Capítulo 25. Prioridades.

170 16 0
                                    

Después del... ¿encuentro? Entre Dalia y su mate que resultó ser el futuro Alfa de Ater me quedé con los Cachorros un buen rato.

Ellos querían ver la manada y yo igual, y por mucho que todos deseábamos lo mismo no debía fiarme del "cambio" Que todos ellos han tenido con los omegas.

Alicia a platicado sobre su trabajo aquí en estos 4 años, durante el primer año un pequeño grupo de lobos intentaban intimidarla cuando Álex no estaba cerca, por supuesto ella jamás dejaría que llegarán a tocarle un pelo, por mucho que se esforzaran el rechazo a los Omegas ahí estaba.

Por órdenes del Alfa ese grupo fue llamado para tener un combate, él sabía sobre las actitudes de algunos licántropos, no ocultaban que eran reacios al cambio. Y con ese combate quería que cambiaran de opinión. Alex y Alicia fueron llamados como testigos y personal médico, pelear con el Alfa era un honor, significaba que los soldados eran de los mejores entre las filas, así que cuando olfatearon el olor a Omega sus rostros llenaron de burla y adoptaron una actitud altiva, como si su llamado fuera una confirmación de que sus creencias no eran erróneas, lo que ellos no sabían era que el Alfa quería molerlos a golpes.

Independientemente de los sentimientos que Alicia tenía hacía ellos, se encargó de curarlos y Alex se mantuvo cerca para evitar algún otro problema, el tratamiento fue corto pero los resultados fueron los esperados.

Estaban agradecidos de la ayuda que la Omega les brindó.

La medicina tradicional siempre fue muy respetada pero obsoleta con el conocimiento básico de los avances humanos, la diferencia entre los médicos de la manada Ater en comparación con los conocimientos de Alicia que estaba estudiando enfermería y aprendiendo directamente de una gran maestra en pociones era gigantesca.

Debo admitir la vez que Alicia me contó esa historia una chispa de esperanza quería crecer dentro de mí.

Hasta el momento no he recibido ninguna agresión y eso no significa que en un futuro no vaya a suceder.

Deje a lado todo mis dudas y preste mayor atención a los Cachorros. Sus naricitas se volvieron inquietas y corrieron a la puerta de la cual entró Dalia. Azoto con fuerza la puerta y puso seguro.

No estaba enojada... estaba encabronada. Su semblante era de un color rosa fuerte.

...

Los Cachorros y yo nos lanzamos miradas, ellos son quienes la conocen mejor, pero yo soy el adulto que puede entender mejor su actitud, paso unos segundos demasiados largos para ver si era buena idea mantener una plática con ella.

Sabía que debía ser yo la que iniciara la conversación y tratar de calmarla, no supe cómo hacerlo.

Ella en comparación nos repasó con la mirada, inhalo y exhalo 2 veces antes de hablar.

— ¿Qué quieren hacer? — Un guardián digno ante todo.

— Salir. — Los 3 Cachorros dijeron al unísono.

Podía ver como una bomba nuclear acabará de explotar atrás suyo.

Ellos eran su adoración jamás se negaba a sus peticiones incluso si eso significa hacer algo que no era de su agrado. No fue difícil adivinar su decisión.

Los abrigó y ajustó sus zapatos.

Al abrir la puerta el olor a Alfa nos aturdido a todos. Más a Dalia, no llevo mucho de conocerla, aun así, podía saber por lo qué estaba pasando. A diferencia de ella su mate no mostró signos de repudio.

La sensación esa maldita sensación, regreso como un golpe a la cara.

— Hola — El tono del Alfa era como un profesor de kínder hacia su alumno. Dalia y yo nos tensamos, ¿Qué demonios pasaba por su cabeza?

Un  rechazo más para una omega cualquiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora