𝐍𝐮𝐞𝐯𝐞

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Llegué a la oficina del señor Juan, toqué 3 veces y escuché un "Adelante". Entré lentamente y lo miré sentado en su escritorio, con una vaso de Ron a su derecha y su laptop encendida con unos folletos de papeles al lado.

—¿Le sirve un descanso? —pregunté cerrando la puerta.

—¡Natalie! —se levantó— Claro que me sirve un descanso —rió— Esto papeles del demonio me enojan. —bufó.

Reí y me acerqué a darle un abrazo que correspondió.

—Toma una silla y siéntate. —ofreció.

Tomé una silla con ruedas y me senté a su lado.

—Te ves muy bien. —dijo con una sonrisa.

—Gracias, saldré con Ares y Raquel a la noche. —sonreí.

—Ay, Raquel. —susurró en un suspiro mientras negaba con la cabeza.

—¿Qué pasó con ella? —pregunte curiosa.

—Antes que nada, ¿Quieres un poco de Ron o vino? No te preocupes, no me importa que tomes un poco frente a mi. —sonrió un poco.

—Un poco de vino Tinto. —ladeé una sonrisa.

El señor Juan asintió antes de levantarse de su silla para sacar una botella de vino tinto de un mueble de madera que tenía en lo oficina, del mismo lugar, sacó una copa de vino.

—1977. —dijo mirando la botella— Mira nada más, mi año de nacimiento. —rió.

Abrí los ojos como platos mientras tomaba la copa que el señor Juan me extendía. —Los años le pasaron el vano. —tomé un sorbo de mi copa y estaba delicioso.

—Gracias, querida. —sonrió mientras se volvía a sentar en su lugar.

—De nada. —sonreí y eleve mi copa al aire— A su salud.

El señor Juan elevó su vaso al aire y lo chocó con mi copa. Ambos nos bajamos nuestros tragos de un trago.

—¿Te gusto el vino? —preguntó dejando su vaso en la mesa al igual que yo.

—Estaba muy rico. —sonreí— Gracias.

—Cuando quieras. Fue una botella cara pero buena.

—De haber sabido que fue cara, no me la abría tomado de un trago. —reímos.

—No te preocupes, es sólo dinero.

Le di una sonrisa de agradecimiento.

—Bueno... Raquel. —volví a mencionar el tema.

El Señor Juan suspiró y tomó el puente de su maíz con su dedo índice y pulgar.

¿Todos en esta casa son iguales?

—He visto a Ares muy ilusionado con esa chica y a ella... no sé. La veo muy interesada en su dinero y su cuerpo. —suspiró— Sé que mi matrimonio con Sofi fue algo que afectó a mis 3 hijos, más que nada a Artemis y Ares. Artemis ha logrado superar eso gracias a Claudia, una chica buena. Ares... siento que él está aprendiendo lo que es amar, solo no creo que lo esté haciendo con la persona correcta. —llenó su vaso con un poco de ron— No quiero que Ares salga lastimado como yo. —negó lentamente y se pasó el Ron de un trago.

Yo no sabía que decir, solo miraba al señor Hidalgo frente a mi. Solo miraba al señor con un traje negro y un cabello perfectamente cepillado.

—Sé que Raquel es tu mejor amiga, pero no quiero que lastime a Ares. Por más que él aparente ser fuerte, sé que aún le afecta lo qué pasó con Sofía, sé que él también llora, sé que oculta sus sentimientos bajo una personalidad falsa de ser un chico fuerte. Sé que le es difícil expresas sus sentimientos o mostrarle a alguien cuanto valora a esa persona, pero, con Raquel, ha empezado a abrirse lentamente. —se notaba su preocupación— No quiero que Ares comience a abrirse con la persona incorrecta y luego resulte lastimado.

𝐂𝐫𝐞𝐨... 𝐜𝐫𝐞𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐨 Where stories live. Discover now