Ángel del Destino 5

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(N/A: Necesitan haber leído mi fanfic llamado "Ángel del Destino 4" para entender este fic).

El ángel Tront despegó la cabeza del suelo y miró de nuevo a Senku y Kohaku, que seguían devorándose los labios como si nada más les importara.

La tormenta comenzó a despejarse, los rayos y truenos desaparecieron, la lluvia dejó de caer y las nubes comenzaron a abrirle pasó al cielo nocturno, todo a medida que el humor del ángel del destino mejoraba.

—¡Lo logramos! ¡Lo logramos! —Su compañera, el ángel Lein, se lanzó sobre él de inmediato, haciéndolo volver a caerse de cara al suelo—. ¡Se están besando, están enamorados, lo conseguiste! —Lo abrazó con fuerza, elevándolo en el aire junto con ella, que voló con alegría hasta las pocas nubes restantes.

—Creo que estoy demasiado sorprendido para celebrar. —Rio nerviosamente, alejándose de ella y volando hasta quedar frente a Senku y Kohaku, que seguían enfrascados en su tarea de besuquearse.

Tenía la sospecha de que incluso si fuera visible para los humanos y estuviera volando en círculos alrededor de ellos no se darían cuenta de que estaba allí, con lo enfrascados que estaban en el beso.

Wow, la tensión sexual que venían acumulando durante todos estos meses sí que los tenía mal. Los tenía DEMASIADO mal, teniendo en cuenta que ya estaban empezando a toquetearse y Kohaku parecía querer jalar a Senku dentro de su casa.

—Qué injusto... llevó años esperando este momento, y el arcángel Oryon tenía que arruinarlo. —Lloriqueó, levantando una mano hacia la pareja—. Lein... perdóname. —Agitó una mano en dirección a Senku y Kohaku, dándoles a cada uno un considerable dolor de estómago que los hizo apartarse de inmediato, sujetando sus vientres con muecas adoloridas.

—¡¿Pero qué has hecho?! —Lein chilló espantada, como si hubiera invocado al mismísimo rey del infierno delante de ellos.

—He hecho lo que debía. —Sacó su pañuelo para limpiarse la nariz ruidosamente.

—¡¿Estás completamente loco?! ¡Acabas de sabotear todo tu trabajo de años, Tront!

—Maldita sea... —El gruñido de Senku distrajo al ángel Lein de seguirle gritando a su compañero—. Creo que comí demasiadas de esas frituras que trajiste...

—Parece que yo también, debían tener algo malo. —Kohaku se enderezó con dificultad—. ¿Tienes algún medicamento para el dolor?

—Sí, pero en mi casa. ¿Quieres ir a una farmacia? —Ella asintió y los dos caminaron miserablemente hasta su auto, donde Senku tomó el volante y condujo con dificultad a la farmacia más cercana.

Lein los siguió a regañadientes, sin querer que por un descuido tuvieran alguna clase de accidente, y el ángel Tront la siguió más apartado, sin querer que su compañera volviera a gritarle.

Mientras compraban el medicamento, el ángel de la guarda aprovechó para acercarse al ángel del destino y sacudir sus hombros bruscamente.

—¡En serio! ¡¿En qué estabas pensando?! ¡¿Por qué los separaste?! ¡Esto es lo que más hemos esperado!

—¡Lo sé! —Lloró a viva voz—. ¡¿Pero qué querías que hiciera?! ¡Si los dejo concebir al alma jamás nacida esta noche el arcángel Oryon se daría cuenta y me arrancaría las alas!

—Pero si no lo escribes en el reporte no tiene porqué saberlo. —Lo soltó haciendo pucheros.

—Se daría cuenta, Lein. —Volvió a limpiar su nariz con el pañuelo—. El alma jamás nacida ya no estaría en su jardín, lo notaría y se daría cuenta de inmediato de que es mi culpa. Me arrojaría al infierno de cabeza. —Palideció de solo pensarlo.

One-shots SenHakuWhere stories live. Discover now