Capítulo 16: La paradoja de nuestra existencia

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Cuando estaban aterrizando en el campamento, Charlie los oyó llegar en el helicóptero corrió a recibir al grupo, su hermano lo siguió. Hasta ese momento Jim no había pensado en que había ocurrido con los gemelos ingleses que habían dejado abandonados con los pesados instrumentos y sin trineo a dos kilómetros del campamento. Afortunadamente parecían encontrarse bien. Cuando Pierre apagó el helicóptero Aaju sintió un alivio por que el sonido estridente del helicóptero se había acabado finalmente. Sin embargo, el sonido fue reemplazado por el mascullo de Charlie.

-Lo lamento tanto, ¿Tu padre cómo está? ¿Está ya fuera de peligro? ¿Qué va a pasar con la misión? ¿Por qué no está aquí? No me digas que salieron mal las cosas. Lo lamento en serio. ¿Crees poder perdonarme?

Recuperando su aliento, por el repentino interrogatorio, Jim respondió cada una de las preguntas con una tranquilidad lenta que estresó a Charlie. No obstante, los gemelos se alegraron por las buenas noticias que traían.

Era la primera vez en toda su vida que toda la responsabilidad caía sobre Jim. Seguía asustado por el cargo que le habían asignado, pero no quería mostrar signos de debilidad con su equipo.

El equipo empezó a hacer los preparativos para la misión del siguiente día. Todo el día pasó rápidamente. Un borrón. Jim se encontró sentado en la orilla de su cama viendo a través de la ventana.

Anegaba a Jim la inmensidad de la claridad reflejada, que lo hipnotizaba, de la misma manera que la infinidad del color blanco reflejada por el hielo al alba le demostraba su insignificancia.

Por un lado, se sintió como una nimiedad, una nada, un grano de arena ante esa imponente infinidad. Pero, recordó los eventos azarosos, grandiosos, totalmente yuxtapuestos a la insignificancia de cómo se sentía él. La recordó a ella, que con la incandescencia en su mirada le había mostrado el universo, a través de cómo ella veía a profundidad todo lo que le rodeaba, la fascinación por las cosas vivas, y la curiosidad innata en su alma, y finalmente, viendo a través de la ventana el paisaje gélido, pudo comprender lo que Catherine llamaba la "paradoja de la existencia".

***

La estaba escoltando por un paseo a través de los jardines principales de su ciudad. Ella caminaba con un andar despreocupado, casi flotando, él trataba de seguirla y cubrir su delicada tez con una sombrilla. Jim, agitado, sentía su intensificada respiración desesperante, y temía que ella pudiera notarlo. Ella observaba a todos los lados, menos a su acompañante, incluso en un par de ocasiones se detuvo cerrando los ojos. Para Jim era algo preocupante y un alivio al mismo tiempo.

-No te parece increíble, ¿creer que todo lo que estamos experimentando a nuestro alrededor puede ser todo falso?

La repentinidad de la impactante y profunda pregunta dejó a Jim sin tener forma de contestarla. Catherine rio ligeramente y después añadió.

-La realidad es creada por el cerebro de cada uno de nosotros con la información que obtiene del ambiente. Por lo tanto, todo lo que conocemos como realidad, todos nosotros, nuestra identidad se delimita a un conjunto de células de 1,25 kg que transmiten información con neurotransmisores, que son elementos agrupados de cierta manera en una fórmula específica, y que funcionan a través de impulsos eléctricos, que provienen de la glucosa producida en nuestro cuerpo que a su vez es producida por lo que comemos. Y al mismo tiempo esos 1,25 kg de células están formadas por carbono, el elemento más presente en el planeta. Por lo tanto, resumiéndolo todo, ¿Cómo es posible que nuestra realidad esté delimitada a la combinación de elementos químicos?

-Bueno, si lo piensas de una forma científica y fría, todo tiende a perder la magia.

Ella sonrió puesto a que él no se alarmó con lo que acababa de decir, y luego añadió. -Creo que el hecho de que toda nuestra realidad pase en nuestra mente, solo nos da el poder único e increíble de poder controlar nuestra realidad, claro una vez controlando nuestra mente, lo cual me parece increíblemente mágico, ¿no crees?

-Entonces te refieres a que ¿nosotros somos quienes creamos la magia?

-No exactamente, me refiero a que las cosas pasan independientemente de nuestra presencia en el universo, pero que nosotros somos los que decidimos si queremos magia en nuestra vida o no.

Su sonrisa y la pasión en su mirada, pasaron instantáneamente a tener una gelidez secante. Jim notó su repentino cambio de expresión.

- ¿Está todo bien?

- Lo lamento, a veces me dejo llevar por mis pensamientos.

- ¿Por qué te disculpas?

- Bueno, porque es lo que generalmente hago cada vez que hablo con alguien.

- Si me lo permites, por favor nunca vuelvas a disculparte conmigo por dar tu opinión. Es increíble todo lo que piensas, y realmente nunca había escuchado una reflexión tan profunda como la tuya.

Ella permaneció silenciosa y dubitativa acerca de la intención con la que Jim decía esto. Él notó esto y dijo. -Creo que la mayoría de las personas no hablan o piensan acerca de estas cosas porque tienen miedo de descubrir y cuestionar. Por ejemplo, a mí siempre me dio miedo pensar en lo grande que es el universo, y que yo no soy nadie en este cosmos. Por eso, prefiero evitar pensar en esto, porque me siento inútil.

Recuperando el candor ella añadió. -En un inicio, yo pensaba como tú, pero luego me di cuenta de que nuestra propia existencia es una paradoja, lo cual solo tiñe la vida de su belleza y de la magia de la que hablaba.

- ¿Paradoja? ¿En qué sentido?

-Sí, por un lado, somos insignificantes en comparación al universo, no solo en la dimensión del espacio, sino también en la del tiempo. Supuestamente, el Big Bang ocurrió hace casi 14 billones de años, y el ser humano "civilizado" se calcula que apareció hace 12 mil años. Lo que significa que toda la humanidad completa representa ni siquiera un 0.01% del tiempo del universo. Ahora, la esperanza de vida del ser humano está en 52 años, lo que significa si cada persona tiene una vida "promedio", su vida representaría no llegaría ni al 1% del periodo desde que los seres humanos existen. Esto es lo que generalmente deprime a las personas, que piensan que no son nadie en la enormidad de todo lo que nos rodea. Pero también se olvidan de que, dentro de estos enormes periodos de tiempo, todos los eventos que pasaron para que cada persona exista tal y como es. Por un momento deja de pensar en el universo, y piensa en tus padres, ¿alguna vez has pensado cuantos eventos tuvieron que pasar solo para que se conozcan, las posibilidades de todos esos eventos? A su vez, cuáles son las probabilidades que tu hayas nacido tal y como eres, y que no haya sido una niña en vez de ti, tu inteligencia, el color de tus ojos, y así hay miles de variables que pudieron pasar, pero no, eres tú: una improbabilidad. Ahora, piensa en toda tu línea de ancestros antes de ti, todos los eventos históricos que tuvieron que pasar, solamente dentro de la civilización, de la humanidad, solo para que tú fueras creado. Si lo extrapolas ahora al universo, solo piensa en cómo siquiera es posible la vida: la cadena de eventos que tuvieron que pasar, la evolución, la creación de los elementos químicos, la explosión de estrellas. Todo eso solo refleja tu grandeza, tu improbabilidad. Por eso es una paradoja: somos insignificantes pero grandiosos. 

¿Creen que somos más insignificantes o grandiosos como personas?

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¿Creen que somos más insignificantes o grandiosos como personas?

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