39. Especial

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-Mamá, no estoy segura de que aún me guste de la misma forma que antes, ¿de acuerdo? ¿Puedo recordarte que fue hace más de diez años?

-Lo sé. Pero admítelo. En alguna medida, todavía le tienes afecto, ¿cierto?

Irene miró a su madre por un largo momento antes de exhalar. Sabe que su mamá está en lo correcto. Está esta parte de ella, no importa cuan pequeña, que se sigue sintiendo atraída por Bogum. Y ella no sabe si seguirá desapareciendo o, quién sabe, eventualmente creciendo.

-Solo trata de salir con él durante un mes y fíjate si algo surge entre ustedes dos. Si no es así, entonces díselo. Creo que es tiempo suficiente para que él también reconsidere sus sentimientos, ¿verdad?

-Mamá--

-Un mes no te hará daño, querida. Lo mínimo que puedo esperar es que se vuelvan buenos amigos si esto realmente no funciona. Si después de un mes te das cuenta de que él no es el chico adecuado, entonces dejaré de molestarte.

Irene sabe que no hay forma de que pueda ganar esta discusión. -¿Lo prometes?

La mujer asintió. -Solo por un mes.

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Irene miraba fijamente al techo, reflexionando sobre lo que ella y su madre hablaron hace un rato. 

Se supone que debe estar feliz porque esto es lo que siempre quiso antes: tener la atención de Bogum. Y el hecho de que su madre tenga dos pulgares hacia arriba para él debería ser una buena noticia. 

En cambio, está en un dilema.

No importa cuánto haya tratado de convencerse a sí misma de que está moralmente mejor con Bogum, no puede dejar de lado el hecho de que también siente algo por Seulgi.

El problema es que no está segura de cuán serios son sus sentimientos por ella. Lo subestimaría demasiado llamándolo  un "crush" pero, ¿es tan serio para llamarlo amor? ¿Cómo sabría si realmente es amor? ¿Y qué haría si realmente es amor? Ya puede imaginarse a su madre oponiéndose a ello. 

Irene se volvió hacia un lado y se acurrucó. El sueño no vendrá a ella todavía. Esperaba que Seulgi la llamara solo para confirmar si ya había llegado o no. Se sentía tan perdida en ese momento que todo lo que deseaba era escuchar la voz de Seulgi. 

Miró su teléfono para comprobar la hora: 12:07 am. Enterró la cara en la almohada y suspiró. -Por favor, déjame verte mañana, Seulgi. Por favor.

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Seulgi dejó escapar un suspiro de alivio después de finalmente poner un pie en el suelo. 

-¡Uf! ¡Hogar, dulce hogar!

Si hubiera sabido los problemas que traería esta tormenta, no habría ido a Indonesia. Fue una tortura extrañar a Irene durante una semana, y lo que lo empeora es que ni siquiera pudo hacer una llamada porque no hubo electricidad durante días debido a los daños causados ​​por la tormenta.

Pero su agonía ha terminado. Finalmente está en casa.

Su entusiasmo se comenzó a acumular ante la idea de que Irene también la extrañó. Ella misma no podía creerlo al principio, pero después de su viaje a Haeundae, todo parecía haber cambiado entre ellas. Se hicieron más cercanas, de una manera más especial de lo que podrían ser los amigos. Sabe que es demasiado pronto para dar algo por hecho, pero no puede evitar hacerse ilusiones. 

Por eso quería tener esa charla con Irene, para aclarar las cosas. Quizá ya sea hora de confesarse ante ella.

Planeando llamar a Irene, Seulgi miró la hora en su teléfono: 12:07 a.m. 

HERSHE (Seulrene - Español)Where stories live. Discover now