Travesuras

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Mis sueños nunca fueron los mejores, siempre eran relacionados con crímenes y cuantas atrocidades, sueños que antes eran la mejor película que podía ver, ahora eran algunos muy molestos, parecía una pesadilla.

Corría descalza lo más que podía, escapaba de alguien, el sonido de aquellos tacones me sobresaltaba y podía sentir aquellos pinchazos en mi cuello otra vez, podía sentir las descargas todavía y el roce de la piel de aquella mujer horrible. ¡No quería estar ahí otra vez! 

Unos leves movimientos en mi hombro me sobresaltaron lo suficiente como para despertar y tomar a la persona culpable de ello para tumbarla en la cama, me puse a horcajadas sobre su cuerpo mientras tenía mantenía su brazo atrapado, tenía la mirada desorbitada, pero solo podía ver aquella cabellera púrpura frente a mí, ¡Que detestable era!

-¡Himiko! –la voz de la persona que tenía bajo mío me hizo reaccionar, mis ojos llenos de lágrimas pudieron enfocar un poco y pude notar la expresión preocupada de la castaña- Himiko, fue una pesadilla, tranquila.

-Ochako...-susurré y la solté para luego alejarme al rincón de mi cama, mi pecho subía con rapidez, me sentía agitada y desorientada, vi como ella se incorporaba para acercarse- ¡No te acerques más!

-Pero, no quiero hacerte daño, no quise despertarte antes, pensé que estabas demasiado cansada, así que te dejé dormir un poco.

-¿Qué hora es?

-Las 10 de la noche –ella alargó su mano para intentar tomar mi mano, pero me aparté- no intento hacerte daño, vi que tenías una pesadilla y quise ayudarte a salir de eso.

-Te hice daño –susurré con mi voz entrecortada, mis ojos volvían a nublarse.

-No, tú no hiciste nada –se acercó nuevamente, esta vez no la alejé, tomó de mis mejillas para secar las lágrimas que aún corrían- ven aquí.

Ella se estiró por completo y tomó de mi mano para llevarme con ella, me abrazó de forma maternal mientras acariciaba mi cabello, pude esconder mi rostro entre su cuello un momento para suspirar un poco más tranquila, era tan cálido, tan relajante.

-¿Mejor? –asentí para abrazarla un poco más, me acomodé lo suficiente para que nuestros cuerpos encajaran lo suficiente- una fea pesadilla atormentaba a mi gatito, pero, ¡Vine a salvarte!

-"Gatito" –pensé, era de esas veces en que decía cosas sin saber realmente que era.

-No te preguntaré que soñabas, pero me alegra que estés aquí conmigo otra vez.

-Perdóname si reaccioné así –comenté avergonzada- solo fue un pésimo sueño.

-Tranquila, eso no importa.

Ella siguió acariciando mi cabello a la par que dejaba besos en mi mejilla, no sabía si lo hacía a propósito o qué, pero, ¡Era realmente vergonzoso! ¡Me trataba como una niña! Aunque, no iba a decir que no me gustaba.

Estuvimos así un momento, me estaba volviendo a relajar y mis ojos pesaban nuevamente, sentí como acariciaba mi mejilla ahora, sus manos se dirigieron a mi mentón para levantar mi rostro, podía ver sus achocolatados ojos de cerca, eran tan lindos, su sonrisa me dejaba más y más atónita, me volvía loca.

-¿Puedo? –preguntó algo tímida, me gustaba que ella tomara la iniciativa, quería decir que en cierto sentido, quería recordarme.

-Eso no se pregunta- sonreí para acortar el espacio entre nosotras, sus labios siempre eran tan suaves, podría probarlos todo el día.

Ella me correspondió de inmediato, sentí por un momento una de sus manos en mi nuca atrayéndome más a sí, quería profundizar el beso, nos separamos solo para vernos a los ojos con una sonrisa cómplice, luego ella volvió a por mí, y yo no se lo negué.

"Búscame"Where stories live. Discover now