Amhernus

Capítulo 15

—Lauren, ¿verdad? —Le preguntó el hombre bastante apuesto mientras se acercaba con seguridad a su dirección.

La mujer tomó aliento al escucharlo, había percibido un aura presuntuosa, capaz de secretar un ego desmedido, y esa característica era la que menos toleraba en las personas.

Amak puso los ojos en blanco, durante todo el viaje le había costado mantener una conversación con el hombre, porque solo sabía hablar de sí mismo.

—Sí, ella es. ¿Qué quieres? —Amak cuestionó levantando un poco la voz, dejando al descubierto su descontento y molestia con él.

—Solo venía a presentarme... —Miró brevemente a Amak, luego se volvió hacia Lauren con una sonrisa torcida antes de guiñar un ojo. —Soy Eirian.

Amak miró a la mujer a su lado con una mueca de disgusto, generada por el gesto del hechicero, y tuvo que llevarse la mano a la boca para ocultar su sonrisa burlona provocada por la expresión de repugnancia que decoraba el rostro de Lauren. Aparentemente la belleza del hombre no le provocó nada.

Nada más que asco, claro está.

—Ah... Qué bien. —ella respondió, forzando una sonrisa. Y luego lo ignoró. —Así que ella cerró la puerta. Aún no puedo aceptar que no la reconocí. —Siguió hablando con su compañero, gesticulando con las manos.

Eirian, al ver su falta de interés y la forma fácil en que lo pasó por alto, se aclaró la garganta tratando de llamar su atención.

Lauren parpadeó antes de apartar la cara con el ceño fruncido y le envió una mirada que él interpretó como una pregunta inquisitiva, algo así como "¿Qué carajos quieres?"

—No entiendo tu afán por no notarme. —Le dijo el tal Eirian, que pasó los dedos a través de su cabello blanco y le sonrió.

¿El cree que es sexy? Le daré instrucciones de como serlo pensó ella, acogiendo nuevamente la mueca de desagrado.

—Pero venia a decirles que darán una reunión. —Continuó Eirian. Ella se miró la mano, luego su ropa, y comenzó a arremangarse y desenrollar la manga de su camiseta mientras lo escuchaba.

Algo que también sabía hacer a la perfección; era demostrar su desinterés por los hombres.

—Gracias. —Amak respondió castamente por los dos y le sonrió con sarcasmo. Se rió al ver como su compañera parecía más interesada en doblar la tela que cubría su brazo que en otra cosa.

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Todos, excepto los médicos, habían creado un círculo cerca del transporte, donde Camila y Torvi estaban discutiendo adentro.

Ella estaba envuelta en molestia y él estaba tratando de calmarla.

Lauren, con su ahora muy común ceño fruncido, observó el intercambio hostil mientras apretaba los puños, no sabía qué había enojado a la comandante, pero al igual que Camila en aquel momento, quería destruir al temerario.

Clavó sus uñas en su palma cuando lo vio salir y dirigirse a ellos.

Mantén la calma.
No lo golpees.
Mantén la calma.
No lo golpees.
Se repitió mentalmente.

—Han sido reunidos por una razón. Hay una serie de tareas que deben cumplirse —Comenzó Torvi dictando en voz alta el monólogo que había preparado minutos antes. —Jackson, Tabatha y ella juntarán leña para una fogata. —Por último señaló a Lauren, pretendiendo no saber su nombre.

Ella lo miró detenidamente, en un arrebato trató de dar un paso adelante para golpearlo pero la mirada profunda que Camila le estaba dedicando al hombre la detuvo, pues supo que si ella no lo asesinaba, la mismísima Comandante lo haría.