LO PRIMERO que Scott notó sobre Abby al llegar a la escuela ese día fue que no estaba sola, sino que los gemelos estaban frente a ella y ella estaba mirando fijamente a Ethan para huir de la mirada de Aiden.
— ¿Volvieron a la escuela? —preguntó ella con interés.
—No, solo queremos hablar—le respondió el gemelo de camiseta verde.
—Eso es algo fuera de lo común para ustedes. Normalmente hieren, mutilan y matan —comentó Stiles, acercándose, colocándose al lado derecho de Abby mientras que Scott estaba de pie al izquierdo.
—Necesitas una manada. Y nosotros un Alfa —dijo Aiden.
—Sí, de ningún modo —negó Stilinski—. Aunque, muy gracioso.
—Nos pidieron ayuda y ayudamos —les recordó Ethan.
—Le dejaron la cara hecha pedazos —acusó Stiles ácidamente—. Eso no es ayudar. En realidad, es contraproducente.
— ¿Por qué aceptaría? —cuestionó el Alfa.
—Aportaríamos fuerza. Te haríamos más poderoso. No tienes motivos para no aceptar —aseguró Aiden.
—Se me ocurre uno. —Abby cerró los ojos cuando escuchó la voz de Isaac, echando la cabeza a un lado para mirarlo, viéndolo mirar directamente a los gemelos—. Ustedes dos sosteniendo las garras de Derek mientras Kali empalaba a Boyd. No sé por qué no los estamos empalando ahora mismo.
— ¿Quieres intentarlo? —lo retó Aiden, iluminando sus ojos y mostrando los colmillos mientras gruñía. Isaac no se dejó intimidar, dando un paso adelante.
—Ya basta, los dos. No armen un escándalo aquí —intervino Abby, colocándose entre los dos. Isaac se detuvo en seco y Aiden se obligó a retraer todas las facciones de lobo de su rostro, tranquilizándose—. Vámonos, ¿bien? No quiero que llegues tarde a clase otra vez —le dijo al cenizo, extendiéndole una mano.
Isaac la tomó sin dudar, dejando que ella lo arrastrara fuera de allí después despedirse de Stiles y Scott con un movimiento de su mano. Stiles los siguió con la mirada durante el camino, viendo a Abby sonreírle mientras hablaban y a él mantener su mano contra la suya firmemente. Idiota con suerte, escupió para sus adentros y volvió a mirar la escena frente a él.
—Lo siento, pero ni siquiera Abby parece confiar en ustedes en este momento y ella es la persona más amable que conozco, así que yo tampoco lo hago —admitió Scott sin vergüenza, retirándose. Stiles lo siguió, satisfecho con su respuesta.
