Capítulo 2. Cuatro crías.

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Me levante cerca de las 9 de la noche, solo había tres casas con las luces aun prendidas. Mi ultimo recuerdo es haberme levantado del piso con la ayuda de los Señores.

Mi cabeza ya no me dolió, y podía ver relativamente bien, la inflamación en mis parpados y el agua salada que brotaba de ellos parecía haber desaparecido.

Un ligero aullido hizo que saliera al balcón, unos minutos después un segundo aullido, ahora más claro, parecía llamar a su pareja, cuando un lobo llama a su alma gemela el aullido parece más como una corta melodía, una que se mece al son del viento y baila junto con las hojas altas de los árboles, pero ese aullido era más cercano a un llamado desesperado a la luna.

Una de las cosas más importantes para un licántropo era su mate.

Nunca fue necesario que yo recibiera una especie de educación para estar segura. Era simple conocimiento popular, un licántropo anhela encontrar a su mate.

«Y, aun así, el me desecho.»

Mientras un lobo se encontraba aullando a la luna suplicando por su alma gemela, otros la mataban.

Dure un poco más de tiempo afuera, contemplando hacia el lado opuesto de donde provino el aullido, hacia mi manada... o la que solía ser mi manada.

Un suspiro profundo salió de mis labios y mire por última vez en dirección hacia aquel lobo.

— Descansa y ojalá la encuentras.

«Y la cuides»

Entre a la habitación para volver a tomar una siesta y él se quedó otro rato más aullando.

A la mañana siguiente baje con pasos dudosos, se suponía que no volvería a creer en otro ser vivo, pero aquí estoy, orando a la diosa por que no fuera una mentira, o un loco sueño hecho por mi mente para escapar de la realidad.

«Carajo deja de dudar, solo toca la puerta y pasa.»

*toc tock*

— Pase

— ...

— Buenos días pequeña, tuviste un sueño profundo, *risita*, te ves recuperada, ven ¿Por qué no desayunas con nosotros?

— Vamos señorita, aunque tengamos colmillos, no mordemos.

— Buenos días, hss si, gra... gracias.

«tsk...»

Comimos en una charla tranquila, bueno, ellos charlaron, yo solo escuche. Hasta que terminamos, los viejitos me dijeron que bajara mis cosas, al escuchar eso, sentí que algo pesado estaba atorado en mi garganta con una ligera opresión, así que solo hice lo que me dijeron.

Al verlos en la entrada el miedo regreso como si no pudiera avanzar sino la llevo en mi espalda.

— Déjame ayudarte con tu maleta — de maleta solo tiene el nombre, porque solo era una bolsa me membrillo muy desgastada.

— Toma — Algo que tenía la apariencia de ser una bolsa de viaje con extrañas cosas colgando de ella estaba siendo ofrecida por la Señora Amato.

— ¿Qué es?

— Una mochila, te ayudara a llevar tus cosas de manera cómoda.

Después de cerrar la mochila con el aparatejo que tenía colgada tomo las cintas que colgaban de igual manera y lo puso en mi espalda.

— Vamos.

No caminamos mucho para llegar a una casa de tamaño medio, en realidad, no lo había notado pero las casas aquí parecen ser mas grandes que las de los deltas normales. Y eso es demasiado para una simple omega como yo.

Lo que parecía ser una familia estaba reunida fuera de dicha casa. Los viejecitos saludaron con cariño a todos los miembros reunidos. Dos señoras que parecían tener la misma edad, una era omega y la otra una humana, dos jóvenes de la misma edad que yo, una chica y un chico, ella una omega y el un humano, dos señores ambos omegas, y... ¿Tres niños?

Para ser exactos era una niña y dos niños, ¿se están llamando de hermanos?

«¿Qué demonios?»

Se supone que una pareja de licántropos se esfuerza mucho en tener una cría, una pareja de deltas puede tener dos crías, los betas una cría, aunque se han dado casos donde llegan a tener dos crías pero son casos raros, y los alfas solo pueden tener uno, su sucesor, y el próximo líder de la manada.

— ¿Hermana te vas a ir por mucho tiempo?

«¡¡¡No me jodan!!!, ¡¿entonces son 4?!»

«No tengo una puta idea de lo que estoy viendo y escuchando... Mejor pensemos en otra cosa»

— Solo serán de 4 a 5 meses después regresare para pasar mis vacaciones con ustedes.

— Tráenos de los dulces que nos gustan.

— Jajaja. Claro que sí.

— ... Cuida bien de nuestra hermana, sino yo te encajare mis colmillos tan pronto te vea que regresaste sin ella.

— Y yo usare la sartén de mama para apalearte.

— Lo prometo cuidare bien de ella.

— Se les extrañará mucho a ustedes dos, pero deben volar, y ya saben estudien y solo aceten trabajos de medios tiempos, si necesitan dinero, ve con tu hermano.

— Si mamá, lo hare.

— Pequeña ellos son Alicia y Evan, son con los jóvenes con los que iras.

— Ella es Eunice se las encargamos, es nueva en el pueblo, por favor ayúdenla será su primera vez en una ciudad.

— Lo haremos.

— Entonces dame tus cosas para subirlas a la camioneta.

Solo han pasado unos cuantos minutos desde que conocí a estas personas, pero ya me han tratado mejor que cualquier lobo de mi antigua manada.

¡!

¿Qué es... eso?

— Tal vez es la primera vez que te subes a un auto, pero te aseguro que es muy seguro, además que no necesitas transformarte, nos ayudara a llegar a la ciudad más rápido.

Solo asentí, apenas me había recuperado de las punzadas en mi cabeza para agregar todo lo que sucedía a mi alrededor.

Un  rechazo más para una omega cualquiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora