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Cierra los ojos y toma aire, cómo si le costara mucho lo que me vá a decir. –Te amo.

Mi corazón late con fuerza, tengo la boca seca y ahora si dejo que las lágrimas corran libremente por mis mejillas.

- Me…¿me amas? – Susurro entrecortadamente. Eleazar me mira y limpia mis lágrimas con su pulgar.

- Sí. – Dice, se inclina y me besa, muy despacio y con cuidado, cómo nunca me había besado.

Nos separamos lentamente, pero dejamos nuestros rostros a centímetros, suspiro y muerdo mi labio.

- ¿Me darás otra oportunidad?  

- Sí. – Susurro. Siento sus labios contra los míos y volvemos a besarnos.

Oigo que tocan el parabrisas del auto y me separo, mirando hacía al frente. Emilio. Bajo la ventana y Emilio me mira arqueando una ceja.

- ¿Quién es éste? – Demonios, Emilio.

- Él es Eleazar, un amigo.

- Su novio, ¿y tú eres? – Dice Eleazar despectivamente…ay no.

- El mejor amigo, no creo que seas su novio ya que Sian dijo que eres su amigo, te niega. – Dice Emilio sonriendo de lado. – Vamos Sian. – Me dice, intenta abrir la puerta, pero está cerrada. – Puedes abrir la puerta. – Le dice frunciendo el ceño, Eleazar arquea una ceja y se ríe.

- No me caes bien rizado. – Le dice Eleazar frunciendo el ceño, pone la llave en el contacto del auto.

- Cómo si me importase. Sisn ya bájate, vamos. – Me dice Emilio con el ceño fruncido

- No Emi, Eleazar…Eleazar me vá a llevar. – Susurro. Emilio me frunce el ceño y Eleazar ríe, enciende el auto y arranca dejando a Emilio mirándonos con el ceño fruncido.

- ¿Así que ese es tu mejor amigo?

- Sí.

- No me agrada.

- Se nota. – Digo y él ríe.

- ¿A dónde te gustaría ir?

- A mi casa...

- ¿No quieres ir a comer algo? - Me pregunta viéndome de reojo.

- No puedo, mañana quizás. – Digo. – Hoy llega mi hermano. 

- Vale mañana, ¿ cuál es tu dirección?  - Me pregunta y se la doy, la ingresa al GPS y conduce a mi casa.

Llegamos y estoy a punto de decirle algo, pero él baja del auto, lo rodea y me abre la puerta.

Nunca, nunca, había hecho eso antes. Lo miro sonriendo y él frunce el ceño.

- ¿Qué?

- Nada. – Susurro, salgo del auto, me paro delante de él y le doy un beso. Sonríe.

- Me gusta mucho ese nada. – Dice y pasa uno de sus brazos alrededor de mi cintura. Río. – Hace tanto que no te reías a mi lado… - Me dice frunciendo el ceño, paso mis brazos alrededor de su cuello.

- Ahora tengo razones de sobra para reír. – Murmuro y lo vuelvo a besar.

- Gracias.

- ¿Gracias? – Pregunto arqueando una ceja.

- No pensé que me fueras a perdonar, ya sabes soy muy…

- Patán. – Me mira arqueando una ceja y yo sonrío, él sonríe y niega con la cabeza.

The Only Exception // Adaptación Emiliaco Where stories live. Discover now