𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

4.3K 311 19
                                    

Vamos camino a la fiesta. En la radio suena una buena canción, Ares marca el ritmo en el volante y yo tarareo.

—Ese vestido te queda perfecto, Nat. —confesó Ares sin apartar su mirada del camino— Quiero arrancártelo... —susurró.

Reí mientras negaba.

—Veamos que locuras nos depara la noche. —dije riendo.

—Si una de esas "locuras" no voy a pasarla contigo, no quiero nada.

Sonreí y me quede en silencio mirando por la ventana.

—No tenemos mucho tiempo, tenemos 2 horas para que hables con Raquel. —recordé.

—¿Por qué? —preguntó Ares.

—Tenemos una cena con tu familia, ¿recuerdas? Tu abuelo vendrá. —reí.

—Es verdad... —bufó— Bueno... —dijo con todo de picardía— Puedo hablar en 5 minutos con Raquel y puedo darte la mejor hora y 55 minutos de tu vida. —me giré a verle y tenía una sonrisa pícara y torcida en sus preciosos labios.

—Ares... —susurré sonriendo— ¿Apenas puedes hacerme venir hora 55? —reí.

—Ey, no seas grosera. Dije que puedo darte la mejor hora 55, no que dilato tanto. Puedo hacerte venir en 1 minutos. —rió.

—Veremos eso... —le di la misma sonrisa que él porta— Pero no hoy. —me acomode en mi asiento y miré por la ventana.

Escuché como soplo aire por su nariz con cierto aire de ironía y gracia. —Brujita, brujita... —lo miré y él negó— Créeme que voy a poner todas mis fuerzas en ti cuando me dejes tener ese privilegio.

—Veremos. —lo reté.

Ares suspiró gracioso y luego tomó mi mano para entrelazar sus dedos con los míos. —Lo veras. —besó la parte posterior de mi mano.

Sonreí y comencé a acariciar su mano.

-

Llegamos a la fiesta y, al entrar, se podía oler el alcohol, el sudor de las personas; se podía sentir el calor de los cuerpos de las personas; se podía ver a todos bailando y otro besándose o casi teniendo sexo en los sillones.

El ambiente era Perfecto: luces de colores, unas mesas con bebidas, sillones que estaban cubiertos por sábanas negras, lo cual es perfecto porque esos sillones se ocupan para todo menos para lo que son; un ares de la casa más iluminada que otra; la música que sonaba en las bocinas, el DJ es el hermano de Steven, cuyo nombre no recuerdo.

La casa cuenta con piscina, la cual también estaba ambientada.

Al lado d ella mesa de la bebidas, hay una pequeña mesa con una caja de condones, Sí, condones. Al lado hay una nota que dice "Evitemos crear vida para disfrutar las nuestras:D"  también hay un frasco lleno de pastillas que supongo son para ayudar a los hombres con sus... "problemas".

Mientras inspeccionaba el lugar, Ares me jala del brazo hacia la mesa de bebidas. Una vez ahí, me entrega un vaso lleno de ponche y él toma otro.

Al tomar un sorbo, siento la cantidad exagerada de alcohol recorrer mi garganta.

Imposible tomármelo de apoco... será fondo blanco.

Llenando mis pulmones de aire, comienzo a tomarme el vaso a tragos grandes, hasta hacer fondo.

—Guau, Natalie. —sonreí Ares— No te conocía así. —ríe.

Hice mueca de asco. —Esto es alcohol con colorante. —deje el vaso en una esquina de la mesa.

𝐂𝐫𝐞𝐨... 𝐜𝐫𝐞𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐨 Where stories live. Discover now