CAPÍTULO 2 MUNDO DE CABEZA

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Alex
Camino detrás de José, veo que alguna gente me reconoce y hablan entre sí, no sé si son buenos comentarios o malos, sé que hubo quien creyó que ella mentía y quién me creyó culpable, sea cual sea la situación es muy incómoda para mí, esta ciudad es pequeña y es fácil ser reconocido y más cuando mi padre es alguien tan importante.

Esperamos por varios minutos, que me parecieron eternos, la gente pasaba y me miraba dos veces antes de seguir su camino.

_ Esto es para usted. - escuché la voz de José, y me entregó un fajo de billetes.

Intento rechazarlo, pero él insiste.

_ Tómelo. Le hará falta, si algún día puede y quiere pagármelo lo hará. - dijo dejándolo en mis manos y sabiendo que solo así lo aceptaría.. _ son unos ahorros que tenía, pero no me hacen falta en este momento. - me miró conmovido. _ usted siempre fue bueno y amable conmigo, eso no se olvida.

Antes de marcharme, le doy un fuerte abrazo, y un gracias sincero sale de mi boca.

_ Vaya con la frente en alto me dice. _ sé que usted no fue. - y me suelta para dejarme ir.

Me dirijo a abordar, con el corazón partido. Esas palabras las hubiera querido escuchar de mi padre, sin embargo, me las da su empleado, un hombre unos cuantos años mayor que yo.

Subo al avión, no hay vuelta atrás. Ahí quedan todas mis esperanzas, mis ilusiones, mis planes, lo curioso es que dentro de ellos se encontraba ella, Camila y ahora por ella todo se viene abajo. Por un momento me permití llorar, éramos pocos los pasajeros en esa área, nadie se daría cuenta, necesitaba desahogarme. Necesitaba que ese nudo que había en mi garganta se deshiciera, que esa opresión en el pecho se relajara y que ese nudo que sentía en el estómago se aflojara, quizás con llorar no lo iba a lograr, pero me sentiría un poco mejor, porque después de ese momento no me permitiría otra debilidad

Camila
Después de lo sucedido mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, mis padres decidieron que nos marcharíamos de la ciudad, sobre todo cuando nos dimos cuenta de que estaba embarazada.

Ese día lloré como nunca, quizás más, que cuando ese bastardo abusó de mí. La verdad es que nunca lo pensé de él, quizás lo hubiera creído de cualquiera menos de él, ni siquiera teníamos trato, incluso nunca nos habíamos dirigido la palabra, yo lo veía en la universidad y a decir verdad me tenía cautivada, como a tantas otras chicas, todo mundo lo quería porque a pesar de tener tanto dinero, no se le subía a la cabeza, era educado y caballeroso, presumían más quienes estaban a su alrededor, que él mismo, por un momento llegué a pensar que se había fijado en mí, porque últimamente lo encontraba mirándome, incluso me había sonreído a la distancia.

Se acercaba el baile del día de los enamorados y me llegó el rumor de que él quería invitarme, pero nunca se acercó, esa noche fui con mis amigas, era raro que yo anduviera en fiestas, pero él me atraía tanto que decidí ir con la esperanza de verlo, hacia una semana que no se veía por la escuela, pero quienes lo conocían aseguraban que estaría ahí.

Recuerdo que el ambiente estaba muy alocado, la verdad no me gustaba, decidí tomar un refresco antes de marcharme, no bebía, nunca lo había hecho, me lo sirvieron en un vaso y empecé a tomarlo, observé a mis amigas en la pista de baile, estaban tan entretenidas y tan felices que pensé en retirarme y después les llamaría por teléfono para decirles que me había marchado. Además, empezaba a sentirme un poco mareada, quizás era por las luces que no dejaban de moverse. Recuerdo que salí y llegué al estacionamiento, el mareo fue en aumento, tanto, que tuve que recargarme en uno de los vehículos para no caer, fue entonces que unos brazos me sujetaron, recuerdo que una voz varonil, me ofreció ayuda, yo la acepté, porque de verdad estaba a punto de desmayarme, desde ese momento no recuerdo casi nada, solo venía a mi mente esa voz hablándome, diciéndome cosas, cosas que no voy a repetir, recuerdo que quise detenerlo pero mi cuerpo no respondía, desperté de madrugada, estaba en un cuarto con equipo de mantenimiento a un costado del campo deportivo, mi ropa estaba totalmente desarreglada y sentía mucho dolor, a lo lejos se escuchaba aún la música y las voces de los estudiantes, como pude me puse de pie y camine hacia ese lugar con la esperanza de encontrar a mis amigas.

Me encontré con un compañero de clase y le pedí que me llevara a casa.

Ahí lo primero que hice fue ducharme y no le dije a nadie.

Sé que desde ahí empezaron los errores que cometí, de haber denunciado lo sucedido desde el primer momento él no hubiera tenido la oportunidad de quedar libre, pero yo borré todas las pruebas, además perdí credibilidad.

Lo que nadie comprende, es que estaba tan asustada que no supe de momento que hacer, mi mente no trabajaba bien, luego pensé que no me creerían, además no sabía quién lo había hecho. Fue una semana después, cuando regresé a la escuela y que pasé por donde estaban él y sus amigos que lo escuché hablar y todo vino a mi mente, como si volviera a revivir el momento, porque esa era la voz que había estado escuchando, era él.

Me puse como loca y lo ataqué, todos se quedaron sorprendidos, me llevaron a dirección y ahí confesé lo sucedido, hubo quien de inmediato me apoyó, pero la mayoría se pusieron de lado de él, incluyendo las autoridades de la universidad, quienes me aconsejaron no denunciar y no armar un escándalo, según sus palabras yo sería la más perjudicada y así fue. Él quedó libre, no había pruebas más que mi dicho.

Él caso es, que él quedó como un mártir, aunque debo decir que la duda se sembró y aunque lo defendían, siempre quedaba la incertidumbre. De cualquier forma, huyó como el cobarde que era, lo que no habla muy bien de su inocencia. Aun así, él se marchó a seguir dándose la buena vida, mientras que yo me quedaba, con mi carrera sin terminar, con un embarazo no deseado y con media ciudad en mi contra.

Mi padre renunció a su trabajo, antes de que nadie se enterara de mi condición, rentó la casa y nos mudamos al pueblo de dónde alguna vez mis padres salieron, nuestra situación económica se vino abajo, mi padre con un empleo mucho muy inferior al que tenía en la ciudad, mi madre tuvo que trabajar y yo por lo pronto esperando a tener a mi bebé, para buscar también un empleo.

¡NO FUI YO!Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ