese sido de tal magnitud de no ser porque la gente aún no olvidaba lo de hace seis años atrás, y aunque por fin se hizo justicia y de paso se limpió mi nombre, no me siento feliz, ni orgulloso, a veces la felicidad de unos es la desdicha de otros y en estos momentos los que sufren son mis tíos. Por supuesto les ofrecí todo mi apoyo, aunque de esta, mi primo no saldrá bien librado, pero al menos les quedará a ellos el consuelo de que no lo dejaron a su suerte y que se hizo lo que se pudo. Ellos son los primeros en estar de acuerdo en que debe de ser castigado, de que sus actos han tenido consecuencias y no se pueden quedar así.

Y en cuanto a mí, no me he movido de este lugar y no deseo hacerlo hasta no irme con ella, la policía vigila el hospital, porque la gente no deja de llegar, todos quieren verme, ahora resulta que soy un héroe, a veces la sociedad me da asco, toda esa gente o cuando menos la gran mayoría, son los mismos que hace seis años me dieron la espalda, fueron unos cuantos los que me apoyaron y luego también me la dieron, también son los mismos que hace unos días intentaban darme muerte destruyendo también mi auto, ahora sí quieren tenerme cerca.

Entiendo que todo me hacía ver cómo culpable, y que no me querían, pero nadie se tomó la molestia de escucharme, de permitir que me defendiera, simplemente atacaron, como gente irracional. ¿por qué me buscan ahora?, Solo quiero que me dejen en paz, la verdad no quiero ver a nadie, ni tratar con nadie, salvo con quienes han tenido trato conmigo pese a todo lo que se decía de mí. Es la gente que para mí vale la pena.

Camila
Estamos de nuevo fuera de nuestro país, mi madre está llevando a cabo su segundo tratamiento. En esta ocasión también está mi hijo conmigo, porque aquí está Alex también, nos volvió hospedar en su casa, me da pena con Lea porque invadimos su privacidad, además me siento culpable porque, aunque no era mi intención, estoy perdidamente enamorada de su esposo y aunque sé que jamás pasará nada entre nosotros, aún si él lo buscara, no dejo de sentirme culpable. Y digo que no pasará, porque no defraudaré a la persona que me ha apoyado tanto, me refiero a Lea y digo que ni aún si él lo buscara, porque juro que a veces pareciese que él siente lo mismo que yo y me siento tan confundida. Si no fuera por mi madre me alejaría de él, de este lugar, y no dejaría que se acercara a mí, pero estoy consciente de que, si no fuera por su ayuda, mi madre no tendría ninguna oportunidad.

Y es que se ha portado tan bien, ha estado a mi lado desde que su primo me atacó por última vez, fue por él, que por fin empiezo a superar esto y que por fin me empiezo a sentir segura, que por fin empiezo a respirar, empiezo a vivir.

Es tarde hace rato que mi pequeño se durmió y que Lea también se retiró con su hija, yo no puedo dormir, estoy inquieta. Pasa de la media noche y Alex no regresa, afuera se escucha una lluvia torrencial, quisiera estar tan tranquila como Lea, pero no puedo. Me preparo un té para los nervios cuando escucho que ella baja.

_ ¿Se comunicó contigo? - llegó hasta ella ansiosa.

Tarde me doy cuenta de mi imprudencia. Sin querer estoy exponiendo mis sentimientos ante su esposa.

Ella me mira con sorpresa contenida y sonríe.

_ Él está bien. - me dice.

_ ¿Te lo dijo? - quise parecer normal.

_ No, pero lo siento. - me volvió a sonreír. _ si algo malo hubiese sucedido, te aseguro que lo sabría. Tenemos una conexión tan especial, que sabemos cuándo uno o el otro está pasando por alguna situación difícil. No te preocupes, llegará, su celular debe de estar descargado y con esta lluvia ha de venir muy despacio, siempre es precavido para manejar.

La veo tomar un vaso con agua, me dice que es para Sophia y se marcha.

Quisiera tener esa seguridad que ella tiene, ambos son afortunados por tenerse el uno al otro y yo me muero de celos porque quisiera estar en el lugar de ella.

No sé a qué horas me quedo dormida, pero me despierto cuando siento que alguien toca mi hombro.

_ Camila. - escucho mi nombre y pego un brinco asustada. Estoy a punto de caer al tropezar con la pata de una de las sillas, al parecer me quedé dormida con mi cabeza sobre la mesa, pero siento sus fuertes brazos sostenerme.

Intento apartarme con rapidez, pero él me lo impide.

_ ¿Me estás esperando? - dice divertido.

Yo asiento con la cabeza, demasiado tarde me doy cuenta de que él solo bromeaba, pero yo ya me delaté.

_ No debiste de hacerlo. - me dice serio y su aliento fresco choca contra mi rostro. Yo me siento aturdida, él no se separa, por el contrario, acaricia con ternura mi rostro. Yo estoy perdida y no me resisto cuando sus labios se posan sobre los míos y me roban un beso. Me siento débil y empiezo a responder, pero de pronto vuelvo en sí. Me aparto empujándolo, pero él me toma de nuevo por los hombros, entonces reaccionó dándole una bofetada, me doy la media vuelta para salir huyendo y me encuentro de frente con Lea.

_ No es lo que parece. - digo torpemente, porque si es lo que parece y yo me muero de la vergüenza. Volteó y lo veo a él y su rostro está enrojecido donde recibió la bofetada, con una mano se toca, pero no parece sentir el menor remordimiento, por el contrario, parece divertirle la situación.

_ Lea... yo... lo siento. - me vuelvo a ella tartamudeando. _ no fue mi intención... perdóname.

NOTA:
Estamos ya a unos cuantos capítulos del final de esta historia, se que a muchas de mis lectoras les pareció complicada la trama, pero agradezco a quienes a pesar de todo llegaron hasta aquí y espero que me acompañen hasta el final. Saludos afectuosos.