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LO PRIMERO que vieron una vez que los hermanos Stilinski pudieron abrir la puerta fue a Ethan parado en medio de la habitación, llevándose una sierra directamente al estómago con la intención de cortarse a sí mismo por la mitad.
— ¡Ethan, no, no lo hagas! —gritó Stiles, yéndose contra él para quitarle la sierra.
Lydia se apresuró desenchufarla, viendo a Andrea corriendo hacia Stiles para alejarlo de la sierra cuando casi cayó sobre esta, abrazándolo por el pecho para asegurarse de que no se moviera de allí. Ethan no dejó que su plan suicida se frustrara, sacando sus garras e intentando matarse a sí, pero Allen y Allison se lanzaron contra él y lucharon para detenerlo, oyéndolo gemir y viéndolo caer al piso en un grito cuando su mano dio contra algo sumamente caliente, la piel escociendo.
— ¿Qué acaba de suceder? —preguntó el gemelo con confusión, viendo a las personas que lo acompañaban. Nadie le respondió, por lo que se apresuró a salir de allí.
— ¡Ethan, espera! —pidió Stiles, yendo detrás de él una vez que estuvo de pie. Andrea lo siguió, preocupada por Jackson, quien era el compañero de habitación del gemelo y para su infortunio esa noche, también un hombre lobo.
— ¿No me oíste? No sé como llegué allí o que estaba haciendo —siseó Ethan mientras bajaba las escaleras, intentando escapar de Stiles.
—Bien, podrías ser un poco más útil, ¿sabes? Acabamos de salvar tu vida —dijo Stiles de manera amarga.
—Y probablemente no deberías haberlo hecho —espetó el gemelo antes de irse hacia su habitación compartida con Jackson de nuevo.
— ¿Y ahora qué? —preguntó Andrea en un resoplido.
—Buscaré a Abby. Ustedes encárguense de encontrar a Jackson, Scott, Isaac y Boyd. Lo mejor que podemos hacer es sacarlos de este lugar en cuanto antes —indicó Allison antes de desaparecer escaleras arriba.
—Yo iré por Scott —se apresuró a decir Andrea, siguiéndola.
—Yo me encargo de Jackson —dijo Allen, yendo en la misma dirección que Ethan hace unos segundos puesto que compartían habitación y Jackson, por amor a Dios, debería estar allí todavía.
— ¿Por qué me miras así? —le preguntó Lydia a Stiles en cuanto se quedaron solos.
—No, yo no...
—Stiles —interrumpió su intento de negación.
Stiles suspiró, armándose de valor.
—Muy bien. Lydia, no había querido decirte nada, pero esto, todo lo que está pasando ahora, ya hemos pasado por algo como esto antes. Algo muy parecido.
