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Alba

Me dirigía al estudio bastante nerviosa, después de la escena que protagonice con Julia el día anterior y de la cual Natalia había sido una espectadora, me invadía un sentimiento que no sabía cómo catalogar.
No quería sentirme culpable y a la vez no podía dejar de sentirme mal, iba a intentar llevar un trato un poco más amable con ella. A pesar de todo teníamos que trabajar juntas por lo que podría llegar a ser un largo tiempo y támbien por qué la quería, aunque ese sentimiento estuviera en lucha constante en mi interior de amor y dolor.
Para mí sorpresa, ese día no me cruce con ella en ningún momento, cosa que me extraño bastante, ya que desde que había empezado a grabar ahí, no había día que no la viera aunque sea cinco minutos.

Si no era por los pasillos, era en la entrada o a la salida y cuando no era así, ella se pasaba por la sala de grabación a ver cómo iba saliendo todo.
No quería pensar que quizás estuviera enojada por lo de Julia, pero a la vez esa idea me rondaba por la cabeza más de lo que hubiese querido.

Finalizado el día decidí no darle más vueltas al asunto, es que ni yo misma me entendía joder, le exigí que se alejara de mi, que me dejará en paz y ahora era yo la que la buscaba desesperada.
Llegué a reírme de mi misma, quizás había tenido cosas que hacer y acá pensando que estaba huyendo de mi, la verdad no podía ser mas patética, suerte que nadie podía oír lo que estaba en mis pensamientos. Decidida a dejar correr la situación, me marche a mi casa.

Natalia

Acababa de llegar México, instalada en la habitación del hotel, sentí que respire por fin después de tanto tiempo. No se habían acabado mis problemas, pero por lo menos lo tenía a muchos kilómetros de distancia y eso hacia que la losa que sentía en mi pecho se sintiera mil veces más liviana.
Los días fueron pasando de reunión en reunión, iba cerrando contratos y terminado de coordinar algunas otras cosas.

Me dedique todo ese tiempo a pasear, conocer lugares a los que nunca había ido, a tratar de desconectar de todo lo que me había llevado agobiada hasta allí.
Cuando fueron pasando los días, cada día me fui sintiendo más yo misma, recuperando mi tranquilidad.

Hablaba con Marta cada día, pero le prohibí que sacará el tema Alba, a menos que sea algo urgente de trabajo. Así que todos esos días, no supe de ella y a pesar que me mataba la intriga y mil veces estuve tentada a preguntar, aguante y fue liberador.

Acomode muchas cosas en mi cabeza, me di cuenta que había actuado realmente como una loca, miraba hacia atras y no me reconocía.
Sopese todo lo que había pasado desde que ella había vuelto a mi vida, y decidí que lo mejor era lo mismo que me había propuesto Alba, que nuestra relación sea estrictamente laboral y lo más alejadas posibles.
Yo no la iba a poder olvidar en la vida, pero también estaba claro que nunca podría estar con ella, y seguir por el camino donde me venía dando tumbos, solo iba hacerme salir herida mortalmente, no era plan terminar así.

Alba

Ya rondaba en la frustración, habían pasado tres semanas desde la última vez que ví a Natalia parada en la acera de enfrente. Iba día tras día a trabajar esperando encontrarla, pero ese momento nunca llegaba.
Me estaba matando la curiosidad, y sabía que Marta debería tener todas las respuestas a mis preguntas, pero no tenía el valor de formularlas, así que cada día me iba con más frustración a casa.

Con Julia todo iba bien, ella en verdad era una chica muy atenta y cariñosa, pero era evidente que no estábamos en el mismo punto, estoy conciente que ella lo notaba, aunque de igual manera seguía estando ahí y yo trataba de corresponder como mejor podía con respecto a todo lo que me estaba atormentando a mi.

Tirada en el sofá de mi sala, mientras elegía que ponerme en Netflix, escuché la puerta abrirse, obviamente era María.

- Pequeña, traje chuches, palomitas y mi hermosa compañía para pasar la tarde- entrando a la sala con su mejor sonrisa.

Desde la Primera vez (ALBALIA)Where stories live. Discover now