Nunca digas nunca

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(Advertencia: Lemon).

Luego de un agitado día de clases, Senku y Kohaku tomaron el metro para ir a casa del chico, que quedaba bastante lejos desde que su padre dejó el departamento y compró una casa de verdad al casarse con Lillian, aunque ahora ellos estaban de viaje en Rusia.

El metro estaba atestado, y encima lleno de turistas hablando hasta por los codos, y Kohaku arrastró a Senku a una esquina para que no lo aplasten, aunque sin dejar de regañarlo porque para empezar que hayan salido tan tarde de la escuela era su culpa.

—Ja, no vuelvo a quedarme esperando a que termines con tus proyectos en el club de ciencias.

—Lo dices como si ese hubiera sido el verdadero motivo por el que salimos tarde. —Rodó los ojos, antes de sonreír de forma macabra—. Aún tengo tus bragas en mi bolsillo…

Kohaku le dio un pequeño golpe en el hombro para que se callara, aunque de todos modos le dolió.

Le dedico una mirada asesina y luego le dio la espalda, con la cabeza gacha para ocultar su rostro completamente enrojecido.

Después de escucharla un largo rato quejándose, Senku terminó su proyecto y se acercó a besarla como agradecimiento por esperarlo, pero el beso acabó siendo mucho más…

Él le subió la falda de su uniforme, bajó su ropa interior, la sentó en su mesa de trabajo y hundió su rostro entre sus muslos, introduciendo sin rodeos su lengua en su interior.

Casi la hace correrse allí mismo, pero entonces escucharon la puerta abrirse y Kohaku actuó con sus rápidos reflejos empujándolo lejos y ocultándose tras otra mesa.

Era el conserje, que no pareció sorprendido de que Senku estuviera allí, pero sí por otra cosa.

—¿Qué tienes en la boca, hijo?

Senku se lamió las comisuras de su boca y sonrió ladinamente.

—Estaba comiendo mi fruta favorita, desgraciadamente ya es tarde y será mejor que me vaya. Seguiré comiendo en casa.

Kohaku solo pudo sonrojarse más al recordar el descaro del pervertido que tenía por novio.

Aunque ella no era menos pervertida, para ser honesta… estaba volviendo a mojarse con solo recordar lo que había pasado en el club de ciencias…

De pronto, sintió el aliento de Senku en su oído.

—¿Si sabes que es diez billones por ciento obvio para mí cuando te excitas, verdad? —Sus brazos se envolvieron alrededor de su cintura, pegándola a él que se movió para apoyarse más contra la esquina del vagón—. Como aprietas los muslos y te retuerces… —Presionó su erección contra su trasero—. Eres absurdamente obvia, leona.

—N-no soy una leona… —Miró nerviosamente a su alrededor, pero la mayoría de personas estaba durmiendo o dándoles la espalda—. ¿Qué demonios crees que haces, Ishigami Senku? Guárdate estas cosas para cuando lleguemos a tu casa.

—Ese era el plan, pero me lo haces difícil sabiendo que ahora mismo debes estar mojandote… —Kohaku sintió como si su cabeza pudiera explotar en cualquier momento debido a la vergüenza… porque tenía razón—. Y estás sin ropa interior… Y estaba pensando… que probablemente sería muy fácil hacer esto… —Levantó la parte trasera de su falda, haciéndola estremecerse—. Y esto… —Deslizó su mano por su culo desnudo antes de bajar hasta su vagina e insertar un dedo.

One-shots SenHakuDove le storie prendono vita. Scoprilo ora