CAPÍTULO 21 CONFESIÓN

1.8K 325 17
                                    

Camila
_ ¿Qué voy a perdonar? ¿que estés enamorada? - me mira condescendiente.

Yo la miró sin poder creer lo que me dice. Nos acaba de encontrar a su esposo y a mi besándonos ¿Y no está enojada?

_Me alegra que estés en casa y a salvo. - se acerca a él tocando su mejilla lastimada y dándole un ligero beso en el lugar. _ los dejo para que hablen. - se dio la media vuelta y se fue.

Yo no atino a decir nada, no entiendo que está pasando.

_ Acompáñame a la sala. - dice y me guía, yo obedezco y camino como una autómata.

En la sala me indica que tome asiento y se sienta a mi lado.

_ Hace seis años. - toma mis manos. _ debí tener esta conversación contigo, no se dio entonces, pero ahora quiero decirte, que desde el momento en el que te vi por primera vez, robaste mi corazón, y ni el tiempo, ni los acontecimientos han hecho que mi amor por ti desaparezca, por el contrario, ha aumentado. - me mira directo a los ojos y yo no puedo sostener su mirada, no puedo creer lo que me está diciendo, es una locura, estamos en su casa, bajo el mismo techo que su esposa y su hija y él se me está declarando y lo peor, que yo también estoy perdidamente enamorada de él.

_ Tú estás casado. - intento apartar mis manos de las suyas, pero no me suelta. _ tu esposa está arriba... tu hija...

_ No tengo esposa. - me dice, y mi hija, no puedo decir que no la tenga, porque, aunque no lleve mi sangre, la crie y es mi tesoro.

Lo miro sin poder dar crédito a lo que escucho.

_ Es mejor que te lo cuente desde el principio. - dijo. Hasta hace dos semanas atrás aún era un hombre casado, pero ya no, la última vez que estuvimos aquí, contigo y con tu madre, aprovechamos para iniciar los trámites del divorcio y no, no eres tú la causante de destruir nuestro matrimonio. Fue un acuerdo entre ambos desde el inicio, que, si alguno de los dos encontraba al amor de su vida, el otro le concedería el divorcio, por fortuna para los dos, ambos lo hemos encontrado. _ yo te amo. - me mira con anhelo. _ y quisiera saber si al menos tengo una oportunidad.

_ No entiendo. - me resisto. _ ustedes se llevan tan bien, son una hermosa familia.

_ Hace más de tres años que la conocí y firmé un papel en donde decía que era mi esposa y desde entonces gané una hermosa compañera y amiga, que me ha ayudado a estar en donde estoy, una amiga que ha sido mi compañera incondicional, una amiga con la que hemos sorteado varias dificultades juntos, pero no ha habido amor, no del tipo que yo necesito. ¡Por favor! - coloca su mano en mi rostro y lo acaricia con ternura con su pulgar. _ déjame demostrarte cuánto te amo.

Yo no me aparto, la sensación es tan placentera, que estoy perdiendo la cabeza.

_ Sé que es difícil. - continúa. _ y quizás no sea el momento, vamos a descansar y mañana con más calma hablarás con Lea, yo te daría más detalles de mi relación con ella, pero es algo que le corresponde solo a ella aclarar. ¿de acuerdo? - me sonríe.

Yo acepto y me pongo de pie, pero él me atrapa de nuevo entre sus brazos. Siento su calor y escucho el palpitar de su corazón. Con delicadeza levanta mi rostro y me besa, un beso suave, tierno.

Vuelvo en sí y me aparto de él, huyendo a la seguridad de mi habitación.

Por supuesto me es imposible dormir, cuando está amaneciendo me levanto me ducho y después de cambiarme, solo espero.

Cuando por fin escucho ruido, bajo a la cocina y ahí está ella. Lea.

_ ¿Quieres un café? - me pregunta después de saludarme, se ve tan tranquila como siempre.

Yo asiento y ella me alcanza una taza. Apenas lo pruebo cuando se sienta a mi lado con otro café en sus manos.

_ Te lo dijo. - me mira con una leve sonrisa.

_ ¿Que están divorciados?, Sí y me aseguro que no fui yo quien arruinó su relación.

_ Nuestra relación no está arruinada. - me miró a la cara. _ él y yo hemos mantenido un matrimonio solo en una hoja de papel, pero es una persona maravillosa, es el hombre por el que, cualquier mujer moriría y tuve la dicha de tenerlo por estos mas de tres años, la verdad es que ha sido un esposo y un padre ejemplar, jamás tendría nada que reprocharle. Lo único aquí es que no existe el amor de por medio, cuando yo conocí al padre de mi hija, me enamoré perdidamente de él, la gente que me rodeaba me advirtió que no era un buen hombre, pero como sucede a menudo, no les creí, y menos cuando al saber que estaba embarazada se alegró tanto, sin embargo, mis padres estaban muy molestos y me advirtieron que ese hombre no entraría a nuestra casa a menos de que antes, no hubiese demostrado que su amor por mí era real, yo me ofendí y lo cité para decirle que me iba con él, en ese momento pensaba que no necesitaba de mis padres y que les demostraría que estaban equivocados respecto a él. Sin embargo, cuando le dije que me iría con él, porque mis padres no me apoyarían más, su actitud cambio, me dijo que apenas si se podía mantener a su mismo, ¿cómo se haría responsable de mí y de un niño? Me dijo que me deshiciera de mi bebé y que regresara a mi casa. Me quedé destrozada, pero aun así pensé que su actitud se había debido a los acontecimientos tan repentinos, que estaba asustado y que se le pasaría. A los tres días fui a buscarlo a su casa y grande fue mi sorpresa, cuando lo encontré con otra mujer, ella me hecho, no sin antes confesarme que ella era su verdadera pareja, que tenían años de vivir juntos, que él lo único que buscaba en mi era pasar el rato y mi dinero, luego él mismo me dijo que sin el apoyo de mis padres no le servía, que pensó que a travez de mi bebé por fin conseguiría que ellos lo aceptaron, pero ahora solo sería un estorbo, que no quería a ese bebé ni lo querría nunca. Esa fue la última vez que lo vi. Mis padres me enviaron a uno de sus ranchos, y me dijeron que me quedaría con mi bebé, pero que me tenía que casar, siendo tan conservadores no podía ser de otra manera, así que se dieron a la tarea de buscar al candidato adecuado, yo estaba devastada, porque, ¿cómo podía casarme con alguien que no me conocía, que no me amaba, y que iba a cargar con el hijo de otro? ¿qué clase de hombre haría tal cosa? Solo alguien que era igual de interesado que el padre de mi bebé y eso me aterraba. Por fortuna fui a dar al rancho que manejaban los tíos de Alex y ahí lo conocí a él, trabajaba duro, parecía un peón como todos los demás, pero había algo diferente en él, era atento, educado y cuando empezamos a platicar, tenía ambiciones, no era uno más del montón, nos empezamos a hacer amigos, me contó su situación y yo le conté la mía, fue entonces cuando se me ocurrió proponerle que se casara conmigo, no tenía nada que perder, solo sería de nombre y si él o yo quisiésemos rehacer nuestras vidas, simplemente nos divorciaríamos, como acaba de suceder.

_ ¿Y el padre de tu hija?

_ No lo volví a ver, y no creo que lo haga, era un vividor, mis padres lo amenazaron para que no se volviera a acercar a mí, aunque no hubiera sido necesario ellos no sabían lo que había sucedido entre él y yo la última vez que nos vimos, también le dijeron que había abortado a su bebé, así que no había nada que nos uniera, además mis padres eran muy reconocidos e importantes en ese lugar, así que él no se metería más con nosotros.

¡NO FUI YO!Where stories live. Discover now