Capítulo 10

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El silencio dentro descolocó al entrenador de la comandante, Torvi miró a los dos guardias hallando en sus rostros la misma confusión, no escucharon ningún atisbo de alboroto, ni siquiera un susurro. Finalmente, con el rostro arrugado por todas sus dudas, abrió la puerta.

Lauren y sus compañeros estaban parados con firmeza y seguridad , creyendo que todo funcionaría de una única forma; con todos ellos vivos y la comandante aceptando el destacable error cometido.

—No nos mataremos. —Fueron las palabras de Lauren, mirando al hombre con toda la ira que aún reprimía en su interior para no causar más caos dentro de esa habitación. Retuvo hábilmente las ganas de cortarle el cuello a Torvi.

—Es una órden. —contestó el.

—Que no seguiremos. —replicó extendiendo el brazo para detener a Federica, que intentó dar un paso al frente para acercarse a Torvi y hacer lo que todos querían; destruirlo.

—¿Acaso quieren morir? —preguntó mientras una sonrisa burlona brotaba desde su desalmado interior.

Camila caminaba de un lado al otro en su cuarto, de un momento a otro se sentó en el borde de su cama y finalmente decidió levantarse para buscar a Torvi, era casi mediodía cuando todavía no habían noticias de los elegidos, su paciencia estaba tirando de un hilo que se estiraba cada vez un poco más. Sin vacilar se movió entre los pasillos, cada que se deslizaba delante de un guardia, estos inclinaban la cabeza en una muestra de respeto.

Su capacidad para tolerar la espera era nula y había conseguido sobrellevar durante horas, aguardando por novedades ante la sencilla tarea que le dio a Torvi.

Tenía la información necesaria para saber dónde se encontraban haciendo las pruebas con los cinco de cada clan, pero cuando estaba a punto de entrar su cuerpo decidió que era mejor estar fuera; esperando, escuchando la personificación de la convicción en la voz femenina.

—Por una buena causa, si. Saldrán perdiendo, nos necesitan. A todos. —aseguró Lauren ahora sí dando un paso adelante, la firmeza con la que se paró frente al hombre, resguardado por otros dos, hizo que Torvi anhele retroceder, pero debía mantener la compostura y hacer valer el puesto que tenía en ese planeta, era el encargado de preparar y observar el desarrollo de las habilidades de los comandantes. El alzó la cabeza, era más alto que Lauren, mucho más alto.

Camila, del otro lado de la puerta, no se resistió, se rindió ante la necesidad de saber quién era la osada que se atrevía a enfrentarse a Torvi sin cobardía.

Aunque ella no tenía ni la más mínima idea de que el hombre siquiera se había presentado ante todos, pero le dieron, al principio, algo de respeto porque llegaron a la suposición de que pertenecía y formaba parte del círculo cercano de la comandante, pues fue quien les abrió las puertas y, a diferencia del resto, utilizaba una vestimenta que indicaba que era alguien relevante allí.

Camila empujó la puerta y se abrió paso con el ceño levemente fruncido por la notoria autoridad en la desconocida voz. Se sintió ofendida porque Torvi no se situó a su lado a pesar de irrumpir repentinamente. No había notado su aparición.

—Debe aprender a obedecer, jovencita. —murmuró indignado con la falta de respeto que manifestaba la mujer hacia el.

—Debe aprender a pensar... —contestó frunciendo el ceño y dirigió una mirada rápida a la mujer que apenas había entrado. —Temerario. —agregó definiendolo, la palabra fue saboreada con odio en sus labios y el alzó las cejas.

—¿Qué ocurre? —cuestionó Camila en un tono lo suficientemente suave como para que Torvi abriera los ojos impactado por la ausencia de dureza en ella.

AmhernusWhere stories live. Discover now