"Búscame"

Ilusión

Sonreí con algo de nostalgia ante sus acciones, maldición, esto estaba siendo más difícil de contener que otras veces, como quería solo abrazarla y que todo fuese como antes.

-Olvídalo, solo son tonterías –la detuve, ella se sorprendió cuando me dejé caer nuevamente en sus piernas- solo quiero estar así un momento, no te molesta ¿Cierto?

-Para nada –soltó algo avergonzada, vi que secaba sus lágrimas extrañada.

-Gracias.

Me tomó poco tiempo para quedarme dormida, sentía mi cuerpo bastante cansado, pensar que una simple bala y la falta de sueño me tendrían tan mal. Podía sentir como ella acariciaba mi cabello, era tan acogedor.

El rato pasó, ella no me despertó en ningún momento, abrí mis ojos de casualidad al sentir más ruido de lo normal, cuando pude enfocar mi vista, vi que había anochecido, Camie todavía no llegaba, quizás ocurrió algo en la agencia, me volteé a ver a la castaña, estaba dormida, tan pacífica y vulnerable, tan linda con su nariz de conejito, ¡Realmente me encantaba! Pero no duraría por siempre, moví con delicadeza su hombro para despertarla.

-Despierta conejito –susurré con una sonrisa maliciosa, estaba segura que no me escucharía, o eso creía.

-¿Conejito? –ella abrió sus ojos de a poco, me sonrojé de inmediato.

-N-no es nada –desvié la mirada avergonzada.

-Himiko...es algo tarde –me sorprendí por un momento, ¿Cuándo le había dicho mi nombre? ¿No se suponía que éramos "desconocidas"?

-¿Cómo sabes mi nombre?

-¿Cómo sabes tú el mío?

-Touché –suspiré- pues bueno, la televisión en algún momento debió mencionarlo, estás en todas partes.

-Tu compañera lo dijo ayer cuando vine –ella sonrió victoriosa, pequeña tramposa, me estaba haciendo ilusiones por nada- de todas formas, ¿Podría saber tu nombre completo?

-No es necesario –la miré algo pensativa, no sabía que podría causarle- solo dime Himiko, ¿Si?

-Está bien –se sonrojó ligeramente, ¡Tan linda!

Pasamos un rato más terminándonos los bocadillos que habíamos comprado, tomamos otra taza de té y vimos un poco de televisión, este ambiente era tan pacífico, al rato pude sentir las llaves de la puerta y la pelinaranja se dejaba ver algo exhausta, cuando nos vio en el sofá solo pudo sonreír, claramente no entendía nada, ya tendría tiempo de explicarle, solo pasó a su habitación y creo que murió al instante, no se veía nada bien.

Viendo que ya era más tarde, Uraraka se preocupó ya que tenía que volver a casa, pero pude notar que no tenía intenciones de irse todavía, marcó un número desde su celular, estaba llamando a Deku, a veces pensar en que habían terminado juntos me revolvía el estómago, pero no hacían una mala pareja, solo sentía que él era un obsesionado del trabajo y ella lo seguiría sin importar la situación, odiaba ver eso, pero más allá no podría entrometerme. Sentí como se levantaba algo abatida, pero no dejaba de sonreír.

-Izuku-kun vendrá por mí –anunció- es algo tarde, perdona que me haya quedado demás.

-No es problema, Ochaco, sabes que podemos quedar siempre que quieras, gracias a ti por tu visita –sonreí, ella solo se puso más nerviosa- te acompaño a recepción.

Me levanté algo perezosa, mi pierna ya no dolía tanto así que pude caminar bien todo el trayecto hasta dejarla en la puerta del edificio, vi unos pequeños destellos verdes a lo lejos y supe que el peliverde venía en camino, nunca utilizaría el transporte público, ¿eh? Me causaba gracia, ella también si quisiera, podría ir de edificio en edificio hasta llegar a su hogar, pero era demasiado correcta para hacer algo así.