||Game 3 » Travis Kelce||

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—Iré a hacer el inventario —la chica asintió a su amiga.

Ya los aficionadas eran casi nulos. Solo dos estaban en las mesas, pero comenzaban a tomar sus cosas para retirarse. Lidia miro el reloj en la pared, ansiosa por que caminara mas rápido.

—Parece que alguien ya quiere irse —la castaña respingo del susto, pero se tranquilizo al ver que era Kelce.

Había olvidado por completo los encuentros que tenia con el jugador.

—Si bueno, ya es tarde —rio nerviosa. Cosa que Travis noto.

—¿Todo bien?

—Si, ¿Por que no lo estaría?

—Seguro, aja —la miro no muy convenido—. ¿Pensaste mi propuesta?

Parpadeo sin entender, luego recordó la pregunta que le había hecho la semana pasada. Su ultima visita, que como era habitual fue casi cuando ella salia, Kelce le propuso ir a cenar. Su corazón se había acelerado ante la propuesta. Pero lo extraño para ella fue que no pudo rechazarla, contrario a como lo hacia con Paul que era mas fácil, esta vez le resulto difícil hacerlo. Por esta razón le pidió tiempo para pensarlo.

—Sobre eso, yo...

—¡WOW! ¡Es Travis Kelce!

Justo por la puerta de servicio, un pequeño niño de lo que parecía cinco años miraba emocionado al jugador. Sus ojos brillaban y casi saltaba de la alegría. Corrió hacia la pequeña puerta de la barra para salir junto al jugador.

Lidia solo miraba pasmada la escena. No sabia que hacer.

—¡Hola! ¿Tu de donde saliste pequeño? —Kelce revoloteo su cabello.

—Estaba en la cocina. ¿Puedes darme tu autógrafo?

—Claro pero ¿no eres un poco joven para ser cocinero? —bromeo. Miro a la chica sonriendo, pero aquel gesto desapareció al ver su rostro.

Justo cuando iba a preguntar que sucedía, otra voz se unió. Por la misma puerta de servicio salia un hombre de mediana edad, impecable y con rostro serio. Su jefe Norman se dirigía a ella.

—Lidia necesito que... oh vaya señor Kelce no sabia que estaba aquí —miro amable al jugador—. Parece que tiene un admirador.

Saludo amable al hombre y comenzó a escribir en una servilleta el autógrafo para el chico. Todo esto mientras de reojo observaba atento a la chica y su jefe.

—Lidia necesito que hablemos junto con Kathe los turnos de la próxima semana ¿bien? —ella asintió nerviosa. Estaba segura que había comenzado a ponerse pálida—. Bien, entonces te dejo. Nos vemos junto con los demás antes de salir.

—Claro señor Norman.

Justo cuando estaba por retirarse, la palabras del niño llamaron la atención de todos.

—Mira mamá, tengo el autógrafo de Travis Kelce.

El rostro de Lidia palideció, mientras su corazón se detenía.

—¿Mamá? —la voz de Kelce y el señor Norman salía a coro.

Al verse descubierta no le quedo mas que aceptar las cosas. Además, presumiría a su hijo con orgullo. Era lo que mas amaba.

—Ya lo veo hijo.

El rostro de Travis era un completo poema. Para nada se esperaba aquello. Ella lo observo, no lo culpaba por la forma en la que reaccionaba, pero nunca le había mentido con respecto al tema pues jamas le pregunto o la conversación daba para eso. Además su vida personal y su hijo era algo que protegía con mucho recelo.

One Shots - NFL  | ESPAÑOL |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora