27. Mi Galletitas.

251 62 93
                                    

19 de Junio de 253 N.E.

8:00 PM.



Aquel fue un día particularmente largo y agotador. Yunki amaba ser atendido cariñosamente por sus amigos, especialmente por su novio, no obstante; odiaba la razón por la que estaba acaparando atención extra.

Hacía décadas no se veía en sus actividades diarias sin la prótesis de su pierna, ciertas costumbres que lo habían vuelto casi independiente en la era pasada simplemente se habían perdido «¿Y ahora cómo hago mis cosas?», dudaba haciendo memoria cada tanto... "Ayuda", era la única respuesta. Ayuda y más ayuda, al punto de caer en el berrinche; odiaba sentirse inútil, no ser capaz de darse una ducha a solas. Obviamente Jung lo ayudó espantando a los demás como moscas indeseables, rechazando su buena voluntad de mala manera; sólo él podía bañar a su protegido, «lo que no sería engorroso si no estuvieran todos en casa al pendiente», seguía rezongando "el lisiado".

El mohín de mofletes inflados en el rostro de Yunki, al amar/odiar su propia condición, era digno de un bebito. «Qué bueno que ya no existes, tren de mierda que trituraste mi pierna ¡Porque aún te odio!», soltó un extenso suspiro aflojando los brazos a los costados, sentado en su cama. Tete le secaba el cabello convirtiendo su cabeza en una tibia mota esponjosa ¿Era necesaria tal atención? Claro que no, su amigo sólo trataba de animarlo y Jung le tenía confianza. Sus grandes manos masajeaban bien, tan bien... Que los pequeños ojos de Yun se cerraban en letargo y caía dormido ahí sentado.

El cuidador comenzaba a preguntarse a qué hora se habrá levantado su chico aquella madrugada. O, más bien, si habrá dormido la noche anterior.

9:30 PM

Con la panza llena de los waffles preparados por Luke, endulzado por la infusión que le dio Sam, relajado por el masaje capilar que le dio Tete y arropado por Jung, el jefecito dormía como un bebé desde las 9:15 PM, con las mejillas sonrojadas apenas asomadas sobre la manta y el cabello desordenado en la almohada.

¿Mimi? Mimi quiso hacer algo por su amigo como los demás, siquiera disculparse con él tras el mal día que pasaron, del mismo modo que Yunki sentía deberle. Querían arreglar las cosas pero, de momento, era imposible; 404 cargaba un arma de fuego en los ojos, atento a cada uno de sus movimientos, relegando al atrevido intruso a la sala o cualquier lugar a seis metros o más de "su Yunie".

A las 9:30 Mimi y Sam se habían ido a dormir, como acordaron, compartiendo la habitación de Sam por precaución. Jung se fue a la cama también, aguardaba observando el cielo abovedado de la casa, aún gris y blanco, luminoso, en espera de que los otros dos se retiraran para poder apagar las luces y permitirse la vista del oscuro cielo estrellado. Aguardaba pacientemente, atento a cada sonido en la planta baja.

Luke, sentado en la sala, estaba listo para retirarse a la habitación de Tete, la que acordaron usar para dormir. Limpio, seco, con el pijama puesto esperaba a su compañero con evidente nerviosismo, sus grandes ojos expectantes no conseguían quitarle los ojos de encima. 2-T "trataba" de ducharse con normalidad, tardando infiernos al sentirse más observado de lo habitual; acostumbrarse a usar una ducha con mampara de cristal visible desde la sala, en una casa donde sólo habitaban hombres, no había sido la gran cosa, pero...

«¿Por qué es tan incómodo? La mirada de Luke no es igual a los ocasionales ojos curiosos de los demás». Él sabía por qué; Luke realmente le gustaba, la atracción era mutua y, como última gota en una represa a punto de estallar, aquella tarde su "íntimo amigo" acababa de admitir de forma indiscreta desear tener sexo con él. «¡Sexo! Sin rodeos, dicho así suena horrible ¡Es que eres tonto, Luke! Digo, ya lo intuía, no soy idiota y yo también quiero. Pero ¡Pero! ¡Decirlo así ante todos fue fatal! No sé si odiarte o... ¡No! ¡Estoy furioso! Sí, eso es», rezongaba sintiéndose ultrajado por su mirada.

UntermenschWhere stories live. Discover now