El bar sin nombre

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Después de haber hablado con el cenizo, volví rápidamente a casa, tuve suerte que para mi llegada, la castaña todavía no se aparecía, pero tuve que aguantar los regaños de Camie por lo tarde que era, y si, le encontraba razón, era bastante tarde y ni luces de la castaña, me estaba preocupando.

Fue en medio de la cena cuando ella llegó, traía su traje algo rasgado y venía exhausta, al parecer, había sido un día bastante ajetreado. Dejé que se fuera primero a la cama, después que se duchara y comiera algo, una vez que estuvo fuera de mi vista, tomé su traje para poder arreglarlo. Hace tiempo atrás, hice mi vestido para nuestra primera cita, poder arreglar un poco su traje no iba a ser gran problema, en la parte de enfrente, bordé un gatito rubio y eso me recordó...¡El collar! Ahora que todo volvía a armarse en su cabeza, podría preguntarle qué es lo que significa para ella, y mostrarle que todavía tengo el conejito que le di hace tiempo, sería lindo volver a juntarlos, ese collar a pesar de todo este tiempo, lo traía siempre consigo, ¡Era tan linda!

Cuando terminé y me fui a la cama, vi que Camie ya se había desaparecido, ella también estaba exhausta. Algo sigilosa entré en la habitación para poder acurrucarme al lado de Uraraka, ella dormía plácidamente, realmente debió estar cansada, pero, eso no fue impedimento para que al entrar a la cama, ella me abrazara de forma protectora, quizás era algo que hacía de manera innata, ¡Me encantaba!

Al día siguiente, todas volvimos al rubro, la castaña saltaba de felicidad al ver su traje como nuevo, además del pequeño detalle que le hice, no dudó en utilizarlo para sus misiones de hoy, ella tenía algunos cambios de ropa, pero prefería ir con ese. Las tres nos separamos en la misma parte que el día anterior, solo que esta vez Uraraka me besó en los labios y se retiró para hacer su patrullaje, ¡Me encantaba esta mujer! Camie nos veía con algo de gracia, pero con cierta felicidad, después de eso ambas llegamos a nuestra agencia para una tediosa reunión, no saldríamos a patrullar en unas horas ya que tenían que hacer reportes de la situación de la ciudad. ¡Aburrido! Pero solo podía poner atención y esperar a que terminara.

La maldita reunión y exposición de algunos casos ¡Duró casi todo el día! Solo nos dieron el tiempo para poder comer algo al almuerzo y después volvimos a lo mismo, me llamaba la atención que durara tanto, ¿Qué pasaba con el patrullaje? No podían quedar calles sin héroes, los problemas siempre están, de seguro pidieron a otros cubrirnos por el momento, ellos se llevaban toda la diversión, que aburrido.

Una vez nos dejaron salir, pensaba en irme directo hacia el bar de la antigua Liga de Villanos, aquel donde Kurogiri todavía atendía, tuve que desligarme un poco a la fuerza de la pelinaranja que no quería dejarme sola, tuve que mentir diciéndole que Mina me había invitado a su casa para discutir algo, con ciertas dudas no insistió más, al momento que quedé sola, le envié un mensaje a la pelirrosa para que me cubriera lo necesario, después de mucho regaño aceptó, después de lo que había pasado y tanto tiempo que estuve en el hospital, ninguna quería dejarme sola.

El sol se estaba poniendo y los postes con luz iluminaban los sombríos callejones que me llevaban al "Bar sin nombre" como solía decirle, donde algunos villanos iban a pasar unos momentos relativamente tranquilos. Me apresuré en llegar lo antes posible, una vez que entré, las luces neón rojo tan características, solo me traían recuerdos, unos no muy buenos.

-¡Kurogiri! -llegué a la barra con una gran sonrisa al ver donde se encontraba mi nebuloso amigo sirviendo unos tragos.

-Toga-chan, es un gusto verte, ¿Qué te había pasado? -podía notar cierta preocupación y felicidad en sus palabras, ¡Era adorable! Siempre se preocupó por mí.

-Han pasado muchas cosas, si me sirves esa malteada tan exquisita de frutos rojos, puede que te lo cuente -sonreí aún más.

-Hecho -respondió decidido.

"Búscame"Where stories live. Discover now