𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬

4.5K 306 53
                                    

Nos separamos y miré a Ares con una leve sonrisa en mis labios.

—Mi papá tiene un buen socio cuyo hijo es un excelente abogado. —acomode su cabello— Puedo hablar con él, hacerme su amiga y ver que puede hacer.

—¿Cuantos años tienes el sujeto?

—¿Unos 28? No lo sé. —me encogí de hombros.

—¿Y por qué tienes que hacerte su amiga? ¿Por qué no solo lo contratas? —alzó una ceja— Déjalo, yo lo contrataré. No tienes porqué hablarle a ese tipo.

Reí levemente. —Tranquilo, Dios Griego. —reí negando— Seré su amiga, no su novia.

—Tú nunca sabes con qué intenciones va él. —frunció el ceño.

Negué. —Tiene una esposa.

—Le puede ser infiel.

—Tienes 1 hijo y está esperando otro.

—Eso no le va a impedir querer acostarse contigo. —apretó un poco mis hombros y tensó su mandíbula.

—¿Por qué quería eso? —fruncí el ceño mientras inclinaba mi cabeza hacia un lado— Nadie se quiere acostar conmigo. —reí.

Ares negó suspirando. —No tienes ni la menos idea de a cuantos tengo amenazados. —susurró.

—¿Disculpa? —me cruce de brazos y alcé una ceja— ¿Que sabes tú sobre Luke Newman?

—¿Quien es ese? —fruncí el entre cejo.

—El chico de intercambio, el cual, a los 2 días de decirte que me gustaba; mágicamente se tuvo que regresar a Inglaterra.

—Luke... —susurró mirando un punto fijo— ¡Ey! El chico bate. —rió— Que bien me la pase con Marcos y Gregory ese día. —rió.

—¿Chico bate?

—sí, sí. Con eso lo amenacé. —rió— Fue una bendición ver su cara de miedo.

—¡¿Lo amenazaste?! —exclamé riendo mientras lo empujé con mis manos.

—No... —mintió.

—Ares Antonio Hidalgo del Socorro, ¿A cuando has amenazado? —alcé una ceja.

—¿Antonio del Socorro? —alzó una ceja— me jodiste él nombre, Bruja. —negó— Y no lo sé, ¿unos 15?

—Oh, nada mal. —me encogí de hombros.

—A la semana. —terminó su frase haciendo su voz las chillonas y cerrando sus ojos mientras rascaba su nuca.

—¡Ares Hidalgo! —le di un suave golpe en el hombro— ¿Sabes cuantos polvos me jodiste?

—Ninguno que valiera la pena. —me encogió de hombros — Te hice un favor. De donde yo vengo, la gente dice: "Gracias" cuando haces un favor.

—De donde yo vengo, las personas no arruinan los polvos de los demás.

—No dejare que ninguno de ellos te toque. Ya ni con Gregory te dejaría estar. —note su mandíbula tensarse.

—¿No fuiste tú el de la idea? —alcé una ceja con ironía.

—Retiró todo lo dicho... —nos quedamos en silencio unos segundos— ¿Él nunca te toco ni nada? Dime que no. —puso sus manos en mis hombros y los apretó un poco.

Reí negando. —Nunca le escribí. —me encogí de hombros— No soy de dejar que mis amigos o personas con las que he tenido cierta amistad; me metan mano.

—¿Yo incluido?  —alzó una ceja.

Mi corazón se aceleró y solo respiré profundamente.

Tomé su mentón y me acerqué a él con una sonrisa. —Sí, Dios Griego. Tú incluido. —susurré cerca de sus labios con una voz Algo provocativa.

Baje de su regazo para sentarme frente a él. Una sonrisa torcida se formó en los labios de Ares.

Ares, sin decir nada más, se levantó para meterse a su closet. Me tiré de espaldas a la cama para soltar un gran suspiro. Cerré mis ojos intentando calmarme y respiré profundamente.

No sé cuanto pasa pero escucho la puerta del closet abrirse; sin embargo, no abro mis ojos.

Estoy respirando tranquilamente cuando siento unas manos deslizarse de mis rodillas hasta mis muslos debajo de mi falda. Eso me hace dar un pequeño salto del susto y abrir mis ojos para ver a Ares con su cabeza en mi vientre y sus manos acariciando mis muslos.

—Te sientes bien. —susurró.

Me quede en silencio, sin responder. Mi respiración volvió a agotarse y mis latidos incrementaron.

Ares quitó mis zapatos y envolvió mis piernas alrededor de su cuello. Mi falda se recogió hasta llegar a mis caderas. Mis pequeños shorts alicrados ahora estaban a la vista y las manos de Ares acariciaban mis muslos de una manera tan lenta que me mataba.

—¿Que haces? —susurré.

—Disfrutar de lo bien que se siente tu piel con la mía. —respondió en un tono de voz tranquilo.

Una de sus manos subió a mi abdomen para desabotonar los últimos 3 botones de mi camisa y dejar una pequeña parte de mi abdomen al descubierto. Ares volvió a recostar su cabeza en mi abdomen y su otra mano volvió a mi muslo.

Ares movía su rostro lentamente contra mi piel. Su mejilla hacía contacto con la piel de mi abdomen y se sentía bien. Sus labios comenzaron a darme pequeños, suave y largos besos en esa parte de mi abdomen.

Mis escalofríos no tardaron el llegar. Una ola eléctrica bajo a mi vientre y mi estómago se revolvió.

Es la primera vez que hace algo así.

Creo que me tengo que ir. —susurré.

—No te vas a ningún lado, Nat. —respondió— No te haré nada, solo quiero estar contigo y sentirte, ¿Me dejas?

—Bien... —asentí.

Sus manos se metieron bajo mi falta y acariciaron mis caderas.

—Hoy irás a dormir conmigo. Tú, Artemis y Apolo. Los 3 hasta que Sofia se largue de aquí. —bajé mis manos a su cabeza para jugar con su cabello.

—Aquí estamos bien. —afirmó.

—Ares, eso no era una preguntar. Era una afirmación de algo que pasará.

—No iremos a molestar. —negó.

—Perfecto. Entonces me quedaré aquí. —hablé decidía.

Ares se quedó en silencio. —Iremos contigo... —susurró— Pero no porque tú lo digas, sino porque no dejaré que Sofía Te vuelva a mirar, hablar o tocar. —suspiró— No sé cómo reaccionaría si ella te hace algo, por más mínimo que sea. —susurró.

—Ella no me hará nada, cariño —susurré.

Ese "cariño" solo salió de mis labios. Ya era tarde para retractarme. Solo me quede en silencio.

—Prefiero no averiguar eso. —negó— Le enviaré un mensaje a Apolo. Artemis no irá, él irá con Claudia. Tienes cosas que resolver. —afirmó antes de tomar su teléfono de la cama.

—Bien... como prefieras. —sonreí.

-

¡Hola hola! ¿Cómo andan? Pues yo cansadisima pero la vida sigue.

¿Les gusto este cap?

Gracias por las 6k de lecturas <3 ;) 6k de lecturas y nadie me sigue... —niega con la cabeza— Ares se va a poner triste.

En fin, canción de la noche: Baby, Im Your - Artic Monkeys

𝐂𝐫𝐞𝐨... 𝐜𝐫𝐞𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐨 Where stories live. Discover now