Capítulo 7: La aprendiz

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Como sucedía más o menos una vez cada año, Catherine, según los registros de Jim, se interesaba por algún tipo de actividad nueva, o por lo menos una variación de las actividades anteriores. En ese año, la pasión de las plantas curativas había pasado a ser una pasión por las orquídeas. Estas eran un tipo de planta que usualmente crecía de manera natural de los troncos de árboles, y había algunas variedades que colgaban cual candelabros por las ramas de estos. Las flores, aunque diferentes dependiendo de las especies, tenían generalmente cinco pétalos, pero estos no rodeaban el centro de la flor, como la mayoría de las especies de flores, sino que enmarcaban el centro como un abanico. Al ser flores muy sensibles a las condiciones climáticas, le llamaron mucho la atención a Catherine, y hechizada por la belleza de las curiosas flores, las empezó a coleccionar en su invernadero.

Catherine notaba que la hija mayor de la familia Pérez, Joselyn, se interesaba enormemente por el cuarto de pociones y el invernadero, así que un día en el que Catherine se alistaba colocándose sus guantes jardineros y tomando sus tijeras podadoras, vio que Joselyn la miraba con los ojos de un gato curioso. Con un lenguaje de señas le indicó que viniera y que se colocara el sobrante par de guantes. La adolescente caminaba con determinación, pero un poco de duda al conducirse a ese duomo de cristal el que había observado tantas veces, pero había tenido miedo de cruzar. Catherine abrió la puerta, y un vapor húmedo y ligeramente sofocante la invadió, pero había algo más en ese ambiente cerrado. Un olor inefable, etéreo, único, un olor que solo podía ser descrito como de curación y pureza.

A pesar de no poder intercambiar palabras, por la diferencia de lenguaje, ambas mujeres se entendieron, y Catherine feliz al fin por tener a alguien a quien enseñarle sus conocimientos, la llevó por un tour mostrándole todas las diferentes plantas que tenía en el invernadero, todas las secciones de su cuarto de pociones, su tallercito de alfarería y su cuantiosa colección de libros de todo tipo. No hablaban el mismo idioma, pero los ojos de la chica mostraban un interés sincero y una curiosidad innata. Sin embargo, Joselyn no podía parar de observar las orquídeas. Catherine, le dio a entender que podía venir al invernadero cuando quisiera, y todos los días encontraba a Joselyn admirando las preciosas flores. A veces encontraba a la chica dibujando en una pequeña libretita, las delicadas orquídeas. La familia Pérez había vivido en la zona durante algunas décadas, y la chica había nacido y vivido en la zona del bosque nublado durante toda su vida. Claramente había visto orquídeas, pues por las condiciones paradisiacas permitían que esta especie floreciera en abundancia, pero nunca las había visto en su máximo esplendor. A partir de observar el entusiasmo de la chica, Catherine acordó con la familia que Joselyn la ayudara a cuidar y mantener estos espacios que despertaban el interés de la chica.

Catherine empezó a comprar libros en español, para su uso y práctica, pero también como una invitación para que cualquiera de la familia Pérez pudiera acceder a los libros. En ese periodo de tiempo Catherine se propuso en aprender español y pasó horas con libros de texto, mientras trataba de practicar con la ayuda de Joselyn, que la ayuda especialmente con la pronunciación. Para Catherine las "r" representaban un desafío, por lo que decir "perro" le causaba una gran dificultad.

En las noches Catherine trataba de enseñarle a Jim las frases que iba aprendiendo poco a poco.

-Buenas noches, ¿le gustaría una taza de té? -Se dirigía Catherine a Jim en español.

A lo que Jim entendía la mitad de lo que su esposa le trataba de decir y alcanzaba a decir con seguridad y confianza sólida. -Si.

A pesar de no poder practicar con Jim, Catherine se sentía orgullosa de que cada vez más podía interactuar con su compañera y aprendiz Joselyn.

Un día, mientras ambas hacían mantenimiento de las plantas, Joselyn empezó a arrancar las hierbas malas alrededor de las plantas de menta de una manera agresiva, y descuidada, mientras su mente divagaba. Catherine notó su comportamiento, y sutilmente preguntó.

Nuestro Pedazo de ParaísoWhere stories live. Discover now