11 - Ella me vuelve a provocar

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El desayuno entre los amigos había fluido de una manera normal, a pesar de aquella conversación a solas que habían tenido momentos antes Sebastián y Julieta.

Ambos pensaron para si mismos que era lo mejor, el actuar como si jamás hubiera pasado nada. Finalmente si hubieran actuado de forma inmadura, estarían dando paso a las palabras que Jorge les había dado.

Habían decidido ir a caminar un poco, era una especie de bosque en lo que se iban a adentrar. Jorge y Linda fueron los encargados de dar paso al paseo, pues ellos iban haciendo de guías.

Hasta atrás se había quedado Sebastián, el chico aun pensaba en si era necesario haber dejado a Julieta de esa forma. El no podía negar que se sintió herido, lastimado en su orgullo de hombre.

Había estado tan acostumbrado a ser el quien no quisiera nada, que ahora se le hacia irreal que a el lo rechazaran. No por que el se sintiera que podía tener a cualquier mujer a sus pies, si no por que los papeles se habían invertido.

El al fin había decidido poder tener algo real, algo serio y con etiquetas. Sin embargo la mujer que el quería, no estaba dispuesta a hacer algo como aquello con algún compromiso.

Sebastián se preguntaba si en el Fondo, el estaría dispuesto a tener sexo y solo eso con Julieta. Pero ahora sabiendo que Julieta no quería nada real con el, no tenía que dudar su próxima decisión.

[****]






— ¿ Me puedes ayudar un poco con aquel muérdago? — pregunto Linda viendo a Julieta con un puchero.

— Descuida, yo me encargo — contesta Julieta con una sonrisa.

— ¡ Eres un Ángel cuñada! , te veo adentro.

Julieta se despide de Linda con la mano y una sonrisa, la rubia se adentra a la casa para ver a su hijo quien a estado llamando por ella.

Julieta se subió a las escaleras que estaban debajo del portón de la casa, se preguntaba como es que se supone que pondría ese muérdago si el portón era eléctrico.

Diciéndose a si misma que no había manera, comenzó a descender de las escaleras para bajar de nuevo poco a poco.

— ¿ necesitas ayuda? — Sebastián apareció detrás de Julieta, eso la hizo paralizarse un poco.

Desde aquel momento en el que Sebastián le dijo que no habría nada entre ellos, Julieta había tenido una pelea mental consigo misma. Se preguntaba si Sebastián tenía una idea de que toda la situación, se llevará a la de tener algo con etiquetas.

— Si, con la escalera, si no tienes problema. — Sebastián asintió con una de sus sonrisas más encantadoras que podía dar a las chicas.

Acomodo como debía la escalera y la subió a su hombro, Julieta vago su vista por los brazos del chico bajo aquella playera polo color celeste. Notoriamente Sebastián tenía un cuerpo trabajado, por supuesto que cuando ejercía fuerza los músculos de sus brazos resaltaban más.

Ambos chicos se adentraron a la casa, Sebastián con la escalera y Julieta con las cosas navideñas que habían sobrado.

— Aquí en la puerta esta bien — le informó Julieta a Sebastián, quien al escucharla bajo la escalera de su hombro y la acomodo justo debajo de la puerta.

— ¿ que es lo que harás con la escalera? — cuestionó el chico volteando a ver a la chica de cabello dorado.

— Gracias por tu ayuda y, respondiendo a tu pregunta, Linda me pidió colgar unos muérdagos —

Uno Más / Sebastián CórdovaWhere stories live. Discover now