𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐭𝐫𝐞𝐬

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Ares y Apolo se quedaron en mi casa. Artemis, como Ares dijo, fue con Claudia.

Ahorita, Apolo está en el colegio caminando solo por los pasillos mientras yo camino al lado de Ares.

—Tengo sueño. —confesé.

—El día será corto. —me anima Ares.

—Pero luego tengo trabajo. —bostecé.

Mi mano y la de Ares rozaban mientras caminábamos.

Quiero tomar su mano.

Negué con la cabeza para deshacerme de esos pensamientos.

—Iré contigo.

—No, no. Tú te quedarás en casa y luego, cuando yo llegue, dormiremos. —asentí.

—No, Nat. Iré contigo. —confirmó con una voz firme— ya falte lo suficiente y así te hago compañía.

—Sammy siempre me hace compañía. —sonreí mirando el piso.

—Hoy no podrá llegar. Está con su madre viendo unas cosas de la empresa.

—¿Cuando te escribió? —fruncí el ceño.

—Cuando veníamos al colegio.

Seguimos caminando en silencio. Yo rozaba nuestras manos a propósito.

—O lo haces, o me dejas de tentar. —soltó Ares de la nada.

Fruncí el ceño. —¿De qué hablas?

Ares negó con la cabeza y tomó mi mano para entrelazar nuestros dedos. Sonreí levemente mirando nuestras manos. Ares mantenía su mirada al frente y su expresión seria,

"O lo haces, o me dejas de tentar" ¿Él quería darme la mano?

—Se ve bien. —sonreí mirando a Ares.

—¿Que cosa? —me miró confundido.

—Esto. —señalé nuestras manos— Se ven bien juntas. No lo sé —me encogí de hombros— Me gusta como se ven. Es como si mi mano fuese algo delicado y tu mano lo protege. Se ven bien juntas nuestras manos. Encajan muy bien. —sonreí.

Ares miró nuestras manos antes de mirar hacia el frente. Seguí cada uno de sus movimientos hasta que miré una sonrisa en sus labios.

Una pequeña sonrisa cerrada en su perfil. Esa sonrisa la borró a los 5 segundos.

—A ti también te gusta. —le di un pequeño empujón en su brazo con mi hombro.

Ares se quedó en silencio e intentó contener su sonrisa pero fue inútil, igual salió.

—Mira. —sonreí ampliamente— Estás sonrieendoo —le molesté.

Ares rodó los ojos con una sonrisa. —Si, sí. A mi también me gusta como se ven.

—¿Como se ven que? —alcé mis cejas. Solo lo quiero molestar.

—Sabes a lo que me refiero. —chasqueó la lengua y rodó los ojos.

—Mm... —negué— no. No lo sé.

Suspiró. —A mi también me gusta como se ven nuestras manos juntas. —masculló.

—¿Como? No te escuché. —reí.

Ares se detuvo y yo con él. Se acercó a mi oído.

—A mi también me encanta como se ve tu mano con la mía, Bruja. —susurró en mi oído con un tono provocativo.

𝐂𝐫𝐞𝐨... 𝐜𝐫𝐞𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐨 Where stories live. Discover now