Uno Más / Sebastián Córdova

25- Mi razón de ser.

Un día más en Nuevo León, Sebastián llegaba a casa y con esa sonrisa enorme que lo caracterizaba desde días atrás.

No podía ocultar que se sentía feliz con la presencia de Julieta, le encantaba estar con ella, sobre todo cuando salían como si fueran una pareja.

Sus compañeros la habian amado, pues la había llevado en un par de ocasiones a sus entrenamientos y la habían conocido. Obviamente no la presentó como su novia, simplemente por su nombre.

Julieta agradecía eso, no le gustaba poner etiquetas a lo que tenía con Sebastián. Ni siquiera ellos sabían que era lo que tenían, pero les gustaba por que el cariño aumentaba día a dia.

Tampoco le gustaba que la llamaran " La hermana de Jorge Sánchez " , no por que la avergonzara, si no por que odiaba ser reconocida por todas partes.

Lamentablemente para ella eso era algo con lo que tenía que lidiar, más que nada por que muchas fanáticas del club Tigres, la habían visto ya con Sebastián.

Cosa que no le molestaba, no estaban a escondidas de Jorge, que era quien en verdad importaba en todo esto.

— Sebastián, que bueno que llegas — comenta Julieta

La chica se puso de pie en un brinco, Sebastián amaba la energía que a veces solía tener a pesar de sus múltiples tareas

— ¿ pasa algo? — pregunta el.

La rodea por la cintura de forma cariñosa, ella no se niega, coloca sus manos en los hombros del chico

— escuche que hoy habria una apertura de un nuevo restaurante a unas cuadras de aquí. ¿ vamos en la noche?

— sabes que no te niego nada, pero hoy mis compañeros nos han invitado a una reunión.

Julieta hace un puchero, pero no le molesta salir con Sebastián y gente que lo rodea.

— ¿ reunión?, ¿ celebran algo?

— No, solo es salír para conocernos más. Ya sabes, ellos están murmurando que tu y yo salimos en otro plan.

Julieta ríe de forma picara.

— Claro, por que están muy lejos de la realidad — comenta sarcástica.

Sebastián niega y atrapa los labios de la chica en un beso, acto que ella a correspondido plácidamente

— ¿ entonces vamos?

— si, vamos, el restaurante puede esperar

Ambos sonríen complices, si algo amaban era el estar juntos de esa manera. Parecía que no existía nada más al rededor, nada más que su cariño y ganas de ser felices.

— ¿ y Magdalena? — pregunta Sebastián una vez que está sentado en la mesa.

— Oh le he dicho que podía tomarse el día, quería cocinarte especialmente.

Sebastián alzó las cejas sorprendido, sin perder esa sonrisa cálida, amable y coqueta que lo caracterizaba.

— veamos que me has preparado, muero de curiosidad

Julieta sonrió y comenzó a servir la pasta que habia preparado para Sebastián. Sabía que a el le gustaba comer filete a la sartén con pasta, así que eso preparó y se lo llevó a la mesa.

El joven futbolista estaba más que complacido por su platillo, le había sorprendido a decir verdad.

— Wow, juls, ¿ tu en verdad preparaste esto? — pregunto sonriente.