𝐓𝐫𝐞𝐬

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Ya terminaron las clases y estoy en el campo de fútbol, viendo a los chicos del equipo entrenar. Mi mirada viaja de Ares a mi teléfono.

En mis audífonos sonada Worldstar Money- Joji esa canción me trae paz.

Estaba perdida en mis pensamientos. Todo era un enredo de ideas y pensamientos. Recordaba lo mucho que sufrí con mi último novio, pensaba en lo que pasaba con Ares y Raquel, pensaba en mi familia, pensaba en todas las noches que no puedo dormir, pensaba en todo lo que tengo que hacer y lo cansada que me encuentro.

Ares está más que sudado, su camisa ya no tiene ni una sola área seca, todo está húmedo. Si tomo esa camisa y la estrujo, saco un vaso de sudor.

El entrenador les grita dando órdenes, ellos cumplen cansados; eso me hace recordar cuando entrenaba natación. Mi papá gritando que lo tenía que hacer mejor y yo cansada cumpliendo con todo.

—Mañana tengo que ir al gimnasio... —susurré cansada.

Mi cuerpo se siente débil, mi mente también. No sé si es por la falta de sueño, la falta de hidratación, la falta de comida o la falta de vitaminas.

Pueden ser todas.

Eso me hace recordar: Tengo que llegar a comer algo, tomar agua y tomarme todas mis vitaminas, las cuales, por cierto, no tomo hace días.

No se como he ido al gimnasio y no me he desmayado.

Necesito tener una mejor memoria. —dije con los ojos cerrados para luego abrirlos de golpe.

Se me hace raro no ver a ninguna chica aquí, bueno, además de las novias de algunos jugadores. Antes, para cada práctica, esto se llenaba más que un estadio de fútbol profesional, incluso Raquel solía venir.

Escucho como el entrenador grita que tienen 5 minutos de agua, tomó la botella de Ares y una toalla para el sudor. Dejo mis audífono y teléfono de lado para comenzar a caminar hacia Ares, quien, por cierto, está tirado en el campo, con sus brazos detrás de su cabeza y su respiración subiendo y bajando.

—Te traje agua y una toalla. —me senté con las piernas cruzadas a su lado.

—Gracias. —dijo con dificultad.

Intenta sentarse pero veo que se le dificulta y decido ayudarle. Le extiendo mi mano y él se sienta.

Ahora mi brazo está lleno de sudor, me da igual.

Le doy la botella de agua a Ares, quien la toma poco a poco. Sé que se muere por tomársela toda de un trago pero luego querrá vomitarla.

Me acercó a él para comenzar a secar el sudor de su rostro, luego el de su cuello y terminar con sus brazos.

—Y-Yo te lo a-agrade-/ —le faltaba el aire y no podía hablar.

—Sé que me lo agradeces, pero no hables, intenta recuperar el aliento. —acomodé su cabello que de adhería a su frente.

Ares asintió y continuó intentando calmar su respiración y tomar el agua poco a poco.

Luego de secar su sudor y acomodar su cabello, me senté con las piernas cruzadas, otra vez.

Ares cerró su botella, de la cual tomó la mitad, recostó su cabeza en mis piernas y se acostó estirando su cuerpo.

—Todos nos están viendo. —añadí al ver como todos nos miraban extraños.

—Por mi, que todos se vayan a la mierda. —habló sin tanta dificultad y yo sonreí.

Ares cierra sus ojos e intenta controlar su respiración. Puso sus brazos sobre su rostro para cubrirse del sol, me cambió de lugar para que el sol me dé en la espalda y yo hacerle sombra a Ares.

𝐂𝐫𝐞𝐨... 𝐜𝐫𝐞𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐨 Where stories live. Discover now