Injusto

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(Advertencia: SPOILERS del capítulo 197 del manga).

Después de más de siete años, Senku finalmente fue libre de la petrificación una vez más, todo gracias a Suika.

Aunque a la pequeña niña le había tomado años lograr hacer la fórmula de despetrificación y ahora era una adolescente, y Senku de verdad se sentía mal porque ella haya tenido que pasar por tanto, pero también estaba muy orgulloso, debía decir. Si fuera un poco más sentimental, abrazaría mucho más a Suika, pero tenían trabajo por hacer.

Y además… ya habría alguien que se encargaría de suministrar todas las cantidades de afecto que su salvadora merecía.

Mientras trabaja en hacer ácido nítrico en lo que esperaban que el alcohol fermentara, Senku no podía dejar de sonreír al ver a Suika preparar un vestido para Kohaku, emocionada porque sin duda ella era su persona más cercana. Hasta podría apostar que la habría revivido a ella primero si hubiera logrado hacer más de un frasco con líquido despetrificador, pero claramente era una chica lista y fue por las prioridades al tener solo uno.

Hicieron dieciséis frascos con líquido despetrificador, los justos y necesarios para cada miembro del reino científico en esa zona. Y claro que Senku no dudo en darle el frasco con el número 1 a Suika, mirando con una sonrisa a la estatua de Kohaku.

Ya era hora de que se reunieran.

Él caminó lejos de Suika al ver su sonrisa temblorosa mientras se aproximaba a Kohaku con el frasco, sentándose en la construcción de la torre que Suika había usado como vivienda, mirando con ojos suaves como el líquido despetrificador caía sobre Kohaku, librándola rápidamente de su prisión de piedra.

Pero… algo salió mal.

El cuerpo de Kohaku, que no había estado en una posición completamente recostada, cayó como peso muerto en el suelo. Sus manos cayeron a los costados y sus ojos permanecieron entrecerrados.

Senku se puso en pie de inmediato, mientras que Suika observaba confundida a Kohaku. Ya no estaba convertida en una estatua, pero no se movía.

Senku repasó rápidamente todas las resurrecciones que había presenciado hasta el momento. La mayoría de personas reaccionaba al instante, Yuzuriha había permanecido con los ojos cerrados un momento, pero solo unos pocos segundos. En la isla del tesoro solo fue cuestión de un par de parpadeos y todos estaban de nuevo conscientes. La reacción era casi instantánea.

Y Kohaku no estaba reaccionando.

Suika parpadeó confundida, llevando una mano al hombro de Kohaku, sacudiéndolo levemente.

—¿Kohaku?... —La sacudió un poco más y la cabeza de Kohaku se sacudió un poco, antes de caer en un ángulo tan antinatural que Suika se apartó de golpe, jadeando horrorizada, con lágrimas en los ojos.

Senku corrió hacia Kohaku de inmediato, arrodillándose a su lado y comprobando sus signos vitales.

Nada.

No respiraba. No tenía pulso. Sus ojos no miraban a nada a pesar de estar abiertos. Ella… estaba muerta.

El aliento se le atoró en la garganta y fue incapaz de moverse ni decir nada.

One-shots SenHakuWhere stories live. Discover now