Respuestas

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Después de lo que consideré una mañana bastante agradable, ambas salimos de la casa hacia nuestros respectivos trabajos, ella se veía más risueña de lo normal, y me gustaba, me gustaba mucho. Tomamos el metro, caminamos hablando de cualquier cosa, ella sonreía y no dejaba de pensar en que hace un par de horas había tenido una pesadilla horrible, que frustrante tener que pasar por esas cosas siempre.

Cuando llegamos a la estación donde se encontraba su agencia, me abrazó hasta que el sonido de las puertas cerrándose se hizo presente, por su expresión, me decía que no quería separarse todavía, pero claro, trabajo es trabajo, lo que es yo, con mi mejor sonrisa me despedí, una vez que el metro empezó a andar, busqué la dirección de la agencia del cenizo, esta vez, respondería a todas mis preguntas.

No fue un viaje tan terrible, cuando encontré su lugar de trabajo, me percaté que estaba cerca de la U.A, que inoportuno, pero, estaba bien para mí. Entré algo temerosa al lugar, había mucha gente, si que habían contratado personal, y todos con una personalidad explosiva, así como la de él, ¡Que horror! Me dirigí al mesón donde estaba la recepcionista, si llegaba sin avisar ni nada, probablemente me explotaría la cara, aunque, estando ahí en el mesón de recepción, pude sentir una mano en mi hombro.

-¡Chica rubia! -era el dientes de tiburón- ¡Es un placer tenerte aquí!

-Si, como digas -sonreí apenas- necesito hablar con tu odioso compañero, me estaba registrando, si llego sin avisar, puede que me explote la cara aquí mismo.

-¡No digas eso! -él sonreía como si todo fuese fácil en ese lugar, después tomó de mi hombro y empezó a caminar- Bakugou está en su oficina, le avisaré que estás aquí y así puedes hablar con él de inmediato.

-No le va a gustar para nada...

Unos segundos después, pude sentir unos gritos por parte del cenizo y como aparecía el pelirrojo con algunas manchas negras en su rostro, pero, eso no le quitaba la sonrisa, suspiré resignada para luego entrar a la oficina donde el cenizo me indicada. Cerró la puerta tras él y luego se sentó pesadamente tras su escritorio, me indicó la silla que podía ocupar y algo nerviosa me senté.

-¿Qué quieres, loca de mierda? -su tono no era muy amable.

-Vengo sin intensiones de discutir, tuve una buena noche, no arruines mi ánimo -comenté seria, él solo esbozó una sonrisa molesta.

-¿Buena noche? ¿Por qué? ¿Te acostaste con ella?

-Fíjate que si...y es tan enérgica que no dormimos en toda la noche -sonreí con malicia solo para ver su expresión molesta, pero antes de que dijera algo, levanté mi dedo para hacerlo callar- antes de que explotes, primero, no me acosté con ella, no soy tan idiota, segundo, vengo por respuestas.

-¿Respuestas? -ahora tenía su curiosidad, era mejor que tener su enojo.

-Quiero saber lo que pasó todo este tiempo que no estuve con ella -sentencié- ella tiene marcas en sus brazos, imposible que sean rasguños por entrenar u otra cosa, ¡Está herida por todas partes! ¿Qué fue lo que pasó?

-No me corresponde decirte esas cosas -comentó algo serio- pero, supongo que en algún momento tienes que saberlo.

Estuvimos gran parte de la mañana charlando, él pudo armar todo este rompecabezas de dudas que tenía en mi cabeza, me dijo lo de sus heridas, no había sido intento de suicidio, en un rescate donde trabajaron juntos, sus ganchos estaban en mal estado y se soltaron, rasgaron su piel y estuvo grave por la pérdida de sangre, estuvo un tiempo hospitalizada pero no fue algo más allá de eso, las demás marcas si eran por entrenamiento, me comentó que ya lo había hecho antes, cuando le entregó la carta que le había dado a Mina, dijo que golpeaba los árboles sin razón alguna, pero, aún así, a pesar de que había respondido bastantes dudas, aún me quedaba lo más importante.

"Búscame"Where stories live. Discover now