Capítulo 17: Reloj de Arena

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Aún se podía ver la luz que no se aplacaba, como un amanecer interminable. Un sonido tenue fuera de lo común, lo levantó de su trance. Sin explicación alguna una imagen le vino a la mente: vio con claridad un niño tomando su primer bocado de aire; ese momento perfecto antes del llanto, pudo ver a través de sus ojos la primera visión de un mundo completamente nuevo. El miedo, y alivio de la primera respiración, el momento en el que el reloj de arena empieza, solo con contados granos en el cono superior del reloj, con contadas respiraciones. Aquellas que te conceden la vida, pero son las mismas que poco a poco van tomando la vida de un cuerpo.

Pudo visualizar como la arena caía, pero cuando intentaba distinguir cuanto polvillo quedaba aun, la imagen se volvía borrosa.

Como si supiera lo que estaba haciendo, sus piernas lo guiaron hacia el cuarto de Pierre. Encontró al veterano con la mano izquierda totalmente estirada, y la mano derecha doblada, algunos centímetros encima de su pecho. Estaba con los ojos completamente abiertos, y le recorría un sudor frío por la frente. En su mirada tenía la combinación de susto, impresión, curiosidad, y desorientación.

La voz de Jim resonó como un eco cortante en toda la cabaña. - ¡Charlie! ¡George!

Hace unos días había temido por su padre, pero en ese momento, gracias a la claridad de su meditación entendió lo que debía de hacer, entendió esa paradoja de la existencia. Podía dejar que la inmensidad del tiempo y del espacio lo aplastara dejándolo inútil, solo un grano de arena más en el reloj enorme de La Existencia. O podía abrazar su grandeza y cambiar el destino de una improbabilidad.

Los gemelos entraron repentinamente con una mirada de espanto, por la voz de Jim.

-Necesito que me ayuden a llevar a Pierre al helicóptero.

No hicieron preguntas, y sin pronunciar palabra, entendieron que era lo que estaba sucediendo. A pesar de la situación, los ingleses actuaron con frialdad y precisión, fruto de la calma que emanaba Jim. Los integrantes de la expedición movieron con dificultad a Pierre hacia una camilla improvisada con la base de un trineo. La respiración del francés se craquelaba, y sus ojos se abrían cada vez más cada vez que sus compañeros intentaban moverlo. Contenía su dolor por temor a asustar a sus compañeros y a sí mismo.

Lo llevaron afuera de la cabaña. Un parpadeante brillo llamó la atención de Jim. Este provenía de la mano de la mano derecha de Pierre en dónde parecía apretarlo cerca de su corazón. Se trataba de un reloj de bolsillo, cubierto de una capa de oro, el cual reflejaba los rayos solares. Producía esto una imagen poética, con Pierre acostado en la tabla, y con un brillo de luz emanando desde su corazón. Con una tenue y entrecortada voz, el veterano alcanzó a decirle a Jim.

-Si no lo logro, por favor dale esto a mi hermana, es una reliquia familiar.

-No te preocupes, no habrá necesidad de eso, pero para que te sientas más tranquilo te lo voy a cuidar hasta que te recuperes.

Asintió el francés y se relajó por unos instantes. Jim miró el reloj en sus manos y alcanzó a ver la hora: las tres de la mañana. Irónicamente nunca había sentido los rayos solares tan destellantes como en esa madrugada.

Una vez que la camilla estuvo asegurada al helicóptero, los gemelos se miraron desconcertados pensando la misma cosa en ese instante. Sin Pierre, ¿Quién iba a volar el helicóptero? Sin decir palabra alguna Jim entendió lo que estaban pensando los hermanos ingleses.

Cinco segundos de valor.

-He visto a Pierre volar el helicóptero muchas veces y he aprendido cómo funcionan de forma básica los controles. Creo que es mejor que vayamos solo los dos, de esta manera la menor cantidad de vidas son puestas en riesgo. Necesito que traten de contactarse con Duncan, y de informarles de nuestra situación. Yo trataré de comunicarme con la torre de control en Nome.

Asintiendo con la cabeza, George suspiró y su mirada reflejó gratitud y miedo.

Cuando las aspas empezaron a dar vueltas, George se alejó y pudo observar cómo el helicóptero empezaba a ascender lentamente, con una delicadeza inusual.

-Torre de control aquí Delta Foxtrot-11. Tenemos una situación con el piloto. Cambio.

Esta historia yo se que parece escena de película, pero ocurrió en realidad

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Esta historia yo se que parece escena de película, pero ocurrió en realidad. Gracias por continuar leyendo, me inspira tu apoyo.

¿Alguna te has encontrado en una situación en la que la vida de una persona dependió de ti? Los leo :)

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