Llegando a un habitación tenue mente iluminada vio recostada sobre un futon en el suelo a su esposa.

Sonreia con debilidad mientras el cansancio parecía desaparecer momentáneamente.

Un odio sin control se arremolinaba en su pecho al verla en este estado por culpa de quien se supone era el encargado de protegerla.

El padre de Shuri era un bastardo que merecía la muerte por el daño que le hizo a su propia hija. Pocos lo sabían pero la razón por la que los clanes sagrados seguían manteniéndonos importancia en el mundo sobrenatural no era por sus técnicas de exorcismo o talismanes que les permitían usar varios tipos de magia.

Era simplemente porque habían encontrado la manera de que varias bestias sagradas se aliaron con ellos para que el más fuerte exorcista sea el anfitrión de una de estas.

Otorgan un poder inmenso pero a diferencia de los comunes Sacred Gears, no son parte de la persona desde su nacimiento. Es decir que a diferencia de un Sacred Gear la Bestia Sagrada debe ser compatible y escogido por esta.

Esto causa que una vez la Bestia Sagrada sea extraída o rompa el lazo con el anfitrión este se debilita enormemente perdiendo parte de su vitalidad.

Es una suerte que esto no cause daño espiritual permanente pero el daño vital para alguien tan compatible fue brutal causando que si bien su esposa podía mantenerse bien durante lagunas horas gracias a los elixires, la falta de Lágrimas de Fénix comenzó a causarle este ahora.

Son el recurso de curación más valioso del mundo pero desde el incidente de Rumania y la lianz entre vampiros y demonios estos han comenzado a tener prioridad gracias a los recursos aportados por los vampiros al Consejo Demoníaco.

-¿Necesitas que te traiga más medicina?-Preguntó al verla con dificultades para moverse hacia él.

Ella negó con la cabeza y palmeo el lugar a su lado indicando que se sentara.

-Lamento causarte tantos problemas querido-Dijo tiernamente besando su mejilla una vez se sentó a su lado.

Le dolía ver a su esposa así, estaba por responder para tratar de consolar a su esposa pero la puerta fue bierta repentinamente por su hija.

-¡Mami, Kuroka hizo crecer esta planta!-Mostró señalando una flor de bosque común.

Ninguno de ellos entendía pero de repente Barakiel recordó que era la Reina de Maluch.

Recordó recientes rumores de parte de Azazel sobre ella, la única de su especie con un Senjutsu avanzado...

La raza de Kuroka tiene la capacidad de manipular el Senjutsu a gran nivel. ¡Ella podía ayudar a su esposa!

Como si el diablo en persona se presentará frente a él Maluch sonreía junto a Kuroka posicionado detrás de su hija.

Apretó los dientes al entender que este demonio, daba honor a tal nombre.

Maluch movió su cabeza señalando que debían hablar en privado y no tuvo más opción que aceptar. Si había una manera de curar  su esposa ella sería capaz de mantenerse a salvo mientras buscaba un refugio seguro para Akeno y Shuri.

Dejando a Shuri junto a Akeno en la habitación caminaron hasta donde solía ser un salón de té.

Kuroka sin decir una palabra comenzó a preparar un poco de té que sirvió únicamente a Maluch.

Plácidamente con una sonrisa repleta de falsa inocencia bebió del té y felicitó a Kuroka por lo bueno que estaba.

Hartando un poco su paciencia, entendió la técnica pero viniendo de un mocoso realmente le molestaba.

-Por tu expresion, creo que entiendes lo que vine a proponerte.-Barakiel finalmente queriendo ir al punto respondió de inmediato.

-¿Qué quieres a cambio de ayudar a recuperar la vitalidad de Shuri?-Maluch comenzó a reírse mientras de un espacio dimensional sacó varias Lágrimas de Fénix.

-Como sabrás tenemos preferencia al comprar estos, sin embargo lo que quiero de ti es algo diferente.-Maluch bebió un poco de té y dio un mordisco a una galleta que Barakiel no tenía idea de donde salió-Quiero una charla con Azazel, dentro de dos semana quiero que lo cites a mi casa.

Maluch se limpió las comisuras de la boca después de hablar y se puso de pie como si nada.

-Por cierto, si veo a tus secuaces rodeando mi casa.-Maluch solo lo miró revelando una sed de sangre tm pesada que incluso lo sorprendió.-No me haré responsable si Kuroka desea jugar con su comida.

Entendiendo que todo este tiempo supo la existencia de su equipo sudor frío recorrió su frente.

-Ten una buena tarde, Barakiel-Dijo Maluch antes de salir y que Kuroka cerrará la puerta.

---------------------------------------------------------

Psdt: No se olviden de votar y comentar.

El Hijo de la Destrucción Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum