Desde la Primera vez (ALBALIA)

Oficial

Alba

Estaba tan nerviosa que estos últimos minutos de espera por Natalia me estaban volviendo loca, juro que podría dejar una marca en el piso de tanto ir y venir por la sala, era una tontería sentirme así, no es la primera vez que la vería, ya hasta habíamos tenido relaciones y conocíamos cada parte de la otra, pero era la primera vez que se sentía una cita real, una de estar empezando algo serio con el amor de mi vida, y por alguna loca razón eso me ponía más nerviosa que la primera vez que me desnudé frente a ella. Por que todo era hermoso hasta el momento y daba miedo que algo saliera mal, que ella se diera cuenta que no estaba en el mismo punto que yo, o que simplemente se lo pensó mejor y prefería dejar todo en una simple amistad. Si estaba siendo terriblemente negativa, pero la espera hacía estragos en mi sistema, empecé feliz de tener una cita con ella a estar aterrada que todo saliera mal, necesitaba que ella llegara ya mismo para dejar mi cabeza en paz de una vez por todas, y por primera vez en mi vida, como si todas mis plegarias fueran escuchadas, el timbre hizo su acto de presencia sacándome de la nube en que estaba flotando y nunca agradecí tanto algo como ese momento.

Salí corriendo hasta el telefonillo,ya sabía que sería Natalia, pero preguntar me daría unos segundo más para tratar de serenarme por completo y no llegar a recibirla con mi mayor cara de pánico que seguramente sería la que tendría.

-Si?- pregunté

- ¿Es aquí que vive la mujer más guapa de toda España?- devolvió la pregunta con lo que pude imaginar una sonrisa tonta en los labios, la misma que se instaló en mi apenas la escuché hablar, haciendo que mis miedos salieron volando, era el magnífico efecto Lacunza entrando en mi interior.

- Lo siento señorita, creo que se equivoca, la mujer más guapa de España vive a un par de calles de aquí, es súper alta, morena, cuerpo de infarto y un rostro para enmarcar, prácticamente una diosa griega encarnada-la describí, y no mentía, la mujer más guapa de España era precisamente ella sin duda alguna.

- Tonterías, es pequeña, rubia, unos ojos Miel que te hipnotizan, y ya deja de juegos y baja aquí ahora mismo, que me estoy muriendo por un beso tuyo- confeso, no pude resistir mas las ganas de verla así que baje corriendo.

Antes de abrir la puerta me tomé dos segundos para recuperarme y tratar de calmar el temblor de anticipación que reinaba mi cuerpo entero, me sentía una adolescente, es increíble el efecto que esta mujer causaba en mi, nunca nadie me hizo sentirme así y era bien consciente que nunca nadie lo haría. Resople un par de veces y abrí la puerta al fin.

- Hola extraña- salude con una sonrisa en mi rostro imposible de ocultar.

- Hola tú- fue aproximándose hasta que me cogió por la cintura y atrapó mis labios en los suyos de una manera delicada, un beso suave pero sumamente intenso que me hacía delirar.

- Por Dios Nat, estás guapísima, ¿ acaso te has propuesto matarme?- pregunté hipnotizada por su figura, estaba realmente espectacular esta noche, tenía un vestido negro de tirantes que se acomodaba a cada curva de su cuerpo y llegaba por arriba de sus rodillas, el pelo suelto enmarcaba su rostro y el maquillaje acentuaba cada gesto de su Perfecto rostro.

- No tanto como tú, tú si que eres magnífica Alba Reche, estás maravillosa esta noche, aunque siempre lo estás- sus ojos me devolvían un brillo nunca antes visto, mezcla de deseo, ternura y con miedo a equivocarme podría decirme que también había amor en ellos, mucho de esto último al parecer.

Volvió a besarme sin darme tiempo a reaccionar y me deje llevar en sus brazos por sus labios a un mundo más allá de lo real, podía quedarme a vivir en un beso suyo por siempre que jamás necesitaría nada más. Lentamente fue terminando el beso haciendo que mis labios echaran de menos los suyos desde ese preciso instante.